La vida inesperada de Claudia

Capítulo 23: La... ¿cita?

VERSIÓN DE ÁLEX

17:00 de la tarde, en las pistas de baloncesto del instituto

Después de deshacerme de los pesados de mis amigos, que no paraban de hacerme bromas e insistirme en que le pidiera salir ya a Claudia, por fin he llegado al sitio donde había quedado con ella.

Aunque a pesar de salir tarde del cuarto, parece que he llegado el primero, ya que no la veo a ella por ningún lado. Decido sentarme en uno de los bancos que hay allí y saco el móvil para escribirla un mensaje.

Conversación de Whatsapp

- ÁLEX (17:02): ¿Dónde estás, preciosa? Yo acabo de llegar ;-)

- CLAUDIA (17:03): ¡Espérame porfa! ¡Estoy llegando, que me he retrasado un poco! :-(

- ÁLEX (17:03): No tengas prisa, que aquí te espero ♡

Fin de la conversación

Me pongo los cascos de música y los enchufo al móvil. Busco entre las canciones y elijo la primera que veo que me apetece escuchar, "Si no te quisiera" de Juan Magan y Belinda. Le doy al play y cierro los ojos mientras espero a Claudia.

¿Debería hacer caso a los chicos y pedirla salir ya? ¿O me espero a fin de año como le dije a Sofía que haría?

Mi cabeza ahora mismo es un caos. Por un lado quiero estar con ella y disfrutar cada minuto a su lado, pero por otro lado me parece pronto y me da miedo que Marta pueda tomar represalias más graves contra ella solo por salir conmigo.

Creo que esperaré. No creo que nadie pueda seducir a Claudia en menos de 15 días, así que no pierdo nada por esperar un poco, además ni siquiera sé si ella me diría que sí ahora mismo.

Siento como me tocan el hombro y doy un brinco asustado. Estaba tan centrado en la música y en mis pensamientos que se me había olvidado todo lo demás. Me quito los cascos y me levanto del banco a la vez que me doy la vuelta para saludar a Claudia.

¡Guau! O soy yo que me gusta demasiado, o está realmente guapísima... Se ha cambiado de ropa y ahora viene vestida con unos pitillos negros, unas botas azules, un jersey de color azul cielo y con un abrigo del mismo color. Y su pelo... Se ha soltado la trenza y ahora lo lleva suelto y ondulado.

Bendito monumento. ¿Qué tendrá para que me atraiga tanto?

- Madre mía Claudia... Estás muy guapa - le doy dos besos mientras intento disimular que estoy sorprendido.

- Gracias, lo mismo digo - se sonroja ligeramente.

- ¿Prefieres quedarte aquí o vamos a dar una vuelta?

Esto de no poder salir del instituto entre diario me mata. Si pudiera la invitaba a tomar algo por ahí, pero nos tienen prohibido la salida hasta el fin de semana. Aunque claro, yo ya me he escapado varias veces sin que nadie se entere, pero dudo mucho que Claudia acceda a escaparse conmigo, parece que ella es de respetar las normas.

- Nos sentamos un rato aquí, si quieres, y luego vamos a dar un paseo, ¿no? - me dice sonriente.

- De acuerdo - le devuelvo la sonrisa y ambos nos sentamos.

- ¿Tienes pensado ya lo que haremos en tu fiesta de fin de año? - me pregunta de repente.

- No es mi fiesta, es de todos - le guiño un ojo - Y eso habrá que decidirlo mañana entre todos. Tendremos que ponernos de acuerdo en lo que queremos y lo que no.

- ¿Y mi hermano no está enfadado porque vaya yo a la fiesta?

- No, no le importa. Aunque su condición es que si vienes tú no habrá alcohol, y a los chicos eso les molesta, por eso te digo que tenemos que ponernos todos de acuerdo.