Nueva vida

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Cuando el novio del protagonista despertó ya era de día y al ver a su amado, solo pudo darle un beso en la frente para luego salir despidiéndose de su amigo e irse por un portal a la superficie de Undertale apareciendo en la salida del subsuelo, vio el amanecer habitual que pocas veces vio, tomó aire profundamente para luego expulsarlo por la boca ya que esperaba lo que sea que le sucediera en el día. Comenzó a caminar hacia la ciudad con calma, no sabía que tan lejos podía llegar para no afectar la historia del humano, pero lo haría lo mejor posible para no meterse en problemas con el protector de Aus.

Pensaba en que tal vez podría seguir siendo stripper, de todos modos, ese trabajo no implicaba obligatoriamente ser prostituto también como su anterior trabajo. Solo tenía que encontrar un buen lugar.

Tardó en encontrar un departamento barato para quedarse, hasta que encontró un edificio que parecía algo maltratado, viejo y con las ventanas en el mismo estado, por suerte no se podía ver lo que había adentro, por lo que decidió entrar sabiendo que no podría pagar algo más, vio a un humano durmiendo en su escritorio que supuso era el recepcionista.

Lust: *Trata de hablar con una voz dulce* E-Em... d-disculpe.

: Zzz...

Lust: U-Uh ¡Oiga!

: Zzz...

Lust: ¡¡Oiga!!

: ¿¡A-Ah!? *Lo mira confundido* Ahh no, este no es un motel, el motel está a dos calles más *Se vuelve a acomodar*.

Lust: ¿¡Qué!? N-No, no, vengo a rentar un departamento, a-algo barato y pequeño... *Susurra* Para dos personas.

: Barato y pequeño *Revisa en la computadora* ¿Por cuánto tiempo se quedará aquí?

Lust: *Suspira* No sé, por ahora busco trabajo.

: ¿Solo es usted?

Lust: ... Sí.

: Situación difícil para acabar aquí jaja. La habitación más pequeña es la 26, cuesta 800 dólares, cuenta con cama individual, cocina pequeña y un baño completo.

Lust: Es suficiente para mí.

: ¿Efectivo o tarjeta?

Lust: E-Efectivo.

Tras pagar y recibir la llave, se dirigió al ascensor mientras el contrario volvía a su siesta, pero al pulsar el botón, nada pasó, quedó un buen rato ahí hasta que supuso que el ascensor no servía, soltó otro suspiro para dirigirse a las escaleras a paso lento hasta llegar a su piso mirando la puerta deprimente.

Encajó la llave en la cerradura para girarla y abrir, encontrando una habitación con algo de moho en las paredes, el inodoro estaba justo enfrente de la entrada, el baño no tenía puerta, la cocina estaba a su derecha; solo era un pequeño frigobar, un lavaplatos que se notaba algo oxidado, el bote de basura y una parrilla portátil. A su izquierda estaba la cama que en el lado de la cabecera estaba una ventana que daba a la ducha... sin duda el arquitecto era un criminal. La única ventana decente, estaba a un costado de la cama que daba a la pared de otro edificio, agradable vista.

Entró y cerró la puerta con llave, al menos la habitación estaba limpia dentro de lo que cabía, eso pensó hasta que se acercó al lavaplatos donde había una cucaracha escondida que voló hacia su cara haciendo que pegue un chillido y le dé un manotazo para matarla, no sabía cuánto podría durar en tales condiciones, ya ni su anterior casa estaba tan mal.

Esperaba no tener que estar mucho tiempo en ese horrible sitio sin su pareja, solo quería estar junto a él y sentir sus "labios" contra los suyos, su gran cuerpo, sus manos filosas y cálidas, ese orbe rojo intenso como la sangre que lo dejaba en trance, esa dulce mirada.

"Dos muertos de hambre" Horror x LustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora