Que mierda estaba haciendo ahí.
Jungkook rio levemente, un sonido seco y ácido. Debido a que, por supuesto, sabía lo que hacía ahí. Y cuando la silueta de esa mujer, Jieun, apareció apresurada entrando al hospital, regresó a la realidad. A esa que pertenecía y donde Kim Taehyung era sinónimo de nada más que un par de papeles y fin.
Mordió su labio inferior desviando la mirada cuando entendió que se había dejado llevar, que lo que fuese que haya pasado por su cabeza mientras conducía hasta ese hospital, había acabado. No importaba, lo que pasara con los Kim, no debía causarle esa presión en su pecho.
Él tenía a su prometida, ese hombre mentiroso tenía a quien se pudiera hacer cargo de él. Maldita sea, qué mierda estaba pensando. Ellos ya no eran los adolescentes jugando a ir contra el mundo.
(...)
Taehyung abrió sus ojos con dificultad, su cabeza giró con violencia por el golpe de luz. Gimió suavemente intentando incorporarse antes de que la figura al pie de la cama, lo sorprendiera. La miró por largos segundos, como si no entendiera lo que ella hacía ahí, aunque si que entendía. Era la única constante en su vida durante largos años, Eun era quien estaría ahí, probablemente por siempre.
Y era aterrador el solo pensar en ello.
—¿Taehyung? —Eun llamó, su mirada buscando la razón por la que el castaño se mantenía en silencio—, ¿estás bien? ¿Cómo es posible que hayas tenido un accidente con el auto? ¿Desde cuando excedes el límite de velocidad?¡Pudo ser peor que un choque contra un barandal!
—¿Por qué sigues aquí?
Eun parpadeó un poco porque no recibió respuesta, su sonrisa apareció segundos después mientras se enderezaba para acercarse a su prometido y pasarle un vaso de agua. Su cabello estaba recogido en una coleta alta, misma que dejaba ver gran parte de su hermoso rostro, su expresión dulce pero sombría también quedo a la vista cuando giró hacia el castaño.
—¿A dónde debería ir? —preguntó luciendo de verdad confundida, como si no entendiera—. ¿No ves que estoy preocupada por ti?
Y eso era lo que más dolía, era eso lo que más lastimaba a su ya, acabada consciencia. Taehyung dsviosu mirada, odiando un poco ver que ella era sincera.
—Sería más fácil, ¿verdad? —Él tomó las manos contrarias entre las suyas, entrelazo sus dedos sintiéndose asfixiado por lo bien que lucían juntas—. Si en realidad nos amasemos, si pudiéramos elegir.
—Lo elegí —Eun habló con calma, apretando el agarre con más fuerza, sonriendo de manera triste—. Elegí amarte, y es lo que deberías hacer también.
—¿No es agotador amar a alguien como yo? —Taehyung luchó contra la sensación amarga que lo cubrió al verla negar suavemente, debido a que ella mentía—. Yo estaría cansado.
—Vamos a dejar de hablar de esto —pidió sin atreverse a nada más que exhalar el aire que habia estado sosteniendo. Tragó antes de sonreír para Taehyung mientras sentía su pecho latiendo de manera dolorosa—. No tienes que amarme como yo, Tae. Es suficiente con que estés a mi lado, el amor está sobrevalorado. Confiamos en el otro, nos conocemos tanto y somos parecidos en varios aspectos. Es todo lo que necesitamos.
No, claro que no. Sin embargo, Taehyung no halló nada que contradijera a las palabras de su prometida, nada.
(...)
—¿Por qué estás aquí?
Jungkook maldijo internamente, su aliento frío provocó un vaho gracioso saliendo de sus labios cuando bufó.
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Promesa. [Kookv]
Fanfiction-¡Prometiste que me amarías por siempre! -¿Olvidas quién rompió la promesa primero? -¡No la he roto! Yo te amo. -¿Está bien para ti decir eso? -Jungkook rio ignorando las lágrimas cayendo por sus mejillas-. Vas a casarte mañana, maldición.