Final

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P.D.V. Taehyung

-¡Despierta, Taehyung! -escucho claramente la voz de Jieun, su irritación es quizás lo más evidente. Mi respiración se atasca en mi pecho cuando me encuentro con su rostro distorsionado por la irritación. No la veía desde hace tanto, pero ahora está frente a mí con una bata que hace juego con la que yo llevo puesto-. La reunión con mis padres es a las diez. Y, por el amor a lo que más quieras, ve a recoger a Mijoo.

Observo la habitación gris en la que estoy. Todos mis sentidos se vuelven nada, porque pese a sus ojos mirándome no entiendo si es a mí a quien ella le habla, ni mucho menos la razón.

-¿Qué haces aquí? -pregunto.

Deja de caminar para darme una mirada cansada que segundos después se vuelve molesta, sus labios fruncidos me hacen sentir como si estuviese preguntando estupideces.

-¡Se hace tarde, Kim!

Entonces me veo sentado tras un escritorio con mi padre mirándome. No tengo tiempo de pensar de manera racional puesto que él murió, no debería estar frente a mí analizando lo que tengo puesto como solía hacer siempre. Siento que me falta el aire, al llevar mis manos a mi garganta noto que visto una corbata que hace juego con el traje vino tinto en mi cuerpo. Un reloj de miles de wones que probablemente terminaría perdiendo en cualquier lugar. Sin embargo, no es lo que importa ahora mismo, no cuando varios ojos se mantienen fijos sobre mí. Pronto los susurros que apenas eran perceptibles se vuelven comentarios ruidosos.

Una niña me sonríe, su sonrisa se parece a la que yo amaba regalarle a papá a su edad. Me aterra lo parecida que es a mí, depende de mí también y no sé cómo eso sería bueno cuando ni yo mismo creo tener control de mi vida desde hace tiempo.

Los titulares halagan a papá todos los días, a mi familia; esposa e hija, siendo ella quien desde ya tiene el título de heredera, aunque, ¿no debería ser hombre? ¿Debería buscarle un esposo? Apenas tiene seis años. Dejo escapar una risita porque no es problema, de hecho, tiene la misma edad que yo, cuando papá me presentó a Jieun.

-¿Papá? -Mijoo susurra.

Sus manos se aferran a mi pantalón para que la levante en mis brazos, está cansada. No entiende de las cámaras, ni de los periodistas esperando para la mejor nota acerca de más nuevas sucursales de la empresa Kim. Sin embargo, yo no puedo explicar nada ahora, es decir. A mí nadie me lo explicó, por lo que, la miro con dureza y es suficiente para que pare y se encoja en su sitio. Mis ojos barren el lugar, y pronto dan con su presencia, con Jungkook a lo lejos. No existe ropa de diseñador cubriendo su cuerpo, nada que sea ostentosos y todavía así, sigue siendo radiante entre tanta gente.

Por un milisegundo deseo correr a él, pero no puedo hacerlo. ¿Cómo va a sostenerme cuando ya tiene a alguien sosteniendo su mano? El amor de mi vida está con el amor de su vida y no me duele. Perdí ese derecho cuando elegí seguir con el imperio de papá sobre nuestro amor.

Es válido, me quiero convencer de eso. Y puede que lo sea, puede que mi decisión no sea errada por elegir ser exitoso antes del amor.

Pero, ¿fue lo mejor? El dinero me dio todo menos algo que me haga sentir que vale la pena vivir.

No fue malo elegir esta vida, lo malo fue hacerlo por alguien más y no por mí.

Jungkook se aleja, él no va a regalarme una última mirada, ni siquiera soy digno de indiferencia esta vez. Esta vez no tendré nada.

-¡Taehyung!

Abró mis ojos. Jungkook está mirándome con preocupación. Su ceño fruncido mientras me toca la frente. Tal vez, busca algún indicio de fiebre.

Promesa. [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora