Capítulo 15: Recibiendo anónimos

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VERSIÓN DE CLAUDIA

Martes a las 8:00 de la mañana, en el pasillo de una de las clases

- ¿Quieres parar ya, Andrecky? - dice Laura alterada - ¡Me estás poniendo de los nervios!

Empezamos a reírnos todas, ya que Andrecky estaba cantando y saltando de alegría porque le había tocado de pareja en el trabajo de historia a David, uno de los chicos más guapos de la clase. Lleva celebrándolo desde ayer, y es que según ella "David es muy mono y reúne todas las características que busco en un chico". Vamos, que le gustaba, y no ha parado de repetirlo, y como Laura no tiene mucha paciencia, ha estallado ya contra ella.

- Bueno, ¡vale! ¡Doña enfadica! - dice Andrecky a la vez que se mete corriendo en clase para que Lau no le pegue una bofetada.

- ¡Pero será...! - grita Laura.

- ¡Ay, déjala! Si es como una cría - dice Sandra mientras ríe.

- Pues a mí me parece muy tierna - dice Melanie sonriente.

- ¡Para mí es mi ídolo! - digo yo mientras me río a carcajadas.

Y es que Andrecky es la más feliz del grupo. Si alguna de nosotras está de bajón, enfadada o lo que sea, ella es la encargada de sacarnos una sonrisa. Pocas personas consiguen hacerme reír cuando estoy mal, pero ella tiene un don para esto, es una auténtica artista, y la adoro por ello.

- ¡Buenos días chicas! - nos saluda Álex sonriente - ¿Puedo hablar un momento contigo, Claudia?

Las chicas me sonríen y me guiñan un ojo para desearme suerte. A continuación, entran en clase.

- Dime, Álex - respondo seria.

No puedo parecer una desesperada por hablar con él.

- Verás... Quería... Pedirte... Perdón - deja de hablar y mira al suelo - Perdón por las palabras tan feas que te dije ayer.

- Oye, ¿le estás pidiendo perdón al suelo? - digo asombrada mientras le observo.

Había bajado por completo la mirada y si, estaba hablándole al suelo, porque después de tartamudear no ha vuelto a mirarme a la cara. Excepto ahora, que vuelve a mirarme fijamente con sus intensos ojos marrones.

- Es que... Verás... - le noto nervioso.

- Álex, no voy a comerte, di lo que tengas que decir sin miedo, por favor.

- ¡Joder Claudia! ¡Es que nunca le he pedido perdón a nadie! ¡Me cuesta hacerlo! - dice por fin, alterado.

- Bueno... Para todo hay una primera vez - le digo a la vez que sonrío - Si te parece mejor, empiezo yo, ¿vale?

Él asiente y se queda callado para que yo hable.

- Bien, pues yo quería pedirte perdón de nuevo por las palabras tan feas que te dije. Como ya te expliqué, no son cosas que yo sentía, simplemente tuve un mal día y lo pagué con quien no debía - le digo mirándole tristemente.

Él me observa fijamente durante un rato, un tiempo que se me hace largo porque ambos solo nos miramos, sin hablar para nada.

- Esta bien, te perdono - rompe por fin el silencio - Quisiera que me perdonarás tú a mí también por las contestaciones tan malas que te dije ayer - me dice mirándome a los ojos.

- ¿Lo ves como no era tan difícil? - le sonrío - Te perdono yo también, ya estamos en paz.

- Para mí no ha sido fácil, nunca he pedido perdón a nadie, así que siéntete afortunada por ser la primera - sonríe con tristeza.

La vida inesperada de ClaudiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora