Especial: Myoui Mina.

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Myoui Akira caminaba de prisa por los largos pasillos del hospital, buscando la dichosa habitación numero 12 donde se suponía era la sala de emergencias, cuando por fin dio con ella entró sin pedir permiso, encontrándose con la escena que esperaba ver, a su esposa a punto de dar a luz a su primer hija.

─He venido lo más pronto que he podido ─dijo el hombre acercándose a su esposa, la cual solo asintió─. ¿Qué es lo que te han dicho los doctores?

─Si sigue hablando con su esposa probablemente termine arrojándole algo para que se calle ─dijo una enfermera entrando a la habitación─. La señora Myoui no ha dilatado lo suficiente y en estos momentos está pasando por mucho dolor ─Akira asintió nervioso─. No hay nada de qué preocuparse, el doctor viene en camino para poder ayudarla con eso y pueda dar a luz pronto.

─¿Es necesario que me quede con ella?

─Solo si usted lo desea ─Akira de inmediato vio a su esposa la cual a pesar del dolor soltó una carcajada.

─Todo saldrá bien, recuerda que también soy doctora... ─Sachiko intentó calmar a su esposo, que sudaba por los nervios­─ Sal, te veo en unos minutos.

El hombre se acercó a su esposa y posicionó su mano en su vientre y después plantar un beso en la frente. Se dirigió a la sala de espera no sin antes comprar una botella de agua, hacía demasiado calor.

Akira no podía pensar en otra cosa que no fuese su hija, ¿Cómo sería?, ¿Nacerá bien de salud?, ¿Sus inexpertos cuidados de padre primerizo serian lo suficiente para ella?, el hombre se encontraba desesperado por verla, los 8 meses y 3 semanas habían sido rápidos para él, pero no había día en el que desease tener a su hija en sus brazos, poder darle todo el cariño del mundo y consentirla siempre. Desde que supo que sería una niña se sintió el hombre más feliz del mundo, otros padres hubiesen estado decepcionados por que no haya sido un varón, pero a Akira no le importaba, el solo deseaba tener hijos.

Sumido en sus pensamientos dejó el tiempo pasar, y sin darse cuenta ya habían pasado más de 4 horas, hasta que escuchó a la enfermera llamar su nombre. Akira se levantó de su asiento y con prisa se dirigió acompañado de la enfermera a ver a su esposa y a su hija. Soltó un suspiro cuando la enfermera abrió la puerta y la vio, su esposa sentada en la cama con un pequeño bulto envuelto con cobijas. Era su hija, su hija había nacido.

Con lentitud se acercó y observó el pequeño rosto de su bebé, sus ojos estaban cerrados y sus manitas estaban echas puño, esa imagen definitivamente se quedó grabada en lo más profundo de su corazón.

─Háblale ─dijo Sachiko con voz débil.

─Hola pequeña Mina... ─la voz del hombre se rompió y unas cuantas lagrimas bajaron por sus mejillas─ ...soy papá.

La familia Myoui vivía muy feliz en japón pero un contrato por parte del bufete de abogados de su esposo los hizo viajar a Texas durante 5 años, en ese tiempo la pareja vivía de la mejor forma posible, el hombre trabajaba y su esposa se dedicaba a cuidar a su hija, ambos habían conseguido obtener buena posición económica así que el señor Akira decidió regresar con su familia a Japón para que su esposa pudiese continuar aquel doctorado inconcluso que tanto anhelaba, y cuando por fin lo terminó comenzó a trabajar en un prestigioso hospital gracias a su esposo, el cual había movido sus contactos para que pudiese ser contratada. La vida con los Myoui iba a la perfección, después de años y esfuerzo estaban logrando lo que siempre quisieron, o al menos materialmente lo hacían, la ambición de ambos por tener más y más dinero los llevó a inversiones, cenas con importantes personas y por ultimo lo más ambicioso que se habían propuesto, (en especial la señora Myoui) su propia clínica, la cual después se convirtió en un gran hospital, uno de los mejores de todo Japón.

𝐹𝑜𝓇 𝓎𝑜𝓊𝓇 𝑒𝓎𝑒𝓈 𝑜𝓃𝓁𝓎 [𝔐𝔦𝔠𝔥𝔞𝔢𝔫𝔤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora