maratón 3/3
Julieta
De repente estábamos pasando por una ola de calor y no habíamos entrado en verano todavía. Eran finales de octubre, pero nos estábamos cagando de calor.Era viernes, por suerte ninguna tenía clase, y estábamos en la casa de Guada. Si, después de que me encerrara con Iván la perdone, porque no podía no hacerlo. Igual estuve unos días sin hablarle, por la actitud nomas.
Con Iván siguió todo más o menos como veníamos hasta ahora, solo que no peleábamos tan seguido como antes. Había como un pacto silencioso de no contar lo que había pasado, ni tocar mucho el tema.
Volviendo a lo anterior.
Habíamos tratado de tener una tarde productiva, pero fallamos horriblemente.
Nico estaba tirado boca abajo en un sillón. Carre, Guada y Spreen tirados en el piso al lado del aire acondicionado, y Lara, Nacho y yo sentados en los dos sillones restantes, también cerca del aire.
-Creo que es el día más caluroso y aburrido del año- dijo Lara tirándose al piso, uniéndose a los otros tres.
-podríamos hacer algo, como para dejar de aburrirnos- propuso Nico, a lo que nos quejamos. No me planeaba mover de acá.
-¿Tas loco?- le dijo Nacho- si salimos ahora nos derretimos, fija.-
-Más vos, que sos un bombón- le dijo Carre, tirándole un beso y Nacho lo agarró en el aire.
Trolos
-igual no decía de salir ahora, capaz más en la tarde y volver a la noche- Nico le sacó el dedo a Nacho y Spreen se rió.
-¿a dónde vamos a ir?-
-no se-
-uy ¿se acuerdan cuando fuimos a aquel lugar que tenía como un lago? Podríamos ir ahí- preguntó Carre, todos asentimos.
-me parece re bien- contestó Guada-
¿ustedes que dicen?-
-para mi, pésimo-
-Bueno pensa algo vos entonces, Lara-
-No se peleen, eu- dije, interviniendo por primera vez en la conversación. Lara y Guada se amaban, pero a veces tenían esos días donde se peleaban cada dos segundos.- para mi re podemos ir, estaba re lindo ese monte.- Carre sonrió.
-Bueno, vamos a buscar las cosas antes de que nos arrepintamos y ya salimos.-
Lara y yo teníamos la ropa en la casa de Guada, porque nos habíamos quedado a dormir. El resto iba a sus casas a buscar las cosas.
De mientras, aprovechamos a guardar comida y bebidas en las mochilas; así no nos cagamos de hambre ni de sed, algunas mantas por si pintaba quedarnos hasta tarde y hacía frío, un par de toallas y demás.
-¿Cómo nos repartimos?- Ivan preguntó una vez que volvieron.
Era obvio que no íbamos a entrar todos en un auto solo. El único que estaba ahí, aparte del de Rodri, era el de la madre de Guada.
-me da lo mismo- contesté.
-Vamos Nico, Spreen, Carre y yo en uno, y ustedes en el otro ¿les va?- dijo Nacho.
-No, yo quiero ir con Rodri- se quejó Guada, y Nacho rodó los ojos- Spreen puede manejar el de mi mamá si quiere.
-Ok, entonces Spreen va con Lara y Juli, y Guada con nosotros. Problema resuelto, vámonos- dijo Nacho, y cada uno se subió subió al auto que le correspondía.
Fue un viaje largo, sobre todo porque el auto no funcionaba del todo bien. Cada tanto se apagaba, o hacía ruidos raros. Además, Iván no tenía la libreta hace mucho tiempo, y a mi me ponía bastante nerviosa su forma de manejar.
Lara se sentó en el asiento de copiloto, o sea que yo tuve que ir atrás.
Ellos charlaron todo el camino. Ella trataba de integrarme a la conversación, pero era al pedo.
A veces envidiaba a Lara y su manera de ser simpática con casi todos. Irradia una energía que te hace querer contarle todo.
Eran casi las 14:30 cuando llegamos al lago, y habíamos salido a las 12. Tremendo viaje.
Pasamos el resto de la tarde ahí, comimos unos sanguchitos, nadamos, algunos se tiraron a dormir la siesta al solcito y otros abajo de los árboles a hablar. Vimos, por fin, como Nico y Lara se acercaban más. Hace meses le decimos que hay algo entre ellos, pero le daba miedo acercarse y que no fuera mutuo. Por suerte lo fue.
Fue una tarde preciosa.
Decidimos irnos después de las 7 de la tarde, cuando ya estaba anocheciendo.
-che, si quieren podemos poner algunos bolsos en el auto donde van ellos, así queda más espacio en el nuestro y puede venir alguien más- dijo Nico.
-Yo quiero- dijo Lara, y le sacó el lugar a Iván, que estaba apunto de decir lo mismo.
-perdón Ju, no me mates amiga. Te adoro, después te lo compenso de algún modo.-
La quiero matar. Me habían dejado sola con él, de nuevo.