Capítulo 25: Planes de ataque

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—Esto de salir de casa cada vez que tengamos que hablar es una mierda —se quejó Harley con el ceño fruncido—. Además no sé si es seguro, ¿y si nos siguen?

Peter paró los pies, mientras sus compañeros le observaban frunciendo el ceño. El chico miró hacia los lados acelerando el corazón del resto.

—¿Peter? —se atrevió a preguntar Yelena.

—No estamos solos —susurró Peter mirando hacia los lados. Los demás se miraron—. Lo noto. —Peter giró la mirada a su derecha donde Harry se encontraba. En menos de un segundo pegó un salto y comenzó a correr mientras Peter le seguía.

Yelena, Harley y Kate se miraron confusos y lo siguieron.

—¡Alto, alto! —gritó Peter apartando a la gente de donde caminaba—. ¡Vayan a por él! ¡párenlo! ¡Policía! ¡Policía!

Harry cruzó una esquina, pero lo que no esperaba es que fuera un callejón sin salida. Paró sus pies con prisa mientras los cuatro jóvenes se paraban delante de él.

—¿Quién eres? —preguntó Peter con seriedad—. ¿Qué buscas de mí?

—Éramos mejores amigos, Peter —mintió Harry con una sonrisa, mientras Kate tensaba el arco, Harley le apuntaba con su lanza-patatas y Yelena sujetaba unos chacos.

—Déjate de mentiras y dime quién eres —ordenó Peter, Harry tenía una mirada asustadiza, pero de pronto su rosto cambió con una sonrisa—. ¿Qué? —preguntó Peter.

—Jovencitos. —Un policía de detrás de ellos sujetaba unas esposas—. Vengan conmigo.

—Es irónico que no se dignaran a aparecer cuando gritábamos "policía" y vengan ahora —comentó Harley.

El policía levantó las cejas.

—Soltad las armas y meteros en el coche si no queréis ir a la fuerza —dijo.

—¿Le hacemos caso o huimos épicamente? —le preguntó Yelena a Peter, él observó a los dos policías que habían llegado detrás del primero.

—Cada uno, uno —ordenó a sus compañeros, ellos asintieron y todo fue tan rápido que Peter ni siquiera pudo procesar. Dos patatas de Harley dejaron inconsciente a uno de los policías, unas flechas de Kate habían dejado a otro pegado al coche y Yelena había conseguido aturdir a otro con unas llaves de judo.

Peter se giró entonces a Harry, pero desgraciadamente ya era tarde y había escapado. Sus compañeros le miraron jadeantes y Peter suspiró.

—Necesitamos respuestas —dijo.

Anduvieron las calles de Nueva York como si nada a paso rápido pasando desapercibidos a pesar del lío del callejón. Entonces llegaron al Santuario el cual estaba siendo reconstruido con un hechizo por Wong y todo sus estudiantes aún en pijama rodeados de cámaras y periodistas.

—¡Este hechizo necesita concentración! —gritaba Wong—. ¡Todos fuera!

Pero los periodistas seguían con sus preguntas. "¿Qué pasó anoche?" "¿Es un problema místico?" "¿Aliens?" "¿Multiverso?"

—¡Wong! —exclamó Peter abriéndose entre la gente junto al resto de sus compañeros—. ¿Qué pasó anoche? —Wong gruñó—. Es importante —suplicó Peter, miró a la prensa—. Puedo ayudar.

—¿Tú eres el del Matheus del otro día? —preguntó Wong—. Lárgate, ya tengo suficientes problemas. —Luego se dirigió a la prensa—. ¡Largaos todos! —Pero solo consiguió que todos se acercasen más.

—Wong, necesitamos hablar —suplicó Peter—. Esto es importante, de verdad. —Volvió a mirar a la prensa, sujetó a Wong de su bata y lo acercó a él—: Tengo respuestas de lo de anoche.

Compañeros para SpidyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora