"Hoy será un mejor día"
Pensó Mina al darse cuenta de que ya había amanecido, abrió sus ojos y apagó la molesta alarma de su teléfono.
"04 de octubre 5:00 a.m." se leía en la pantalla del celular.
La hora perfecta para levantarse y alistarse para trabajar, algo temprano para algunos e inclusive para aquella joven, pero no tenía opción. Después de quejarse e incluso maldecir un poco por fin pudo levantarse, tendió la cama y arregló el cuarto. Se dirigió a su cocina y tomó lo primero que vio en su nevera, terminó su desayuno y regresó a su cuarto para poder vestirse y maquillarse. Tomó sus pertenencias y se dirigió a la puerta de su departamento para irse.
Salió del deprimente lugar que rentaba, y abandonó el edificio, al momento de hacerlo sintió un viento helado el cual ocasionó que se tensara su mandíbula, pero a pesar de querer darse la vuelta y volver a acurrucarse en su cama, comenzó a caminar a la parada de autobús.
Seúl estaba totalmente solitario por la hora que era, pero le agradaba, el silencio, el poco movimiento, incluso podía sentir tranquilidad. A lo lejos visualizó el autobús el cual la llevaría a su destino.
─Buen día ─saludó Mina al hombre que conducía, él respondió inclinando ligeramente su cabeza. El bus iba totalmente vacío como de costumbre.
Tomó asiento en uno de los lugares del final que estaba junto a una ventana. Para poder hacer el trayecto menos aburrido y evitar dormirse, se colocó audífonos y se dispuso a escuchar a Taylor Swift. Pasaron unos largos minutos, en los cuales de poco a poco el autobús comenzó a llenarse de personas listas para trabajar o estudiar. Después de otro lapso por fin visualizó su destino y rápidamente bajó.
"6:45 a.m."
"Perfecto" pensó Mina, "usualmente llego un poco más tarde"
Caminó a aquel hospital el cual (si bien era lindo y elegante) no le agradaba mucho. Ingresó al lugar. En recepción saludó a seguridad y a aquel amable recepcionista que siempre tenía una sonrisa en su rostro. Llamó al ascensor y subió hasta el quinto piso, al llegar se dirigió a su puesto de trabajo, un muy elegante y hermoso escritorio negro que Mina odiaba, tomó asiento, acomodó sus pertenencias y encendió la computadora que tenía enfrente.
─Buen día a mi japonesa favorita ─escuchó a sus espaldas la voz de su jefe el cual se oía bastante feliz.
─Buen día doctor Lee ─devolvió el saludo sin despegar los ojos del monitor.
─Llevas 4 meses y medio trabajando aquí y sigues llamándome por mi apellido ─se quejó el hombre y se posicionó frente la joven llamando su atención─. Señorita Mina, llámeme Jung por favor.
─Lo siento, no me acostumbro.
─Pues acostúmbrese por favor ─dijo dedicándole una sonrisa amable la cual devolvió, odiaba trabajar ahí, el ambiente laboral era algo pesado y aburrido, pero a pesar de eso a Mina le gustaba trabajar para el doctor Lee, un psicólogo bastante reconocido de 28 años, de tez blanca, cabello oscuro muy bien peinado, alto y musculoso, el cual era bastante amable con su alrededor─. El día de hoy le voy a pedir que cancele todas mis consultas de las 3:00 p.m. en adelante y las recorra a los días que haya espacio por favor, tengo una importante comida.
─Por supuesto doctor Lee... disculpe, Jung.
─Te agradezco Mina, en cuanto a usted, no quiero que se quede contestando llamadas, archivando expedientes, etcétera ─comentó haciendo a la menor arquear una ceja─. En cuanto salga de aquí tú también puedes irte.
¿Seguro que no necesita que me quedé? ─preguntó extrañada debido a que era la primera vez que pasaba algo así.
─Si, no es necesario, trabajas bastante para mi tómate la tarde libre por favor.
