Capítulo 8

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No podía entender las reacciones que estaba teniendo, sus pensamientos estaban confundidos y podía jurar que lo que acababa de hacer era una total tontería tanto en como se comporto, como en lo que dijo.

Jimin esperaba que Yoongi entrará por la puerta, pero no podía pensar en lo que le diría. Ante ese pensamiento el nerviosismo lo invadía por que no debió haberse comportado de esa manera tan altiva y berrinchuda.

Levantándose de la cama decidió ver por la ventana que sucedía afuera de aquel lugar; todo parecía normal, personas caminando en ese grande jardín de negruzcas y rojas flores. Jimin por un momento se perdió entre el caminar de un hombre de castaño cabello quien cortaba el césped, y si no estuviese en aquella turbia situación, pensaría que todo eso era normal.

– No puedo creer que me hicieras correr a Seulgi de esta parte del castillo – la rasposa voz hizo a Jimin mirar hacia atrás con rapidez, y darse cuenta que Yoongi estaba apoyado en el marco de la puerta viéndolo a él.

– ¿Qué le hiciste? – preguntó con preocupación Jimin, porque sin poder evitarlo siempre se preocuparía por cualquier persona aunque lo tratase mal.

La risa burlona no paso desapercibida para Jimin, quien solo mordió su labio inferior con nerviosismo; tal vez se vio como un hipócrita.

– ¿Actúas preocupado después de haber sido tan descarado en querer correrla, y sobretodo mostrarte altivo?

– No sé que es lo que me sucede. Así que estoy igual o más confundido que tú. – explicó entre dientes mostrando su confusión hacia Yoongi – ¡Me trajiste aquí sin explicarme absolutamente nada, no sé que sucede con mis emociones y solo me tienes aquí como tú muñequito que haces que vistan y den de comer! – reclamó con recelo y totalmente alterado, estaba harto de no obtener una respuesta a todo y que ese hombre solo desapareciera y apareciera cuando él quería.

– Te daré la oportunidad de ir a la Tierra unos cuantos días y te explicaré un poco el porqué te traje, pero solo tendrás que darme algo a cambio. – las palabras del pelinegro llamaron por completo la atención de Jimin haciendo que alzará una ceja en completa confusión.

Yoongi se acerco hasta él, haciendo que diera un paso hacia atrás al sentir su espacio personal siendo invadido. Si de por sí la mirada del pálido era imponente, tenerlo cerca hacía que tuviese un leve temblor por todo su cuerpo.

– ¿Qué es lo que quieres? – susurró Jimin sin querer levantar la mirada, pues sí lo hacía tendría el rostro de Yoongi cerca, demasiado cerca de él, así que se limito a ver el pálido cuello contrario.

La mirada de Jimin se poso en su cuello pálido y no pudo evitar mirar aquella protuberancia que se marcaba de forma tan visible en medio del cuello de Yoongi,

– Quiero hacerte una marca en la curvatura de tú cuello. – habló Yoongi en un suave y ronco susurró logrando una reacción que Jimin nunca había sentido con nadie.

Su cuerpo comenzó a hormiguear, y su corazón comenzó una rápida carrera dentro de su pecho haciendo que el nerviosismo lo invadiera. Sintió la mano de Yoongi tomar su mentón y alzarlo, acción que lo hizo mirar los oscuros ojos contrarios y darse cuenta de lo cerca que estaban, tanto así que podía sentir su respiración cerca de sus labios.

Jimin se paralizó y solo pudo mirar los ojos de Yoongi viendo como esté le sonreía de lado, como si esperará una reacción de su parte, pero él no entendía el porqué de sus acciones o por qué quería marcar su cuello.

Tenía miedo de hablar y que sus labios tocarán los contrarios, así que solo pudo apretar sus labios.

Y aunque Yoongi quisiera tomar entre sus labios los regordetes labios contrarios, no podía hacerlo limitándose solo a disfrutar las reacciones del rubio chico frente a él que se mostraba confundido.

La marca del demonio [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora