19

2.2K 265 26
                                    

Lo vio irse, sus manos temblaron hasta el punto que Eun pudo percibirlo. Taehyung bajó la mirada, intentando ocultar las lágrimas nublando sus ojos, y es que, no podía. No quería despertar al siguiente día junto a nadie que no fuese él, no quería ponerle un punto final sin antes haber dado un poco más. No sabía cómo acabar con el amor que prometió mantener por siempre.

Sintió un apretón en su mano y únicamente entonces se dio cuenta de que no estaba solo, que había mucha gente mirándolo.

—No puedo hacer esto —susurró para nadie más que para sí mismo. Sacudió la cabeza, negando tantas veces y los murmullos eran el resultado más evidente de que estaba teniendo un ataque—. No puedo hacerlo.

Al levantar la cabeza se encontró con la expresión herida de Eun, con sus labios siendo torturados por sus dientes en señal de angustia, había algo más en ella. Pero él no estaba en condiciones de intentar entender. Debería disculparse, debería hacer algo más que quedarse ahí quieto, mirándola con arrepentimiento. O debería rogarle al juez que seguía preguntando si podía continuar, que se detuviera de una vez.

—Necesito unos minutos —Eun pidió segundos eternos después. Ella a diferencia de su prometido si entendía lo que tenía que hacer. Miró al rededor, a las personas dándose miradas extrañadas entre sí. Su padre tenía el ceño fruncido junto a su madre, vestida mejor que nunca con su hermoso vestido rojo. Se sintió asfixiada—. Necesito aire.

Los tacones resonaron en el lugar, los ojos de todos siguieron la salida de una preciosa mujer enfundada en un vestido blanco. Taehyung se quedó quieto, de piedra. Él no lograba moverse, sus manos todavía sosteniendo el anillo que debía poner en la mano de Jieun mientras decía alguna frase que alguien más había preparado para su boda. No habían dado el sí aún, la gente seguía repitiendo aquello como si ese fuese el jodido problema.

No obstante, no importaba realmente, nada lo hacía y rodeado de toda esa gente se sintió estúpidamente solo. Se dejó caer en alguna parte, sosteniendo su cabeza mientras buscaba algún retazo de cordura que le permitiera escapar antes de seguir siendo objeto de murmullos y señalamientos.

—Taehyung, ¿qué sucede? Jongseong ayúdame a sacarlo de aquí.

Ese era Jimin, supuso Taehyung mientras sentía las manos en su cuerpo. Era patético, estúpido, y no tenía que levantar la cabeza para que su padre se lo dijera con una sola mirada. E incluso así, siendo un desastre todavía no lograba dejar de creer que merecía ir por Jungkook, seguirse aferrando a una historia juntos.

(...)

Jieun lanzó la ridícula corona de su cabeza, no necesitaba aire únicamente. Necesitaba destruirlo todo, maldijo mientras tiraba el florero que adornaba la mesa que usó horas antes para que la maquillaran. Todo para esa horrible farsa. Fue consciente de lo ruidosa que estaba siendo al captar la presencia de esa persona a través del espejo, ella no intentó ocultar la rabia que seguía creciendo, no de él.

—¿No le gustó el menú que elegí, señorita Lee?

Ese hombre era un psicópata, debía serlo. Jieun no hallaba una explicación diferente al verlo tan tranquilo pese a todo lo que estaba sucediendo. Ella se irguió arreglando el cabello que había caído sobre sus ojos con un manotazo nada propio de una señorita de su clase. A la mierda, honestamente.

—Se acabó —dictaminó levantando su barbilla cuando lo escuchó reír, como si de una broma se tratara—. ¡Se acabó, maldito! No seguiré con esto.

—Oh, vamos. —Naesang escondió las manos en sus bolsillos de manera despreocupada, el fantasma de una sonrisa seguía acompañando sus palabras—. ¿No quieres ser mi nuera?

Promesa. [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora