Una chica de 16 años que le gusta ayudar a la gente, con lo que mejor se le da es ayudar con el amor, es como cupido en humano. Se le ha coronado como la reina del amor. Pero nunca se ha enamorado, hasta este año que a conocido al chico nuevo que ti...
Me despierto y cuando giro para encontrarme a un Matías dormido me doy cuenta de que no había nadie, miro mi móvil para ver la hora son la seis y media.
Me levanto de la cama para hacerla y cuando ya he acabado y doy media vuelta para coger la ropa choco con alguien. Levanto la vista y veo a Matías.
—Que manía de estar siempre en medio y acabe chocándote.
—Creía que lo hacías apropósito.
—Pues no.
—¿Segura?
—Sí.
—Siempre nos chocamos sin querer.
—Bueno, la mayor parte de veces.
Él sonríe porque le allá dado la razón. Se me acerca un poco. Cada paso que hace está aún más decidido. Y al final me besa.
—Te quiero.
—Y yo a ti.
Me voy al baño para llenar la bañera a tope y poner una bomba de baño de fresa me meto en la bañera y cuando acabo me pongo el albornoz de color blanco, salgo del baño para coger un vaso de agua y me encuentro de que estoy sola en casa miro la hora y veo que son la siete y media.
—Mierda llego tarde.
Voy al baño a cambiarme y cuando ya estoy cojo las llaves de la moto y del apartamento bajo las escaleras y me subo a la moto y acelero cuando ya esto en la universidad miro mi papel y veo que me toca ir a clase de escritura, miro puerta por puerta hasta encontrar la puerta correcta cuando llego veo que todos están hablando con el profesor me dirijo hacia allí.
—Alumna llegas tarde.
—Lo siento.
Él no dice nada más y sigue explicando.
—Debéis desarrollar una historia, esta historia es libre, puede ser de lo que queráis, pero luego lo tendréis que leer delante de la clase.
Todos asentimos y luego nos dejó empezar. Saque mi portátil de la mochila y cuando estaba a punto de empezar alguien me toco el hombro. Cuando me gire vi a una chica pelinegra, el cabello le llegaba hasta la espalda, de mi edad, estatura mediana, ojos marrones oscuros, la ropa era un jersey ancho y corto y con uno jeans ajustados cortos.
—Hola, me llamo Mía.
—Hola, yo me llamo Ella.
—Bonito nombre.
—Lo mismo digo. Una cosa si quieres te puedes sentar a mi lado.
—Vale, muchas gracias.
—De nada. ¿Y tú de que aras tu libro?
—Creo que de una historia romántica. ¿Y tú?
—Yo lo haré de una chica que adora leer e investigar sobre las guerras, la mitología y el zodiaco y en un momento que está tan centrada que no se da cuenta de que su madre la ha obligado a casarse con un príncipe que por mala suerte ella ya lo conoce y resulta que son enemigos, pero para ayudar a sus padres, tienen que casarse con él. Pero resulta que los protagonistas no son humanos, él es dios del verano y ella es la diosa del invierno y la hermana de él es la diosa de la primavera que la obligan a casarla con el hermano del que el del otoño, haciendo así las cuatro estaciones.
—Parece chulo.
—Espero que lo sea.
Nos sentamos juntas y empezamos a escribir mis protagonistas, se llaman Sámara la diosa de la primavera, Nicolle diosa del invierno, Matt dios del otoño y Noah dios del verano.
Matt estaba jugando al móvil mientras mama estaba en el despacho hablando con el rey vecino cuando salió del despacho vi una sonrisa cuando se fue del castillo entre en el despacho mama y papa celebraban con champán.
—Madre, padre, puedo saber que trato habéis hecho con el rey.
Ellos dos se miraron y luego sonrieron.
—Tú y tu hermano os casaréis con sus hijos.
—¡Que!
De repente se acerca mi hermano que también estaba escuchando la conversación.
—¿Por qué los dos?
—Para que los dos seáis reyes, y resulta que las cuatro estaciones tienen que casarse así verano con invierno y primavera con otoño, y si no me creéis podéis leer el libro—. Dice mi madre pasándome el libro.
Lo cojo y me voy al jardín cada paso que doy es frío congelo lo que toco y lo convierto blanco, mi hermano lo convierte naranja, aunque mi hermano también de pasos fríos no es tan fríos como los míos, en el jardín me pongo a leer el libro cuando comienzo no puedo parar hay muchas curiosidades cuando llegue al compromiso el libro se me callo. Mi madre decía la verdad. Si no nos casábamos, el mundo en el que vivimos quedaría destruido por los monstruos y no quedaría ni un solo humano en este planeta.
Ella asintió y le di una idea que se conocieran porque sin querer habían chocado el coche y ella lo empezó a insultar hasta que se dio cuenta de que había sido por su culpa y él se empezaran a reír.
—Gracias.
—De nada. Quieres que hagamos cambio de lecturas para haber opiniones de los demás y luego no lo decimos.
Asintió.
Y había acabado cuando cambiamos portátiles, ella leyó el mío y yo el suyo estaba muy bien, me gusto como iba evolucionando la historia y la personalidad de los personajes.
—Adoro.
—Lo mismo te digo esta genial.
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