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Qué tan difícil podía ser.

Al parecer demasiado, tanto que Jungkook todavía estaba huyendo de su mirada. Estaba bien, creía que podía lidiar con ello, que Yugyeom era más fuerte que ese sentimiento que mantenía a la persona que amaba comportándose de una forma tan diferente al chico centrado y en control que conoció.

—Traje algo de café, ¿crees que puedas beber un poco? Le puse algo de azúcar, sé que...

—¿Por qué, Yugyeom?

—Bueno —el rubio contestó, riendo un poco—, supuse que sería buena idea algo dulce...

—¿Por qué sigues aquí? —Jungkook detuvo al contrario, sus ojos oscuros al fin se posaron en la expresión suave al frente y se sintió aún más imbecil, como si eso fuese posible—. No tienes que quedarte, de verdad no tienes que hacer esto.

Lo estaba echando, estaba haciendo que doliera incluso más que antes.

—¿Hacer qué? —preguntó. El dolor, volviéndose menos llevadero al escuchar su propia risa y notar lo triste que sonaba—. Antes de que fuésemos pareja, fuimos amigos, Jungkook. Creí haber dejado claro todo este tiempo lo mucho que me importas.

—Lo sé, Dios... Te sigo lastimando, ¿no es así?

Sí, claro que sí.

Yugyeom desvió la mirada hacia ninguna parte hasta que encontró la fotografía que antes había sido vista por Taehyung. Su garganta se cerró por evitar dejar caer las lágrimas que causó recordar que ellos sí fueron felices, que lo que sintieron fue real. Y eso, era quizás lo que más lastimaba. Ya que, pese a que Jungkook lo amaba, empezaba a entender que jamás sería como a Taehyung, jamás lograría que lo mirase de la forma que veía a ese hombre. Y mierda, cómo lastimaba no saber qué más hacer, no entender en qué se había equivocado.

—¿En verdad no podemos intentarlo? —preguntó Yugyeom en contra de su propio orgullo, mordió su labio, esquivando la mirada de Jungkook debido al miedo de hallar una respuesta dolorosa. Sollozó cuando el tiempo pasó y el silencio solamente se extendió—. De verdad, ¿vamos a terminar así?

—Yugy...

—No me llames así, Jungkook —pidió el rubio sin poder ya retener sus lágrimas, estas nublaron sus ojos impidiendo que pudiese ver mejor a su ex pareja y el remordimiento en su semblante—, no si vas a dejarme.

—Lo siento...

Negó, sus ojos se movieron con rapidez de un lado a otro, angustiado. No se suponía que su historia tuviese ese final, no tenía que acabarse así.

—Es que... Trato de entender, Jungkook. Pero ¿no fue hace mucho? ¿Tienes que seguir sufriendo por ese hombre después de tanto tiempo?

No podría explicarlo, no cuando ni Jeon era capaz de entenderlo. Quizás se trataba de una obsesión, algo ligado a emociones intensas que se confundían con el amor. Y es que Taehyung era sinónimo de intensidad, de adrenalina, de dolor y traición. De miedo, ¿el miedo se ligaba al amor?

Podría ser eso.

¿También esa era la razón por la que solo estando con Taehyung sentía que todo se completaba? Mirándolo a él lograba encontrarse a sí mismo. 

O, tal vez, Jeon había terminado por perder la cordura que le quedaba.

—Quisiera poder responderte, quisiera con todas mis fuerzas darte una respuesta —susurró Jungkook mirando con sinceridad abrumadora a los ojos, todavía temblorosos, del contrario—. Pero no la tengo.

No podía confesar que al ver la sonrisa de Taehyung de nuevo hizo que volviera a sentirse vivo, no a Yugyeom.

—Me asusta que Kim esté terminando con el chico lleno de determinación que conocí, que una sola palabra de ese sujeto te haga lucir tan perdido. —El rubio tragó el nudo en su garganta, atreviéndose a enfrentar la mirada de Jungkook, y su muy notable confusión a sus palabras—. Eso en ninguna parte del mundo es amor, ¿no puedes verlo?

Promesa. [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora