Capítulo 6: ¿Quién ha robado mi chocolatina?

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Era un día muy feo, lluvioso. No había ganas de nada, ni de nadie. Solo quería llegar a casa, tumbarse, dormir un poco o... comerse una chocolatina. ¡Ahí estaba! ¡Ahí reposaba! Peter no podía dejar de mirarla, esa chocolatina, debía ser suya.

Sacó el dinero necesario, sujetó la chocolatina y pagó en el mostrador. Feliz salió de allí con una sonrisa en la cara y fue a casa a dormir.

Después de su merecida siesta por una mañana entera grabando vídeos de él mismo rescatando gatitos de los tejados, fue muy dispuesto a por su chocolatina, pero ¿dónde la había dejado? Había vuelto tan cansado que ya no lo recordaba.

—Kate, Yelena —las llamó al ver a las dos tumbadas en el sofá mientras comían palomitas—. ¿Habéis visto una chocolatina? La he traído porque de verdad necesitaba azúcar. Era de kínder, no la encuentro por ningún lado.

—Ni idea —respondió Yelena negando con la cabeza—. Ni siquiera te habíamos oído llegar.

Peter ignoró eso último y salió de la habitación para seguir buscando. En una de estas encontró a Harley en su habitación construyendo algo de lo que prefería no preguntar.

—¿Has visto una chocolatina de kínder? —preguntó Peter.

—Ojalá —respondió Harley—. ¿Te habías comprado una?

¿Por qué sonaba tan sospechoso?

—¡Sí! —respondió Peter.

—Pues eso te pasa por no comprarnos a los demás —comentó Harley tratando de unir algo de su artilugio—. Ay, no, no encaja.

—Eso te pasa por borde —respondió Peter cruzándose de brazos. Harley rodó los ojos—. Ayúdame a buscarlo, por fa, necesito azúcar.

—Tómate una cucharada de azúcar de la cocina —le ofreció Harley, Peter puso los ojos en blanco y salió de allí.

Estaba claro lo que había pasado. Alguien le había robado esa chocolatina y por eso ya no estaba. Con lo cansado que estaba seguro de que se la había dejado muy a la vista haciendo que el resto del piso tuviera una fuerte tentación.

Iba a hacer que confesaran. Como si fueran un villano de una de sus películas o batallas como Spiderman. Se levantó y decidió hacer un interrogatorio rápido: Acusar y punto. Depende de la reacción del acusado sería o no el culpable.

—Harley. —Peter abrió la puerta de golpe haciendo que se sobresaltara—. Ahora lo entiendo. Robaste mi chocolatina.

—¿Qué? —preguntó Harley.

—Alguien la ha robado —protestó Peter—. No puede ser que cuando me he echado la siesta haya desaparecido. Harley, me la has robado, ¿sí o no?

—No —respondió Harley continuando con su trabajo—. No sabía que te habías comprado una chocolatina, sino me hubiera pensado en robártela.

Peter parpadeó dos veces.

—Quizás la hayas perdido —dijo Harley—. O tal vez si ni quieras la hayas comprado. Estabas muy cansado cuando llegaste.

—Harley, no me mientas —ordenó Peter muy serio.

—Peter, en serio, no he robado tu... —Harley se interrumpió para apretar un tornillo—. ...chocolatina —continuó después—. ¿Cómo sabes que no han sido las chicas?

—Están comiendo palomitas —respondió Peter—. Son menos sospechosas.

—Espera, voy a hacerme unas palomitas a ver si así dejas de desconfiar de mí. —Harley se levantó, sacudió sus manos y salió de allí. Peter no respondió. Harley era un gran sospechoso, pero tampoco estaba del todo seguro de que fuera el culpable, él siempre actuaba raro. Les preguntaría a las chicas.

Compañeros para SpidyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora