5-Lo siento [✅]

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Ella

Me desperté y lo primero que vi fue un póster de una banda que no conocía luego un libro cuando me fui a levantar me empiezo a doler la cabeza, pero no le di importancia. Cuando me levante me maree y caí al suelo, el ruido fue tan fuerte que escuché unos pasos, venir hacia mí cuando de repente se abrió la puerta y vi a un Matías preocupado, me ayudó a levantarme y vi que detrás de él hay alguien veo a una cabeza con el pelo peli negro entrar unos recuerdos vienen a mi cabeza.

"Yo con una niña de unos 10 años abrazándonos y mandando a callar a Matías"

—Hola chiquitina—. Le digo mientras me pongo de puntillas para llegar a altura.

—Hola—. Me dice ella con timidez— ¿Cómo te llamas? —me pregunta mientras se acerca.

—Me llamo...— me doy cuenta de que tiene un golpe en el lado izquierdo de su cara— ¿Qué es eso? —le pregunto, en ese momento ella se tapa el lado izquierdo.

—¿Quién te ha hecho eso Mérida? —pregunto, pero ella no me responde— Mérida.

—Fue papá, porque me puse el maquillaje de su novia—. Dice ella con tristeza.

—Mañana te traeré una sorpresa—. Ella sonríe.

Matías me acompaña a la cocina con Mérida cogiéndole de la mano libre. Cuando llegamos veo a Linda al lado del hermano de Matías que se llama Spencer y Marcos y Sophia delante de ellos.

—¿Qué hacemos aquí? —pregunto yo porque si no recuerdo mal quedamos Linda y yo que ella no bebería.

—Lo siento, bebí y acabé ebria—. Dice Linda cuando levanta la mirada me ve que me estoy riendo— ¿De qué te ríes Ella?

—De que te estás disculpando por algo que no tiene sentido, aunque quedamos que tú beberías, yo ya sabía que lo harías y también Sophia mi dinero—. Digo poniendo la mano.

—La que merece disculpas soy yo Linda que me toca darle 15 € a tu hermana—. Dice ella buscando en el bolsillo— Toma, contenta.

Todos no reímos menos Sophia porque es igual que yo, el dinero es como un año de nuestra vida y no se da, así como así.

—Bastante si te digo la verdad Sophia—. Le dedico una sonrisa de victoria mientras ella me dedicó una de cabreo.

—A la próxima no apostaré contigo—. Ahora veo como Linda se ha dado cuenta de lo que hablamos.

—Hey. ¿Habéis apostado de mí? —dice ella con una cara de enfado.

—Pues claro, es muy divertido ver tu cara de enfado.

Cuando estamos en casa, me acuerdo de que tengo que ir a comprar el regalo de Mérida.

Voy a comprar el maquillaje y un libro y lo envuelvo en una caja pequeña.

—Linda, me puedes llevar a casa de Matías.

—Un momento hermana—. Dice mientras sube— Que me cambio y bajo.

—Vale.

5 minutos después baja corriendo con unos tejanos cortos y un jersey con escote.

—No vamos a ligar, solo voy a darle un regalo a Mérida—. Digo en voz baja.

—Oh, pero yo también voy y yo sí que voy a ligar—. Dice ella con una sonrisa.

Me lleva cuando llamamos a la puerta sale una chica de unos 36 años que se presenta como la novia del padre de Matías que se llama ella Scarlett. Pasamos a la casa y bajan Spencer, primero corriendo luego Matías y por última Mérida.

—Mérida te tengo un regalo—. Le digo— Podemos dar un paseo si queréis podéis venir— le digo a mi hermana, Spencer y Matías.

Cuando vamos a salir, Scarlett habla.

—Niños no podéis salir sin un adulto—. Dice ella.

—Yo soy una adulta—. Dice mi hermana— Tengo 24 años.

—Y yo igual—. Dice Spencer con odio.

Scarlett no dice nada y se va.

—Mérida aquí tienes el regalo, espero que te guste—. Digo yo con una sonrisa, mientras todos miramos a Mérida.

Abre la caja y una sonrisa se asoma en su cara.

—¿Te gusta? —pregunto con intriga.

No dice nada, solo me da un abrazo, luego veo como los demás van a ver la caja y sonríen, veo como Matías me dedico un gracia silencioso, yo le digo que de nada de la misma forma.

Vamos a su casa otra vez, ahora veo como Scarlett se está tirando a un tío que no es el padre de Matías.

—Más os vale tener la boca cerrada— advierte ella— o no sabéis lo que pasó la última vez que lo hicisteis— continúa con una sonrisa— buenos vuestras amigas, seguro que no—, ahora mira a mi hermana y a mí— bueno que los amenazó en llevarlos a un internado—. Se separa del hombre y se dirige hacia mí— Ten cuidado con tus nuevas amiguitas— ahora va a por Linda— que puede que les pase algo.

—Señora, una cosa, métete tus amenazas por donde te quepan.

Ella solo se ríe y se va con suficiencia.

—Que borde—. Digo mientras ellos solo asienten.

 Digo mientras ellos solo asienten

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Reina del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora