Domingo a las 17:00 en un lugar de Alcobendas
Me tiembla todo el cuerpo. Creo que no he estado más nerviosa en toda mi vida. Y sé que estoy así porque tengo que enfrentarme a la dura mirada y a las terribles palabras que Álex probablemente me dirá.
Está enfadado, de eso no hay duda. Mi dilema ahora es saber si podrá perdonarme y que lo nuestro siga como estaba, o acabará dándome largas como me dijo Sofía que podría hacer.
Dios mío, no quiero que se aleje de mí. No quiero que me diga que esto ya ha acabado. Necesito ver su sonrisa, su mirada cálida y transparente, sentir sus abrazos y sus besos... Es lo único que quiero ahora.
- Hola - irrumpe una voz en mis pensamientos.
Ostras. Es él... Ya ha llegado.
- Hola - le digo tímidamente - ¿Cómo estás?
No me atrevo a mirarle a la cara, así que mis ojos lo único que contemplan son sus zapatillas, que por cierto se nota que son nuevas, están relucientes.
- He... tenido días... mejores - titubea, pero no sé por qué - ¿Vas a mirar todo el rato al suelo? ¿O algún día me mirarás a mí?
Subo la cabeza rápidamente y me doy cuenta de que estaba medio agachado intentando buscar mi mirada.
- Lo... siento - ahora soy yo quién tartamudea.
- Ven, vamos al parque de enfrente - lo señala con la mirada y empieza a andar, sin casi mirarme.
Me imaginaba que sería difícil... Pero esto ya pasa a ser imposible. Estoy por huir y dejar todo esto atrás. Creo que sería la mejor opción que puedo tomar.
Llegamos al pequeño parque que se encuentra en frente del colegio y él se sienta en uno de los bancos que miran hacia los columpios, concretamente hacia el gran tobogán rojo que tenemos delante a escasos metros.
- ¿Y bien? - me mira expectante.
Dirijo mi mirada a él y le observo. No sé qué decir... No tengo ni idea de por dónde empezar.
- Lo... siento... Por haberme comportado... como me comporté ayer - vuelvo a dirigir mi mirada al suelo.
Así me siento más cómoda. Mirarle ahora mismo me crea mucha inseguridad, me intimida.
- Mira Claudia... Lo primero, si vas a estar todo el rato mirando al suelo, me voy. Quiero que me mires a la cara y me digas lo que tengas que decirme - afirma seriamente - Y lo segundo, ya te dije que con un perdón no se soluciona esto.
Me armo de valor y le miro fijamente, sin pensar en que ahora mismo él solo siente odio por mí.
- ¿Y qué quieres que haga? Si el daño ya está hecho, ¿qué más puedo hacer? No quiero que esto se quede así, Álex, me gustaría solucionarlo de alguna manera - le digo tristemente.
- ¿Te hubieses acostado con él? - cambia de tema radicalmente - Si te hubiera dejado a solas con él, ¿lo hubieras hecho?
- ¿De verdad me crees capaz de algo así? - estoy aterrorizada - ¡Por Dios Alejandro, solo intentaba darte celos! ¡No quiero ni quise nada con tu hermano, solo intente ponerte a prueba para ver lo que hacías! Pero salió mal, y en vez de eso la lie...
- No te imaginas lo que has provocado, Claudia... - agacha la cabeza con tristeza - Diego no va a parar hasta conseguirte... Ahora eres su trofeo, y se enfrentará a millones de pruebas para ganarte... No sabes dónde te has metido... Tus absurdos celos han provocado lo que jamás creerías...
- ¡Oye tampoco te pases! - me enfado - ¡No hubiera pasado nada de esto si tú hubieras hecho las cosas bien desde un principio! No tengo la culpa de todo, ¿vale?
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La vida inesperada de Claudia
Aléatoire"Te quiero...Te quiero como jamás habría querido a nadie,aunque te suene raro y probablemente no me creas,eres la única chica de todas con las que he estado que me atrae de verdad...Nunca pensé que llegaría a decirlo alguna vez pero...me he enamorad...