Capítulo 4: La mayor decepción

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VERSIÓN DE ÁLEX

Al día siguiente, en el pasillo de una de las clases

- Entonces, ¿te escapas esta noche con nosotros y las chicas o no? - me decía Miguel, o Mike, como le llamamos nosotros.

Yo apenas le prestaba atención. Estaba en otro mundo, mirando para todos lados buscando quién sabe qué. Nunca había estado tan distraído, y mucho menos sin saber el por qué.

- ¡¡Álex!! ¿Me estás escuchando? - me vuelve a repetir, pero esta vez dándome una bofetada para espabilarme.

- ¿Tú estás loco o qué, tío? - le grito mientras acerco mi mano a la mejilla en la que me ha pegado.

- ¡Es que no me escuchas! ¡Te estoy hablando y pasas de mí! ¿Qué es lo que te pasa?

- Nada, no me encuentro bien. Luego hablamos, vete a tu clase que vas a llegar tarde.

Íbamos a clases distintas porque mis amigos pasaron de curso, pero yo acabé repitiendo. Los estudios no se me dan nada bien.

- Está bien, quedamos en la sala de juegos en la hora del recreo. Espero que estés mejor para entonces.

Me da una palmada en el hombro y desaparece por el pasillo. Me dispongo a entrar en clase cuando, de repente, oigo unas voces familiares y me paro para saber quién es.

Y allí estaba ella. Una chica preciosa, bajita (al menos más que yo, que mido 1'70 m), de pelo largo, ondulado y moreno, con unos ojos azules verdosos que hipnotizan en cuanto los ves, y con una sonrisa...con una sonrisa que enamoraría a cualquier chico. Así es Claudia, la hermana de mi mejor amigo, a la que vi por primera vez y me cautivó sin apenas decir nada.

- ¡Hola Claudia! ¿Qué tal te encuentras de tu golpe? - me acerco a ella y le pregunto con una sonrisa.

No sé qué me pasa. Pero siento la necesidad de estar con ella en todo momento. Quizás era eso lo que buscaba antes, a ella.

- Bien, gracias - se detiene en frente de mí junto con Melanie y Sandra.

- Vamos Clau, acuérdate lo que hablamos ayer - le dice Sandra mientras me mira con cara de pocos amigos.

- Está bien chicas, id pasando a clase y cogiendo sitio, que yo soluciono esto y enseguida voy - les dice a sus amigas, que desaparecen de mi vista sin quitarme el ojo de encima.

¿Qué es lo que he hecho para que me traten así?

- Oye, ¿les pasa algo a Sandra y Melanie conmigo? - le pregunto a Claudia, que me mira también de una forma extraña.

- Haz memoria, que seguro que acabas acordándote - me dice muy seca.

- ¿Fue por lo que les dije ayer en la biblioteca? Venga ya, ¿no se habrán enfadado por eso? - le digo preocupado.

- Tienen motivos suficientes para ello, ¿no crees?

- Pero si... - y antes de seguir me interrumpió.

- Mira Álex, mejor deja el tema. Solo venía a decirte que ya no podemos hablar y mucho menos estar juntos como ayer en la piscina - parecía triste cuando me dijo estas palabras.

- ¿Por qué? ¿Es por lo que dije? Claudia, no quería herir a nadie, y si es así lo siento - la miro apenado.

- Déjalo, de verdad. Nosotras no pertenecemos a vuestro grupo, ni queremos pertenecer. Somos de mundos diferentes y nos acabaríamos tirando de los pelos todos.

- Pero si está tu hermano en ese grupo también.

- Eso me decepciona aún más. Pero aun así, es imposible de verdad. Lo siento - me dice apenada y entra corriendo a clase.

La vida inesperada de ClaudiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora