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BROOKE

Caminaba por el campus de la universidad con dirección a mi clase cuando vi a Nicholas a unos cuantos metros de mi rodeado por sus amigos y las chicas con las que frecuentaba.

Había pasado exactamente una semana desde la fiesta de celebración de mi padre para su candidatura como senador y para suerte mía y de Roland aquello lo tenía demasiado ocupado como para permanecer en casa y preocuparse por nosotros.

Los ojos de Nicholas se posaron en mi y me miraron con odio.

Estaba muy segura que aún no superaba la humillación por la que Alexander Allister lo había hecho pasar y tenía la absoluta certeza de que me culpaba por ello.

Sin prestarle atención seguí mi camino hasta llegar a los pasillos de la facultad en la que estudiaba y en donde se encontraba mi curso.

—Pero mira a quien tenemos aquí –me detengo abruptamente cuando un cuerpo se para frente a mi acompañado de otros dos.

Prácticamente obstruyendo mi camino.

—Hola Corine. ¿Qué tal fueron tus vacaciones? ¿Geniales?, me alegro mucho por ti. Ahora si me disculpas –trato de esquivarla a ella y su séquito, pero logran detenerme, suelto un suspiro.

—¿Estás siendo sarcástica conmigo Brooke? –su voz se vuelve filosa.

—¿Yo? –me señalo a mi misma. —¿Como crees? –me mira como si fuese un insecto en su zapato, una sonrisa socarrona se forma en sus labios ya demasiados rellenos.

—Sabes, mis vacaciones fueron muy placenteras. Nicholas y yo nos divertimos mucho.

—Ah sí, me alegro mucho por ustedes. ¿Solo querías decirme eso?

—Gracias, hoy pensábamos tomarnos el día libre. Anoche no dormimos mucho que digamos –hago una mueca y mi estómago se revuelve, su sonrisa crece con satisfacción.

¿Ella cree que mi mueca es porque Nicholas y ella pasaron la noche?

—Pues si tanto las disfrutaron debieron tomarse otras semanas de vacaciones. Estoy segura que con ayuda de sus padres la universidad no tomaría ningún tipo de acciones –la sonrisa en su rostro vacila y ahora es mi turno de sonreír lo que la hace enojar.

Tal vez actúe como un perrito asustadizo cuando mi padre está cerca de mí.

Eso no quiere decir que cualquiera pueda humillarme.

Me muevo nuevamente para irme y esta vez logro esquivarlas y les doy la espalda mientras me marcho.

—Sé que estás celosa Brooke –me detengo ante sus palabras y me giro un poco, las tres están ahora mirándome con diversión. —Dime, ¿te vas porque no soportas escuchar que pasé tiempo con él?

—Tienes que saber algo Corine. Para yo sentir celos de ti o cualquier persona con la que Nicholas se acueste, primero debería sentir algo por él, cosa que no es así. Te lo he dicho muchas veces, a mí Nicholas ya no me importa. Deja de perder tu tiempo conmigo tratando de obtener una reacción que nunca tendrás. –Me volteo sin esperar a ver sus reacciones a mis palabras.

Finalmente me dejan ir.

###

Llego hasta mi curso y me quedo parada en la entrada, mis ojos recorren cada uno de los asientos y cuando encuentro a la persona que buscaba sonrío.

—Tienes cara de que Corine la perra menor te ha dado la bienvenida –dice Timothy, mi mejor amigo, mientras me acerco a su lado. Dejo mi mochila encima de la mesa y me siento junto a él.

SWEET CAMELIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora