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Jimin había sido convertido en ángel caído por Yoongi quien lo engatuso con sus encantos haciendo que pecara al besarlo. Un ángel nunca debía hablar con un demonio.

Fue una relación extraña dónde Jimin constantemente amenazaba a Yoongi con morir sí él seguía dejándolo solo en esa habitación durante todo el día. Yoongi tenía el anhelo de ascender al trono siendo la segunda mano de su padre. Y al ver a Namjoon ser tan feliz mientras que él hacía de todo por lograr sentirse completo pues nunca había tenido la aceptación de satanás por ser el hijo de un sucubo de menor categoría.

Jimin solo anhelaba que Yoongi lo amara y tuviera paz aún sí eso significaba sacrificarse él.

Yoongi era un mounstro y él se convirtió en uno. Por eso no tuvo dolor en matar almas, ni engañar a personas porque con eso Yoongi se sentía feliz, Jimin no tenía problema en seducir a personas si con eso ellos serían superiores a todos. Si con eso ambos conseguirían la felicidad y satisfacción.

Jimin amaba demasiado a Yoongi que ambos vivían desenfrenadamente el momento teniendo sexo, matando, jugando con almas o simplemente ayudándose mutuamente para seducir a demonios o personas vivas que pudiesen serles de ayuda para subir un escalón más. Aunque todo eso paso a otro nivel cuando sin saberlo terminaron en distintos lugares en la tierra como si fueran personas normales involucrando sentimientos que no deberían tener.

Tenían el plan perfecto para hacer caer a Namjoon, solo debían alejarlo un poco de Seokjin para hacer que todo se quebrara y lograr llegar a la cima.

Así que esperaron el momento en que Seokjin se fuera a la tierra para que Jimin entrara al lugar donde vivía Namjoon en el infierno y presentándose como la mayor tentación logró ser besado, sin esperarlo Jimin logró seducirlo y meterse en su cama.

Y cayó como anillo al dedo que Seokjin llegará justo en ese momento. Jimin solo se rió después de eso cuando vio a Namjoon llorar mientras seguía a Seokjin. Totalmente satisfecho porque él había hecho llorar antes a Yoongi y eso no podía perdonarselo a nadie.

Yoongi quiso matarlo después de eso pero él demonio pudo huir lejos de todos.

Namjoon regreso raptando a Jimin y en una pelea en dónde amenazó a Yoongi con matar al pelirrosa. Jimin exclamó que podría morir en manos de Yoongi pero nunca se dejaría matar por alguien más.

Seokjin regreso de imprevisto justo cuando Yoongi logró enterrarle una daga en el cuello a Namjoon y sacando su alma de aquel inservible cuerpo lo hizo desaparecer. Pero no se dió cuenta de lo que Seokjin hacia con Jimin.

Seokjin logró atar a Jimin a un árbol, sus rodillas y manos estaban dañadas con rasguñones que expulsaban ese líquido negrusco común en los demonios. Jimin nunca podría con alguien tan fuerte como Seokjin y se odio tanto por eso que solo podía gritarle.

Pero cuando Seokjin le enterró una daga en el pecho mientras reía solo pudo comenzar a llorar afligido cuando los ojos de Yoongi toparon con los suyos, lamentaba tanto no haber completado su fase de demonio completo. No siendo capaz de soportar el hecho de que su alma moriría sin haber pasado más tiempo con su demonio, lloró totalmente destruido por eso.

Seokjin huyó en el momento en que Yoongi quiso atacarlo dejando al pálido totalmente ido con ver la imagen de Jimin tan demacrada mientras temblaba de dolor.

– ¡Te dije que debías matarme tú! No te odiaria, pudiste haberme traicionado... – musitó él pelirrosa mientras lloraba asustado por dejarlo solo – Agradezco que me hayas hecho mitad demonio a pesar de todo fui muy feliz a tú lado todo este tiempo, realmente me divertí en cada momento, ahora quizá tú puedas ser feliz. Tienes lo que siempre quisiste

Yoongi desató las cuerdas sujetando entre sus brazos el cuerpo tembloroso.

Por primera vez desde que Jimin conoció a Yoongi, lo vió llorar, acunar con desespero sus mejillas mientras negaba con la cabeza. Sé supone un demonio nunca debía mostrar ninguna emoción humana, eso los hacía ver débiles e inferiores, los hacía perder toda su dignidad.

– Lo logré pero no te tendré a tí. – la voz de Yoongi sonó quebrada y tan ronca haciendo que temblará aún más, dolido por dejarlo.
– Al comienzo solo fuiste un objeto en mi plan, te use y lo acepto pero ahora sé que no podría existir sin tí. Jimin eres mi ángel en medio de todo esto, eres el único que quiso darme felicidad y desmostro genuina preocupación y amor aunque soy un mounstro.

– Entonces haz que reencarne de nuevo, tráeme a tí. Pero está vez haz que sea diferente, aunque quizá la próxima vez deberías morir tú si tanto me quieres – habló por lo bajo Jimin intentando reír – O quizá la próxima vez deberíamos morir los dos, así podremos reencarnar y está vez amarnos de una manera más sana, ¿No lo crees?

– No digas eso, quizá aún pueda marcarte de nuevo y hacer que tú alma vuelva. Puedo intentar volverte un demonio completo.

Jimin negó cansado, su pecho se oprimía en una sensación que invadia todo su cuerpo incitandolo a cerrar los ojos.

– No lo creo, no te esfuerces en algo que no va a funcionar. Sabes que aún me falta tiempo para eso. – mencionó Jimin con lentitud. – Búscame de nuevo, espero odiar mi vida como humano, así será más fácil dejarlo e irme contigo y en caso de que me guste vivir como humano déjame cerca de tí, y cuando recuerde mi pasado te diré que debemos morir los dos.

Jimin acunó entre sus manos el rostro de Yoongi quitando con sus pulgares las lágrimas de las mejillas en un intento de que dejara de llorar.

– ¿Estás muriendote y piensas en volver a morir? Estás loco. Sabes cuánto sufriremos. ¿Y si no logro acerté recordar, deberé morir solo yo? – la pregunta de Yoongi fue acompañada de un puchero que nunca creyó ver en el pálido rostro causando que su pecho se apretara.

– Si no recuerdo nada. Entonces llegará el momento en el que puedamos estar juntos. Quiero reencarnar junto a tí pero siendo humanos. Vivir una vida tranquila, feliz y sin estás mierdas. Te amo, esperaré el tiempo que sea para vivir una larga vida contigo. Esperare con ansias el tiempo en que vivamos juntos. Promete que esperarás.

Entre lágrimas ahora fue Jimin quien lloró. Yoongi nunca había creído que ver morir el alma de alguien importante doliera tanto; saber que pasarían años sin él creaba un sentimiento agobiante en su pecho. No quería separarse de él.

Verlo cerrar los ojos la hizo consciente de que nada valía la pena si Jimin no estaba junto a él. Todo en su existencia había Sido tan soso y horrible, pero con él su existencia tenía un poco de sentido y felicidad.

Pero ninguno de los dos sabía que Yoongi no se atrevería a dejar irlo tan fácil. Rompió su promesa de ambos morir, pero logró que volvieran a estar juntos.

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La marca del demonio [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora