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La noche se prestaba para aquel hermoso momento, sería un dia bastante importante para la pareja, aquella sorpresa lo marcaría al "TODO" que Yoongi prometió sobre los labios de su amado.

Era precipitada la decisión, tal vez necesitaban conocerse más, tener noción de lo que es vivir en juventud, pero él prefería vivir enamorado y embobado por Park Jimin, sin tener una manera más expresiva de decirle que lo amaba, muy seguro de ello, le entregaría su vida en matrimonio. Tan solo esperaba que el hermoso y risueño rubio le dijera que "Sí".

Aquella propuesta no llegaba sola, ya eran una família, tendrían la responsabilidad compartida de educar y proteger a Bae, su primogénito. De cualquier manera era obligatorio hacer aquello pero para Min iba más allá de sus obligaciones, quería un hogar para los tres y ¿quién sabe? Tal vez para una família numerosa.

Lo quería todo y es que uno enamorado ve el matrimonio como lo más lindo del planeta, una cita en el registro civil suena genial. ¿Que pasaría si en algún momento el enamoramiento se apagaba? Dudaba de aquello, ver cada mañana a su copito de algodón durmiendo a su lado, tener pequeñas discusiones en donde ambos terminan dejando el orgullo de lado solo porque se les antojó un besito, cuando se duchaban juntos y Jimin entraba en el juego de la timidez, sus noches de pasión, de llanto, de enojo y alegría, todo eso le decía que sí, era Jimin, lo sabía desde hace cientos de noches atrás.

-Papá nos está secuestrando, Bae- susurró Jimin hacia su barriguita que pronto se sacudió por los movimientos de aquel pequeño huésped. 

-No asustes a mi hijo, solo iremos a cenar- el pálido tomo la regordeta mano de su mano y le dejó un  beso.

-Ya hemos pasado nuestros restaurantes favoritos. ¿Planeaste una cena en una estación de servicio?- Min rió y miró asu novio.

-¿Te molestaría?- preguntó contemplando aquellos hermosos ojos café.

-No si es contigo- respondio en un dulce tono de voz, aquel con el que enamorada un poco más a su pareja.

Habían charlas, risas, una pequeña pelea, tensión sexual y un poco más que solo tensión. Llegaron a su destino y Jimin miró hacia el exterior bastante confundido.

-¿En donde estamos?-preguntó riendo del nerviosismo.

-Ven- Yoongi sonrió y salió del vehículo para ir hasta la puerta de su novio y ayudarlo a bajar. -Espera- lo detuvo un momento, estaba nervioso, la respuesta la sentía obvia pero tampoco estaba por preguntarle su color favorito.

-¿Que suce...- fue interrumpido por los labios deseosos de su novio quien también le apretó la cintura y buscó tener más contacto aunque fue en vano, la barriguita no se lo permitiría. -¿Es un hotel?-preguntó Jimin al finalizar el beso. -En dos semanas se acaba la fiesta, hacer el amor sería un poco incómodo- Yoongi negó nuevamente y volvió a besar los labios de su amado, tenia que calmarse y solo así lo lograría.

-Ya... ven conmigo- Jimin siguió a Yoongi tomando su mano, se sentía seguro, con Min nada malo le pasaría.

La puerta de aquella hermosa casa se abrió y Yoongi le dió paso al menor quien sonreía bastante curioso ya que no habían personas allí, solo habían pequeñas velas en el suelo.

-¿De quien es esta ca... ¡Oh my god!- dijo viendo las rosas en aquella habitación.

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W-hor-E  ●YOONMIN● Donde viven las historias. Descúbrelo ahora