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—Esta de más decir que hemos decidido realizar la inversión que solicitó —comunicó el hombre con una sonrisa equivalente a millones de wons. Su mano se extendió para tomar la de Jungkook en un gesto amigable que más bien escondía una mezcla de intereses—. Estaremos muy contentos de empezar a trabajar con ustedes lo antes posible.

Antes posible significaba cuando la empresa Kim fuese suya, el hombre miró su reloj con rapidez antes de despedirse, Jungkook lo acompañó a la puerta con necesidad casi asfixiante de bufar por el desagrado que sentía. No tenía ninguna razón, estaba en la misma posición ahora, pese a lo mucho que lo odiara. Era igual a ese hombre y a todos los que habían vendido su lealtad a cambio de un par de millones.

—Nos estaremos viendo seguido —Jeon dijo y apenas lo vio caminar por el pasillo, apretó la mandíbula con fuerza—, esto es una mierda.

Una que funcionaba, pero mierda al fin y al cabo.

—¿Se fue? —Namjoon preguntó, él tenía un vaso de café en sus manos mientras veía el pasillo ya vacío. Se giró para ver al rostro extraño del contrario—. No entiendo porqué lo haces si vas a lucir así después.

—No sé de qué estás hablando...

—Corta esa mierda ya, que yo no soy uno de esos idiotas.

—Solo estoy dándole a Kim Naesang un empujón —Jungkook habló sin notar, hasta ese momento, lo mucho que deseaba hacerlo—, ese hombre, Kang, era su única opción. Ahora no tiene acreedores que lo ayuden a salir del hoyo. No tiene más opción que venderme su empresa.

Namjoon empezaba a conocer el motor que Jungkook siempre tuvo para salir adelante, lo que lo impulsaba a ser el mejor en todo lo que hacía desde que estaban en la universidad. El odio y la venganza; funcionó en varios sentidos, pero a veces se llevaba al chico que había conocido y lo hacía lucir como un hombre tan distinto.

Su mejor amigo no pasaba la línea de lo legal, pero casi.

—Compraste a ese tipo —Namjoon recapituló contando con sus dedos para darse una idea de cuanto había costado hacer eso—, a esos tipos. A todos, hiciste que Kim perdiese miles de millones y no te importó perder otros tantos a ti al mismo tiempo.

—Ellos lo habrían hecho en cualquier momento, hyung. —Miró al contrario, a esos ojos duros y suspiró—. Si no fuera yo, sería alguien más. Acabamos de comprobar que el dinero es más importante que su confianza tan voluble.

—Tienes algo con la confianza y esas cosas, ¿no? —Namjoon rascó su cabeza antes de darle un sorbo a su bebida decidiendo dejar las cosas quietas al menos unos días más—, solo espero que no le olvides la razón por la que empezamos esto. La empresa quiero decir.

Claro que no. Jeon miró a su lado al hombre que escondía su preocupación tras una negación con la cabeza y no encontró la manera de darle las gracias por seguir ahí. Kim Namjoon era mayor para él, pero era su mejor amigo, el único quizás, lo conocía desde la universidad hace años. Desde que Nam tenía el cabello rubio y una actitud desinteresada que ocultaba gran inteligencia. Fue el único que confío en Jungkook y se unió a lo que hoy era Cj Corp. Una de las empresas con mayor rentabilidad de Corea, estaban en ascenso, estaban llegando arriba.

—No he utilizado nuestro dinero para esto —aclaró el pelinegro bajando la mirada a ninguna parte en particular, sonrió—. Todo lo que he utilizado es parte de mis inversiones en otros negocios, no tienes que preocuparte hyung.

Ojos duros miraron a Jungkook, él levantó la cabeza al sentirlos.

—No es por el dinero, Kook. Estoy preocupado por la persona que eres cuando hablamos de ellos, de los Kim. ¿Tengo que explicarlo? Sé que estás consciente de eso.

Promesa. [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora