Era inevitable en gran manera el sentimiento de vacío en el pecho, en poco más de un año había perdido a mi pareja, a mi maestro y uno de mis mejores amigos se encontraba en coma. Además de las mil y una oportunidades en las cuales no pude desempeñar correctamente. Pocas cosas eran peor que estar en mi situación, pero de cierta manera me mantenía con una estabilidad ficticia, sabía que en cualquier momento el castillo que me había construido con naipes podía derrumbarse. Pasados unos cuantos meses de aquellos sucesos imprevistos, me encontraba almorzando en el conservatorio mientras mantenía la mirada perdida hacia al frente. Veía cómo los alumnos y profesores pasaban de un lado a otro siguiendo con sus vidas, cuando de repente escuché de uno de los profesores:
—Oye, ¿te enteraste que Godestep vendrá a la ciudad?
—Escuche que estaban en busca de una voz que les abra los conciertos —le contestó el otro profesor.
—Pues ponte las pilas si quieres ir a las audiciones, aunque sean libres tendrás que ser muy bueno si esperas que siquiera te tomen en cuenta —le terminó de decir mientras se perdían en el fondo del pasillo.
Pensé una y otra vez en la posibilidad de ir a la audición, realmente sería una buena oportunidad, así no fuese seleccionado podría ser una buena experiencia. Pero al informarme bien, la fecha de la audición chocaba con el día en el cual había fijado para ir a quedarme con Elizabeth en el hospital. Ella no se había alejado de Anthony por más de unas horas, su decisión firme de quedarse a su lado seguía firme aun después de los meses. Entonces esa semana me tocaba a mí asegurarme de que estuviera bien a la vez que le acompañaba. Ya que sus padres —pasadas unas semanas de todo aquel accidente— tuvieron que regresar a Alemania, aunque no querían dejarla sola tuvieron que cumplir con el contrato que habían firmado, así que con todo su pesar se marcharon dejándola a nuestro cuidado.
Ya me encontraba resignado a la idea de ir a la audición, no veía la manera para poder asistir, tenía que ir temprano al hospital y en la tarde tenía que ayudar a Halley a mudarse. Encontrándome de esa manera ese mismo día en mi apartamento buscando cajas de mudanza con Eliot.
—Conocí a alguien ayer... —me dijo Eliot acostado en el sofá del salón fingiendo que me ayudaba—. Me casaré con ella.
—¿Pero le gustas a ella? —le pregunté sin prestarle somera atención.
—Todavía no lo sé, y eso es lo que más me emociona —dijo levantando las manos orgullosamente.
—Eliot... ¿podrías ayudarme?, no sé ni porque te traje —dije tirando las cosas con enojo.
—Porque necesitabas al mejor de todos dando apoyo moral —dijo como si de verdad creyera lo que estaba diciendo—. ¿Y por fin qué harás con la audición? Es hoy, ¿no?
—Nada, no iré. Tengo muchas cosas que hacer... Elizabeth nos necesita en este momento más de lo que yo quisiera ir a la audición.
—No utilices a Elizabeth y Anthony como escusa... —dijo un tanto molesto—. Siempre utilizas a los demás cuando no sabes hacia donde huir.
—No siento que sea lo correcto —dije en voz baja mientras me levantaba del suelo.
—¿Por qué te convertiste en un ser tan llorón y patético? —dijo mirándome fijamente.
—No lo sé, ¿feliz? —le grité sin penuria—. Todos continuamos con nuestras vidas a pesar de que Anthony está en un hospital inconsciente sin ningún ápice de mejora, al mismo tiempo que Elizabeth se mantiene a su lado gracias al sentimiento de culpa que le carcome... no puedo hacer como si nada de esto estuviese sucediendo.
—Sé que es cliché, pero... ¿tú crees que Anthony quisiera que estuvieras así...?
—No lo creo... —dije sentándome de golpe en el suelo un tanto cabizbajo.
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Sentimientos de Papel
RomanceDesde pequeños se nos dijo que la luna siempre estaría sobre nosotros para alumbrar nuestro camino. Sin embargo, más de una vez nos encontramos perdidos sin ella. Es gracioso porque mi vida no fue nada aburrida, aunque quizás sea todo gracias a ella...