Una chica de 16 años que le gusta ayudar a la gente, con lo que mejor se le da es ayudar con el amor, es como cupido en humano. Se le ha coronado como la reina del amor. Pero nunca se ha enamorado, hasta este año que a conocido al chico nuevo que ti...
—¿Papá, una cosa si tengo mil euros cuantos dólares serian? —digo para saber si mi padre lo sabe.
—Hija no se pregúntale a Google que yo ahora estoy ocupado rellenando unos papeles de la empresa.
Abro mi móvil y lo busco.
—Papa son 1.045,26 dólares.
El solo asiente, que aburrido me levanto del sofá donde estaba mirando la tele y me subo a mi habitación cojo mi bolso y la cartera mi móvil y vuelvo a bajar las escaleras. Cuando estoy abajo voy al armario de la entrada y cojo la bolsa donde tengo el portátil.
—¿Dónde vas?
—A Starbucks. ¿Quieres algún café?
—Si un Frappuccino con base de café. Gracias.
Voy por el camino más largo para llegar, cuando llego está lleno, pero hay unas pocas mesas vacías.
—Hola buenas, un café moca de chocolate por favor.
—Nombre.
—Ella.
Me pide para pagar cojo el dinero de la cartera y se lo doy, me devuelve el cambio y al cabo de unos minutos mi bebida ya está hecha.
Me siento en una mesa que está al rincón saco mi portátil y comienzo a hacer el trabajo cuando acabó el trabajo me levanto y recojo mis cosas y voy otra vez a pedir el Frappuccino de mi padre me atiende la misma chica y cuando me pregunta el nombre digo el de mi padre ella me dice que estará dentro de poco. Y espero y cuando ya esta me despido y me voy, voy paseando por la calle que ya está oscureciendo cuando estoy a punto de entrar a casa veo como una chica que conozco muy bien está huyendo de unos hombres.
Dejó el portátil el café en la encimera y voy a donde está la chica.
—Linda. ¿Qué haces aquí? —los hombres se acercan, pero yo me giro y los miro a los ojos— disculpar señores pero qué hacéis persiguiendo a mi hermana—. Se quedan blancos, pero no tardan en reaccionar uno de ellos intenta coger mi muñeca, mala idea, evito su agarre y lo tiró al suelo con una barrida.
—Qué cojones—. dice el otro.
Le doy una patada en la cabeza y otra en la barriga cae al suelo.
—Ni se os ocurra volver a tocar a mi hermana—. Al decir eso ellos se levantan y salen corriendo— Cobardes.
Entramos a casa y papá me mira con preocupación y felicidad.
—Lo has conseguido Ella. Te a salido la llave que tanto te costaba de pequeña.
Es verdad lo he logrado me abalanzo sobre él y lo abrazo.
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