─Si así lo desea ─dijo sonriendo.
─Muy bien señorita Mina, en cuanto llegue el paciente de las 7:00 a.m. me informa ─pidió. Dicho esto, él se dirigió a su consultorio.
Suspiró un poco y comenzó a trabajar, llamó a todos los pacientes de la tarde para cancelar sus citas, y aunque algunos no respondieron por la hora que era, decidió que los llamaría más tarde. La mañana pasó un poco lento como de costumbre, consiguió contactar con los pacientes que faltaban de mover sus citas, agendó nuevas, acomodó papeles y archivos en la computadora, hasta que por fin dieron las 11:00 a.m., la hora del almuerzo.
─Ufff algo pesado el día ¿no cree? ─dijo el doctor Jung saliendo de su consultorio, Mina solo asintió ─. Iré a almorzar algo, la veo a las 11:50.
─Hasta luego doctor ─se levantó y estiró.
Salió del hospital y se dirigió a la cafetería a la cual iba a comer habitualmente, era lo mejor que había por ahí tanto en sabor y en precio. Al ingresar al lugar, saludó a las meseras (las cuales ya la conocían) y se sentó en la misma mesa de siempre. Sacó del maletín que llevaba su notebook y lo encendió. Estaba dispuesta a avanzar un poco aquella historia que llevaba poco escribiendo. A eso dedicaba sus tiempos libres, a escribir historias, algunas de misterio, otras de fantasía, pero sus favoritas (aunque no le gustase reconocerlo) las historias de amor.
─Hola, bienvenida a "La Boheme" ¿Puedo tomar su orden? ─interrumpió una voz la cual era desconocida para la japonesa, levantó la mirada y visualizó una chica con unos hermosos ojos cafés, los cuales eran grandes y a su vez rasgados al punto de perecer los ojos de algún felino, tenía unos labios carnosos con un lunar del lado izquierdo debajo de estos, esta llevaba su cabello café oscuro en una pequeña coleta, y al parecer su cabello era corto, su tez era pálida y por lo que podía ver era un poco pequeña de estatura. Esta tenía en sus manos una libreta y un lápiz, lucía emocionada y feliz.
─Hola... emmm, lo de siempre por favor ─pidió Mina algo tímida a aquella chica, la cual la miro confundida.
─Una disculpe señorita, es mi primer día trabajando aquí ─comentó.
─Oh, lo siento ─tenía razón, ella no había tomado su orden anteriormente ni la había visto en el café─. Quisiera un café con leche con una cucharada de café y dos de azúcar, y un Panini de pollo parmesano por favor.
─En seguida se lo traigo ─anotó en su libreta el pedido y velozmente se dirigió a solicitarlo.
Mina volvió a concentrarse en su computador y regresó a su escritura, escribía y a su vez borraba palabras sin parar, al parecer el día de hoy se encontraba inspirada. Así siguió durante unos cuantos minutos hasta que volvieron a interrumpirla.
─Su pedido ─dijo la mesera poniendo el almuerzo sobre la mesa─. Que lo disfrute
Muchas gracias ─Mina sonrío en forma de agradecimiento. La mesera se retiró para poder continuar trabajando, ya hambrienta bajó la mirada para poder comenzar a comer, pero hubo algo que llamó su atención, en el plato del café había una nota la cual contenía una carita sonriente, al ver ese detalle Mina no pudo evitar sonreír.
"Tal vez hoy si es un mejor día" pensó.
":)"
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𝐹𝑜𝓇 𝓎𝑜𝓊𝓇 𝑒𝓎𝑒𝓈 𝑜𝓃𝓁𝓎 [𝔐𝔦𝔠𝔥𝔞𝔢𝔫𝔤]
RomanceCuando cruzaban miradas, sentían como si todos sus sentidos hubiesen tomado vida nuevamente. -Advertencia, contenido sensible en algunos capítulos, lee bajo tu propio riesgo-