Matías
Me levanto de la cama, me pongo ropa de deporte y voy a la habitación de Mérida, me acerco a su cama, me siento a su lado y le empiezo hacer cosquillas, ella empieza a taparse para que no le haga cosquillas en eso levanto la sabana.
—Matías déjame dormir.
—No querías que te despertara para ir a correr.
En eso se levanta de un salto y me echa de la habitación.
—Un momento que me cambio.
Me rio porque siempre pasa lo mismo.
Cojo una mochila, pongo el dinero y el móvil, las llaves de casa y en eso baja Mérida con un pantalón negro de deporte y con jersey negro con letras que ella misma se cosió "La vida no es para esperar, es para vivirla y para aprovecharla hasta el final" la saco de internet y me hizo imprimirla en letras grandes para luego córtale las letras y ella coserlas.
Cada vez que veo ese jersey me rio porque cuando ella se cansaba de cosernos hacía coser a Spencer y a mí. Me acuerdo asta cuantas palabras hicimos cada uno: Mérida hizo 5, Spencer 4 y yo 5. Tenemos hasta el video que nos hizo nuestro padre.
Mérida y yo vamos a correr y cuando volvemos le digo que veamos un video y que llame a Spencer, ella obedece y corre a la habitación de Spencer. Bajan los dos, yo cojo un CD del cajón y lo pongo cuando me salen muchos videos, pongo el que pone "cosiendo" miro a Spencer, este pone los ojos en blanco y Mérida sonríe, empieza el video con un jersey negro enorme y Mérida con unos 7 años con los hilos de colores yo al lado con Spencer jugando al ajedrez en ese entonces yo tenía 13 años y Spencer tendría 21 años.
—Mérida que haces.
Ella me mira con una sonrisa.
—Coser el jersey—. Dijo levantando el jersey con la palabra La cosida de azul por arriba y blanco por abajo.
Al cabo de 20 minutos vuelve a levantar la mirada ahora con una sonrisa.
—¿Qué quieres?
—Que me ayudes.
Me levanto de la silla y voy a ver que ha hecho y no le está quedando mal, podría dedicarse a eso— en eso me da la aguja con el hilo y me dice que tengo que coser la parte de arriba con esta aguja y la de abajo con la otra— se me escapa una sonrisa que ella ve al momento.
—¿Por qué sonríes?
—Nada, nada. ¿Pero quién te ha enseñado a coser?
—Mama tenía videos en el ordenador y los he visto todo también como os cosía a vosotros los agujeros del pantalón cuando jugabais al futbol.
Me saca una sonrisa porque me lo esperaba de Mérida con lo curiosa que es y ya veo normal que se pasaba horas con el ordenador— Spencer se le sale una sonrisa— como siempre que vemos a Mérida nos recuerda a mama.
Coso cinco palabras más y luego le dejo las últimas a Spencer que también Mérida lo ha metido a esto de coser.
Cuando acabamos le hicimos poner el jersey a Mérida cuando salió de la habitación le venía por las rodillas.
Acaba el video y ponemos el siguiente.
Yo en el parque con papa, Scarlett y Mérida. En ese momento Spencer estaba grabando, yo tendría unos 10 años y Mérida 4 años, se ve como Mérida se estaba a punto de caerse y yo corrí para cogerla, cayó encima de mí y en eso me hice daño en el tobillo, pero preferí callarme.
—¿Te has hecho daño?
Mérida negó con la cabeza, yo me levanté e hice una mueca de dolor, y cogí a Mérida en brazos.
—¿Estáis bien? —dice Spencer aun grabando.
Mérida asiente con la cabeza y Spencer me mira a mí yo asiento y en eso papa viene como si nada.
—Mérida no ves que te podías haber muerto y tu Matías a ti te debilita amarla.
—Tú no te quejes de que tu hija podía haber muerto y tú estás con tu novia.
Él no dice nada, solo se le oscurece su mirada.
—Nos vamos a casa—. Yo me niego— Si no nos vamos ahora te prometo que le pegaré a Mérida.
En eso mi mirada va a Mérida, que empieza a tener miedo y se esconde detrás de mí.
Yo le doy la mano y vamos a casa.
Papa tiene razón, me debilita amarla. Pero mama hubiera querido esto que no dejase que papá le levantara la mano a Mérida.
Apago la tele porque todos estamos deprimidos.
—Es verdad te hiciste daño en el tobillo y te callaste.
—Sí.
—¿Por qué?
—Porque en ese momento me importaba más Mérida que yo.
Mérida me abraza y recuerdo que cuando me hice daño en el tobillo Spencer tuvo que ir a comprar una tobillera, porque yo no quería que se enterara nadie, pero Spencer veía mis muecas de dolor.
—Gracias por la tobillera que la tuviste que comprar de tus ahorros.
—Gracias a ti por salvar a nuestra hermana.
—Gracias a los dos por cuidarme como unos papas, y por defenderme de las veces que papá me intentaba pegar.
Esta familia ha sufrido, pero también gracias a este sufrimiento no hemos hecho más fuerte. Gracias al amor que mama nos dio cuando éramos pequeños hemos sabido amar y gracias a que papá nos enseñó a defendernos de los demás, aunque siempre nos defendimos de él.
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Reina del amor
Teen FictionUna chica de 16 años que le gusta ayudar a la gente, con lo que mejor se le da es ayudar con el amor, es como cupido en humano. Se le ha coronado como la reina del amor. Pero nunca se ha enamorado, hasta este año que a conocido al chico nuevo que ti...