/3/

1.4K 130 43
                                    

De forma inconsciente, escudriñé su cuerpo. Al verlo del todo me pareció aún más atractivo, sobre todo bajo una mejor iluminación. De nuevo, iba vestido con un traje, esta vez de dos piezas, un gris claro que yo casi diría que era plata. Se ajustaba a su esbelto cuerpo de una forma tan sexual que resultaba obsceno mirarle.

Cuando mis ojos llegaron a su rostro —su fuerte mentón, más pronunciadoincluso de lo que recordaba, suplicando ser lamido, besado y mordisqueado—me di cuenta de que él también me estaba examinando. Saberlo hizo que mi caraya colorada se ruborizara aún más. Aunque su mirada no era tan intensa como laprimera vez que lo vi, su atracción seguía siendo igual de fuerte y supe, conabsoluta e inequívoca certeza, que me deseaba tanto como yo a él.

Jimin habló primero y sus palabras me llegaron como a través de unanebulosa, apenas las oía.

—Esta es Hana. —Supuse que sus ojos no se habían apartado de mi pecho—. Eh…, Min Hana, quiero decir.

En condiciones normales, yo habría estado encantada de tenerle tanconfundido y de que sus pantalones se estuvieran estirando visiblemente, pero mesentía desconcertada por el nuevo dueño. O para ser más exactos, por lo
muchísimo que me alteraba.

—Jeon Jungkook. —El murmullo suave y grave de Jungkook hizo que mismuslos se tensaran y que las bragas se me humedecieran. Y si pensaba que sehabía apoderado de mí con su mirada la noche que nos conocimos, la oleada queme recorrió el cuerpo cuando me estrechó la mano consiguió aumentar aquellaposesión. Casi como unas esposas invisibles que se extendieran para atarme a élde forma permanente—. Me alegra conocerla como es debido, señorita Min.

—Hana —le corregí, sorprendida por el profundo anhelo de mi voz—. Hana.

Soltó mi mano, pero su tacto permaneció en mi piel, en mis venas. Las piezas empezaban a encajar. Por eso era por lo que sabía mi nombre.

Probablemente había ido aquella noche para conocer a sus futuros empleados.Pero eso no explicaba su mirada posesiva. Quizá era de los que consideraban alas mujeres como objetos. Quizá llevara la definición de «propietario» hastaotro nivel. Aquella idea hizo que se me pusiera la piel de gallina.

Y por debajo de aquello, el pánico se adueñó de mis tripas.

No podía ser tan retorcida con mi jefe, el mandamás, el hombre quedecidiría mi futuro en el club. Perder los papeles por él acarrearía graves consecuencias.Me coloqué una mano suavemente sobre el vientre, obligándome a respirarcon el diafragma para calmar mi creciente ansiedad.

Jungkook inclinó la cabeza y me examinó.

—He oído muchas cosas sobre ti. Y he visto tu trabajo. —Se detuvo, paseandosu mirada por mi cuerpo de arriba abajo una vez más, abrasándome la piel alobservarme—. Pero nada de lo que he oído y he visto me había preparado paraverte vestida así.

El color desapareció de mi rostro. No estaba segura de adónde quería llegarcon esa afirmación, pero, por el tono, pensé que me estaba reprendiendo.

—¿Perdón?

—Pensaba que una licenciada en Soulth University que busca labrarse una carrera en
administración iría vestida de una forma más adecuada.

Con la misma rapidez que había palidecido antes, ahora me ruboricé, tanavergonzada como enfurecida. Estaba claro que la parte de arriba de mi atuendoera sugerente, pero eso no pareció importarle cuando me había devorado con losojos un momento antes.

O puede que eso de que me había devorado con los ojos no hubiera sido másque una ilusión.

Mierda. Me lo había imaginado todo, ¿verdad? Todo eso de que me deseaba…Dios, ¿cómo podía haberle interpretado tan mal?

Adiction - jjk [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora