Julieta
-si, hablar contigo-
Tenía una mezcla de sentimientos dentro de mi. Estaba enojada porque vino, pero feliz, por lo mismo.
-¿puedo pasar? por favor.- puso cara de perro mojado. Sabe que me compra con eso.
Suspiré.
Estaba medio feo afuera. Frío y por ponerse a llover. No puedo dejar que se enferme ¿no? mejor que pase un rato.
Solo quiere hablar, y no puedo darle la espalda así. Pero fue un tarado.
¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?
-bueno…pasá- dije casi en un susurro.
Me miró sorprendido, creo que estaba esperando que lo echara.
Pasó y fuimos a la cocina. -¿querés que te bata un café?- dije tratando de poner la voz más neutral que pude.
-no, siento que voy a vomitar.- Asentí y terminé de hacer mi café.
-¿vas a hablar?-
-si, perdón. Estoy nervioso- se aclaró la garganta.- Te quiero explicar cómo fueron las cosas.-
Lo miré, esperando a que siguiera hablando.
-también quiero pedirte perdón por lo que hice, y que me escuches-
-okey-
Me miró con los ojos abiertos. -¿me perdonas?-
-no, te estoy escuchando. Dijiste que te escuchara…-
bajo la mirada. -si.-
Escuché todo lo que dijo, toda la historia de Martin, como le empecé a caer bien, y como ahora me quería.
Todo eso, con la misma expresión en mi cara. No quería que supiera cómo me sentía, aunque por dentro me estaba derrumbando.
-...me olvidé de hablarle a Martin,después te conté a vos y ahora estamos así. Y se que es mi culpa, pero espero que me entiendas.- no lo miré.
No lo miré, porque sabía que si miraba esos ojos marrones llenos de culpa, iba a llorar. Y eso era precisamente lo que no quería.
Traté de tragar el nudo que tenía en la garganta, y pestañeé para guardar las lágrimas que se estaban por formar en mis ojos.
-Spreen, yo...-
-¿soy spreen ahora?- me miró triste.
-No puedo decirte de otra manera, perdón-
El ambiente que había era espantoso, lleno de tensión y silencio. La luz tenue de la cocina no ayudaba en nada. Toda la situación era muy deprimente.
-¿qué decías?- dijo volviendo a la conversación.
-Que por más de que me cuentes todo esto, yo ya no sé qué creer y que no. Créeme que me duele en el alma y en todo el cuerpo, porque todo está diciéndome "pobrecito, está arrepentido y está diciendo la verdad" pero en el fondo hay una vocecita diciéndome "no le creas, porque lo hiciste una vez y mira como están ahora". Porque me acuerdo de cada cosa que hicimos juntos, y fue todo mentira. No fui- me corregí- no fuimos nada para vos. Te chupó un huevo todo.-
Lo miré, y evitaba mi mirada.
-Me mentiste. Y como la estúpida que soy, fui y te creí. Todos los recuerdos que tengo contigo son mentira, aunque digas que fue sincero, sé que no.- respiré para seguir hablando.- por más que te arrepentís, siento que me traicionaste- me quebré.- me usaste. No solo eso, sino que me destrozaste el corazón en mil. Y aún así, igual te extraño. Pasa el tiempo, y me duele verte, porque me doy cuenta como te necesito, y te amo.- termine la oración con un hilo de voz. Él levantó la mirada- Pero te odio. Te odio por hacer esto, y te odio por ni siquiera haber pensado en lo que estabas haciendo. Tenes 21 años, no podes ser así.- me pasé la mano de forma brusca por la cara, para sacarme las lágrimas. Hizo lo mismo.- Te odio porque nunca nadie me hizo sentir así, y ahora que sé que fue todo mentira quiero que vuelva todo a como estaba antes. Quiero que vuelva el tiempo atrás.-
-no fue todo mentira, Juli-
-No puedo cambiar de opinión. Por más que me pidas perdón, el daño ya está hecho. Si te deja más tranquilo y con la conciencia en paz, te digo que te perdono, pero el hueco que tengo en el pecho no se me va a ir. Me encantaría poder hacerte sentir lo que yo siento.-
Sé paró de su silla, dándome a entender que se quería ir.
-¿Te doy un consejo? En el futuro, si por un milagro te enamoras de verdad de alguien, hace las cosas bien desde el principio, así no la haces pasar por esto.-
-No me voy a enamorar de nadie que no seas vos- me quedé callada.- Voy a esperar lo que sea necesario para que me perdonas de verdad, y para que vuelvas a confiar en mi. Aunque sea como mi amiga- se puso la capucha, afuera comenzaba a llover.
-Iván, no hagas esto más difícil de lo que ya es.- miré miré cielo, o más bien techo, frustrada.- estoy tratando de superarlo, pero venís y me desconchas todos los planes. Quiero poner todo en el pasado, pero no me lo estás dejando hacer.- dije casi gritando.- porque venis a mi cocina, y pones esa cara de perrito mojado cuando te puteo, y me lo haces 100 veces mas difícil-
-no grites, estoy acá-
-es mi casa y hago lo que quiero- me defendí.- ¿sabes que es lo que más me molesta? que ahora quiero que te quedes, con la excusa de que afuera está lloviendo y no quiero que te pase nada.- fruncí el ceño.- es muy difícil esto.-
-¿qué cosa?-
-esto- nos señalé.- no puedo ser tu amiga, ni la persona que amas. Al menos no hasta que se vaya todo el enojo que tengo. ¿Te puedo pedir algo?- asintió rápidamente. -¿Te puedo dar todo lo que es tuyo, así te lo llevas?- soltó un bufido, pero terminó accediendo.
Le di la remera que me prestó alguna vez, unos libros que me había dado, y su perfume. El que había dejado, y ahora estaba sobre mi ropa, y todo lo que era mío. Ese olor me daba ganas de llorar.
-ojalá hubiera hecho bien las cosas-
-si, ojala- dije sincera- me encantaría que lo hubieras hecho.-
Esperaba que se llevara sus cosas en silencio y no se diera vuelta a mirarme, pero no fue así.
Soltó las cosas en la mesa de la entrada, y me abrazó. Me abrazó fuerte, como si quisiera unir todos mis pedacitos.
Me quedé dura, y cuando reaccioné, moví mis brazos para rodearlo. Podía escucharlo sollozar, y me partió al medio.
Hizo el intento de hablar, pero no podía por el llanto.
-no pasa nada- lo tranquilice.
Se separó de mí, me dio un beso en la mejilla, y lo vi irse abajo de la lluvia que recién había empezado a caer.
-espera- grité.
Salí de la casa, descalza, a correrlo. No me escuchó, por lo que el tirón del brazo que le di lo tomó por sorpresa.
-¿qué haces? ¿estás loca? volvé adentro, te estas mojan…- Puse mis manos en sus cachetes y lo traje hacia mí, juntando nuestros labios.
Lo que más ansias y cosquillas me generaba, ahora lo estoy haciendo en forma de despedida.
Me separé y lo abracé de nuevo, llorando.
-Volvé, Juli- dijo con la voz temblorosa.
-Te amo- lloré. -pero ahora no puedo-
-Yo también te amo- lo solté, y aunque dudó, siguió caminando.
Me quedé bajo la lluvia viendo como se llevaba sus cosas, y con ellas, un pedacito de mi.
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Estoy absolutamente destrozada y sin nada que decir.
Lloré como hija de puta escribiendo esto.
Espero que les guste (???) perdón, l@s amo🤍🥴
-Mica:)
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𝘵𝘩𝘦 𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴 𝘐 𝘩𝘢𝘵𝘦 𝘢𝘣𝘰𝘶𝘵 𝘺𝘰𝘶 | 𝘴𝘱𝘳𝘦𝘦𝘯
Fanfiction𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗝𝘂𝗹𝗶𝗲𝘁𝗮 𝗲 𝗜𝘃𝗮𝗻 𝘀𝗲 𝗼𝗱𝗶𝗮𝗻 𝗺𝘂𝘁𝘂𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