Capítulo 27: La batalla

264 30 45
                                    

—Hola, Nora, no quiero asustarte, ¿sabes? Y no tienes que preocuparte, pero eres importante para mí y estoy en una situación muy peligrosa. Necesitaba que lo supieras, ¿sabes? No va a pasar nada, no tienes que preocuparte, pero... me caes muy bien y te has vuelto especial para mí... No estaba de más que lo supieras. —Harley envió el audio, después tragó saliva y volvió a grabar—. Hola, otra vez yo... solo quería decirte que de verdad no tienes que asustarte, pero si pasase algo, que no va a pasar, por favor ve a mi piso, abre mi cajón y recoge lo que hay ahí y quédate con mi perrita, ¿vale? —Harley lo envió, después negó con la cabeza y grabó un tercer audio—. Olvídalo, lo que está pasando no es importante, está todo bien, solo me ahogo en un vaso de agua.

—Harley —le llamó Peter con las cejas caídas, Harley dio un suspiro y guardó su teléfono—. Todo va a salir bien, ¿vale? —Harley asintió preocupado—. Tanto nosotros como las chicas sabremos atacar y los perros están en la residencia. Nada va a salir mal.

Harley asintió de nuevo. Peter apoyó su mano en el hombro de Harley.

—Te lo prometo. —Harley miró la ciudad preocupado.

. . .

—¿Estás temblando? —preguntó Yelena acercándose.

—No estoy temblando —respondió Kate apartándose de ella—. O sí... Puede que tenga frío.

—¿Frío? —repitió Yelena con los brazos en jarra—. Lo dudo.

Kate le observó.

—Vale, tengo miedo ¿es lo que quieres escuchar? —inquirió enfadada. Yelena le dedicó una media sonrisa.

—Solo quiero que confíes en mí —dijo poniéndole sus manos sobre los hombros de Kate—. Estos días han sido un poco locos, ¿sabes? El miedo puede desunirnos, pero también unirnos por eso espero tu confianza.

Kate dio un suspiro.

—Quiero defender el mundo —dijo—. Quiero ser una vengadora, ¿sabes? —Yelena se cruzó de brazos para escuchar a su amiga—, pero no puedo evitar tener miedo.

—Bueno, tener miedo es parte del oficio de ser superheroína —dijo Yelena—, pero también lo es ser cada día más valiente.

Kate sonrió.

—Eres la mejor compañera de piso que he tenido —sonrió.

—No lo digas delante de Harley y Peter, por favor —respondió Yelena con una risita— o mejor, hazlo cuando volvamos con ellos.

Kate asintió débilmente.

—Yelena, ¿hay algo que contarías en un momento de riesgo como este? —preguntó caminando de espaldas a Yelena.

—Ni siquiera hemos empezado con el plan, Kate —respondió mirándola, Kate se rascó la cabeza indecisa antes de volverse a Yelena.

—Pero ¿contarías algo? —insistió volteándose.

Yelena no respondió mientras observaba los brillantes ojos de Kate. Estos suplicaban una respuesta, pero ¿cuál podía ser?

"Chicas, ya casi es el momento" dijo la voz de Peter por el pinganillo. Después de escucharlo ambas se miraron durante unos segundos, entonces Yelena lo dijo:

—Sí hay algo que diría, Bishop —su voz sonaba débil. Kate la observó muy detenidamente—. Me gustas. —Kate se quedó inmóvil—. Sí, maldita sea, me gustas, Kate Bishop.

"Chicas, cuando os diga" decía la voz de Peter.

—Contéstame, ¿no? —La risa de Yelena con los ojos lagrimosos era una desesperada búsqueda de una respuesta. Kate solo observaba a su amiga con la boca entreabierta.

Compañeros para SpidyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora