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Lee Jieun no sabía lo que pasaba por su mente, Taehyung sabía que pese a que su novia lo intentara no podría descubrirlo. Pero, seguía huyendo cuando la veía acercarse; como en ese momento donde apenas la miró de reojo mientras se sentaba a su lado para extender un vaso de agua hacia él.

—¿Hay algo mal? —preguntó Jieun con voz suave, interesada pero aparentando normalidad. Sus cabellos negros cayeron sobre sus hombros con gracia a medida que ladeaba su rostro para mirar a su novio—. ¿Puedes decirme?

Taehyung tragó con dificultad sin notarlo, la miró y esos ojos dulces le devolvieron la mirada. Tenía un gesto preocupado en su rostro y el castaño se sintió un poco más imbecil, como si eso fuese posible. Negó con la cabeza sin ser capaz de verbalizar una mentira más, pese a las miles que ya había dicho.

Todo estaba mal, desde la postura ansiosa de su novia hasta su mente en otra persona antes que ella. Quería correr, alejarse del dolor que se mantenía pese a los días pasando. Taehyung no se daba cuenta aún que él mismo era quien impedía que eso pasara, puesto que seguía prefiriendo la mirada indiferente de Jungkook sobre la que su novia le estaba dando.

—Es papá —mintió, no del todo. Sin embargo, estaba seguro de que ella no alcanzaría a entender el alcance de todo—, las cosas en la empresa no están mejorando.

Jieun sabía, la empresa Kim no estaba yendo bien de ninguna forma. Estaba cayendo a pasos agigantados, y ella tenía información de aquello solo porque Taehyung lo había mencionado por equivocación meses atrás.

—Sabes que hay una solución —Eun habló después de un silencio extenso, claramente vio a su novio adoptar una postura tensa, en desacuerdo—. El dinero de mi familia...

—No puedo tomar tu dinero, Ji —el castaño cortó, mordió su labio inferior mientras pensaba en la manera de decirlo, de ocultar lo que en realidad pensaba—. No es justo.

—Vamos a terminar casados, ¿no? —ella siguió tanteando, sonrió escondiendo los nervios que producía tomar la iniciativa para hablar de aquello—. Podremos tomarlo como una inversión, podemos...

—Aún no nos hemos casado. —Taehyung se puso de pie para huir de la mirada suave de su novia decayendo después de sus palabras. Cerró sus ojos unos segundos y giró sonriendo—. Es decir, deja que solucionemos esto primero.

—Es eso precisamente lo que estoy haciendo, Taehyung.

—Lo que quiero decir es que... —se detuvo al darse cuenta de que no tenía idea de nada más que el horrible estado de ansiedad en el que entraba al enfrentar que casarse con ella era parte de su futuro—. Es que... No quiero que nos casemos solo por nuestros problemas financieros, Jieun.

—Taehyung...

El castaño se apresuró a sentarse a lado de ella para tomar sus manos, sus suaves y pequeñas manos; las miró y no pudo evitar comparar, no eran las de un hombre y no tenía que ser brillante para notar que ese era un pensamiento estupido. Carraspeó para ver al rostro inquieto, la comisura de su labio se levantó en una sonrisa mientras trataba de ignorar que ella era la mejor opción desde siempre y que si su padre se llegara a enterar que era él quien estaba posponiendo el matrimonio y no ella, como se lo había dicho, estaría muy molesto.

La besó con suavidad, con culpa a la vez que la sostenía del rostro entre sus manos pidiendo perdón dentro de sí mismo.

—Lo siento.

Susurró cuando se le hizo imposible no sollozar, ahora frente a ella se daba cuenta de lo mal que había estado. Que actuar en automático era lo mejor que podía hacer durante los últimos años. Jieun y él eran amigos desde hace más de cuatro años, ella siempre fue presentada como su prometida, compartieron miles de recuerdos pero el amor no era uno de ellos. Quizás, ambos lo sabían, pero era Taehyung quien tenía a alguien más en todo su ser que se lo recordaba.

Promesa. [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora