25

2K 245 15
                                    

No tenía sentido alguno.

Ahí, mirando a las calles repletas de personas yendo de un lado a otro, pareciendo tan inmersas en sí mismas. Todavía no hallaba la razón por la que había tomado una decisión tan radical. Dejarlo todo e irse a Los Angeles era absurdo. Y pese a todo, pese a que Yugyeom se había encargado de explicarle las razones, la caída de una de las negociaciones, la alianza con una empresa extranjera que Nam había conseguido y todo lo demás.

Todavía no tenía sentido.

La mayor parte del tiempo se encontraba a sí mismo actuando por pura inercia, y muchas veces no lograba entender el vacío que tenía. Se habían perdido más que muchos de sus recuerdos, pero no comprendía el qué exactamente.

Era frustante.

—¿Estaban las cosas bien en Corea?

Namjoon miró hacía arriba de manera fugaz, solo para fingir que seguía escribiendo en la laptop y no que esa pregunta lo hizo sentir nervioso. Era fácil leerlo, y Jungkook agradecía no haber perdido esa capacidad también.

—Sí. —Nam carraspeó—. ¿Revisaste la documentación del abogado Charles?

—¿Por qué estamos aquí entonces?

—Creo haber mencionado que el trato con GMC se dio. ¿No era mejor manejarlo desde aquí?

Sería mucho más creíble si Namjoon lo mirara a los ojos en vez de fruncir el ceño como estaba haciendo; sin embargo, Jungkook no lo mencionó. En lugar de eso, se encontró reservando un vuelo a corea de una vez por todas. No iba hacer nada que no fuera encontrar la razón por la que su mejor amigo había decidido desviar todos los correos provenientes de Seúl desde que salió del hospital y volvió a trabajar, no desconfiaba. No del todo, sabía que había un buen motivo.

E iba a averiguar cuál era.

(...)

—Todavía creo que me vería mejor con el cabello rojo.

Jungkook observó la revista, se aseguró que su rostro pareciera estar de acuerdo con las palabras de Yugyeom, pese a que no escuchó mucho de lo que estaba diciendo.

—¿Deberíamos pedir algo de comer?

Si Yugyeom sintió algo extraño en el cambio de tema de su novio, no lo mencionó. Volvió a hablar:

—¿Algo en especial? —Rebotó un poco en el sofá a lado del pelinegro, una sonrisa leve que apenas creció cuando Jungkook asintió—. ¿Qué es?

—Pidamos comida coreana.

Y en ese instante apareció la tensión que Jeon trataba de comprender, esa que Yugyeom no estaba haciendo mucho esfuerzo por esconder, o sí. En realidad, sí se estaba esforzando, solo que para el pelinegro se había hecho muy sencillo notarlo.

—Claro. —Yugyeom pasó los dedos por su cabello negro más largo y lo puso detrás de su oreja. Sus manos temblaron levemente, debía calmarse. Él no estaba haciendo nada malo; tratar de evitar que su pareja recordara eventos traumáticos no era descabellado—. ¿Está bien si pido Bulgogi?

—Por supuesto.

El ruido de la televisión era demasiado bajo, el hombre, tal vez no estaba muy emocionado mientras daba las noticias, o lo que fuese que estuviese haciendo. Pero el silencio entre ellos se volvió casi asfixiante. Y el silencio jamás se había sentido así. Al menos, no que Jungkook recordase.

—Amor...

—Viajaré mañana —Jeon se apresuró a mencionar, no sabía la razón por la que lo había hecho; no obstante, necesitaba hacerlo. Encontrar un motivo más para que su conciencia no le recriminara estar ocultándole cosas a quien había estado con él todo ese tiempo—. Olvidé contártelo antes.

Promesa. [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora