Capítulo 11: Feliz cumple... ¡NO!

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—Yo le he hecho un dibujo —explicó Kate mostrándolo—. La nueva Ojo de Halcón y Spiderman de la mano triunfantes por haber ganado una batalla juntos. —Kate dio un suspiro triunfante—. Vosotros estáis aquí de segundo plano, es que no quería excluiros, pero no sois los protagonistas.

—¿Qué estamos haciendo? —preguntó Yelena intentando entender ese dibujo de Harley y ella en el final.

—Nada, solo estáis ahí, felices —respondió Kate—. Aunque pocas veces te he visto estando al lado de Harley con una sonrisa como esta.

Yelena rodó los ojos.

—Mi regalo es mejor —comentó sacándolo de su mochila, Harley abrió la boca para hablar—. Antes de preguntéis —Harley cerró la boca—, es una copa —contó—, pero está al revés. Ose a, se bebe, pero al revés, es genial. Quise una desde que la vi, así que decidí regalársela a Peter y después robársela constantemente.

—Es un poco inservible —dijo Harley.

—¿Qué le vas a regalar tú? —preguntó Yelena frunciendo el ceño.

—Pues —respondió Harley sacando su móvil—: Una invitada especial. —Yelena frunció el ceño—. Cuando Peter nos contó que le había impactado mucho el comentario de MJ en el directo decidí ponerme en contacto con ella por su nombre de usuario.

—Harley, eso es super bonito —dijo Kate poniéndose la mano en el corazón, Yelena levantó las cejas.

—Así que me he puesto en contacto con ella, no le he explicado la historia, pero creo que viene —dijo Harley orgulloso con una sonrisa.

—Y cuando demos los regalos, ¿le dirás a Peter que MJ era el suyo delante de ella? —preguntó Yelena arqueando las cejas.

—Le diré que su regalo está en la cesta y después se lo explicaré —explicó Harley, Yelena y Kate cruzaron una mirada—. Mejor le compro también un detallito —aceptó después.

—¿Y esa chica ha aceptado a venir sin más? —preguntó Yelena cruzándose de brazos con aire chulesco.

—Eh —balbuceó Harley—. Llevamos unos días hablando y le he ofrecido a ir, no ha sido raro.

—¿Cómo que unos días hablando? —preguntó Kate con los ojos muy abiertos—. Déjame ver la conversación.

Harley le dejó su teléfono con indiferencia, entonces Kate frunció el ceño mientras leía en voz alta:

—¿Colacao o Nesquick? —Kate levantó una mirada—. ¿Así empiezas una conversación con una desconocida?

—Para que podamos seguir siendo amigos, ¿cuál elegirías tú? —preguntó Harley.

—Sigue leyendo —ordenó Yelena.

—Ella responde con un signo de interrogación —contó Kate—. Y él le dice que es una encuesta que está haciendo con un amigo y le envía una foto de Peter y él. Vaya... Ella responde que Colacao y Harley le dice que está enferma diciéndole que no se disuelve. Ella dice que en eso consiste y Harley le dice que esperaba más de alguien que le gusta no sé qué libro.

—¿Sobre la dalia negra? Un caso real —dijo Harley—. Un asesinato.

—Ella se interesa por esto, empiezan a hablar —continuó Kate—. Y hablan y hablan. —Kate levantó la mirada para observar a Harley—. Harley esto no va a conseguir que a la chica le guste Peter, solo estás consiguiendo que guste de ti.

—¿Qué?

—Qué feliz cumpleaños se va a llevar Peter —rio Yelena.

—No puedo molarle a MJ —se alarmó Harley—. Ese no era el plan.

—No —rio Yelena.

—Esto es un desastre, esto es un desastre —se alarmó Harley paseándose por la habitación con los brazos en la cabeza—. Vale, sin nervios.

—Yo no estoy nerviosa —respondió Yelena.

—Estaré toda la fiesta como un impresentable —ideó Harley—. Vestiré mal, no me peinaré... —Harley tomó asiento con dramatismo—. ¿A quién quiero engañar?

—Sí, eso digo yo —respondió Yelena—. ¿A quién quieres engañar? Nunca te peinas.

—No, eso no era lo que quería decir —se enfadó Harley—. La cosa es que soy irresistible. Da igual como me muestre.

—No creas —respondió Yelena.

—¡Sí, exacto! —exclamó Kate.

—¿Ves? —preguntó Harley dramatizando.

—Así es como se espanta a una mujer, o a cualquiera con un poco de cerebro —dijo Kate para sí—. Échate flores, habla siempre de ti, ¡péinate el pelo constantemente!

—Por primera vez —murmuró Yelena.

—Así no le gustarás y su atención irá a Peter —concluyó Kate—. Viste de chaqueta cuando todos dijimos que iríamos informal. No des asco físicamente, el verdadero asco es el de una personalidad insoportable.

—Vale —aceptó Harley—. Entonces seré asqueroso —decidió.

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—Recuérdame que hay que comprar gomina, Peter —dijo Harley bajando las escaleras como un señor—. Odio cuando no hay de repuesto. —Peter frunció el ceño—. ¿Han llegado ya los invitados?

—Los invitados somos nosotros cuatro —dijo Peter algo extrañado—. ¿Por qué te arreglas tanto?

—Porque un esmoquin siempre va con la ocasión cuando eres como... —Harley se silenció—. ¿Aún no ha llegado? —preguntó mirando a Yelena y Kate quienes se encogieron de hombros. Peter no dejaba a de mirar a Harley. Él observó su teléfono—. ¡Oh, mierda, tengo varias llamadas pérdidas, no! No le dije el sitio. ¡No, no, no!

—¿En serio, Harley? —preguntó Yelena—. ¿Cómo invitas a alguien y no le dices el sitio?

—¿Qué? —preguntó Peter—. ¿A quién invitaste?

—A una amiga —respondió Harley acelerado—. Bueno, no amiga, más bien a una conocida.

—¿A mi cumpleaños? —inquirió Peter cruzándose de brazos.

—Perdona, deja que le llame —dijo Harley saliendo de la habitación—. ¡Mierda, mierda, mierda!

—Esto es un desastre —murmuró Yelena.

—¡No! —respondió Kate alegre—. Es genial. —Bajó la voz para que solo la oyese Yelena—. Así es como haces que una chica te odie para siempre: Dejarla plantada.

Yelena sonrió maliciosamente.

—Todo arreglado —dijo Harley entrando con una sonrisa forzada—. Ella no va a venir.

—Bien, lo cierto es que no tenía ganas de desconocidos en mi casa —se quejó Peter.

—En realidad no era una desconocida para ti —dijo Harley en un susurro, Peter le observó con el ceño fruncido—. Y... ¿te importa si mi regalo es muy, muy pequeño? Como un detallito.

—Creo que será mejor regalo una buena historia que contar —comentó Yelena sentándose divertida sobre el brazo del sofá apremiándole a que empezara.

Compañeros para SpidyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora