La marca del demonio [YOONMIN]

Capítulo 6

– No puedo creer que lo trajiste en contra de su voluntad y sin avisarnos, ¿acaso eres estúpido? – habló molesta la pelinegra chica viendo al inconsciente chico rubio en la cama y sintiéndose realmente hastiada por su belleza inconfundible. 

– ¿Acaso tienes miedo de que te quite tú lugar, Seulgi? Te dije que no te acostumbraras. – explicó Yoongi tocando con su mano la mejilla del rubio a la vez que escuchaba a la chica bufar, pero no le importo y solo siguió apreciando el rostro del chico. 

– Solo soy realista. Debiste hacer caso a lo que te dijo aquella vieja bruja y no traerlo de nuevo aquí. Ese chico traerá problemas, es mejor que lo regreses ahora que puedes y ya no te acerques a él. 

 –Cállate de una vez. Báñalo y vistelo, no le digas nada sino quieres terminar al otro lado de la calle roja. – advirtió con demanda en su voz saliendo de aquella habitación, sintiéndose harto de la presencia de aquella mujer que aunque sus acciones no las reflejará, él sabía hacia donde iban. 

Y Yoongi no necesitaba dar explicaciones, por fin tenía a Jimin donde quería y eso era más que suficiente. 

Jimin abrió los ojos confundido, no recordaba que había sucedido con él, su estómago estaba revuelto, por lo que el mareo se hizo presente haciéndolo casi vomitar, sentía el sudor bajar por su frente tan molesto como para sentirse acalorado; asustado miró a su alrededor dándose cuenta que estaba en una grande habitación de paredes color beige y cortinas color vino. 

Frunció el ceño sin saber en donde estaba, su cabeza dolía y no podía recordar que fue lo último que le paso, solo tenía vagos recuerdo de haber salido de la casa de Namjoon corriendo, pero ¿por qué? Tenía el presentimiento de que algo malo había ocurrido, pero no recordaba que. 

– Veo que ya te despertaste. – la voz de una mujer lo hizo saltar en la cama asustado, pero se tranquilizo al ver a una chica de cabello negro parada frente a la puerta de la habitación, tal vez ella le daría explicaciones. 

Necesitaba tanto saber donde estaba, ese lugar no inspiraba confianza.  

– ¿Donde estoy? –  preguntó confundido Jimin intentando levantarse de la cama y estirando los brazos, se preguntó cuanto tiempo estuvo dormido. Su cuerpo dolía de una forma extraña.

–  Eso realmente no te debe importar. Solo puedo decirte que saberlo hará volar tú cabeza y frustrarte. – y Jimin no entendía a lo que se refería esa mujer, tan solo pensaba en irse a casa, tal vez se había desmayado y ella lo había recogido. – Levántate, él me dijo que te bañará y te vistiera, así que demonos prisa. 

– ¿Él? ¿De qué hablas? Yo me iré a mi casa, no se que me paso pero tengo que irme. – insistió Jimin poniéndose de pie demasiado confundido y con completa desconfianza – Gracias por cuidar de mi, pero debo irme. 

– No me obligues a dormirte, ¿cooperaras o no? 

La voz de la mujer hizo que un escalofrió recorriera su espalda, Jimin se asustó, no entendía lo que pasaba y mucho menos comprendía el por qué esa chica quería bañarlo y vestirlo. A simple vista parecía una chica normal, de su misma estatura y con un cuerpo realmente sensual, sin duda lograba intimidarlo un poco.