/6/

1.4K 138 65
                                    

Jungkook golpeó la mesa delante de él con un largo dedo.

-Cierra la boca, Hana. Aunque es bastante adorable ver cómo te quedas estupefacta, también supone una distracción.

Cerré la boca. Un millón de preguntas daban vueltas en mi mente, demasiado rápido como para que ninguna de ellas tomara forma. Pero en algún momento, en el fondo, me di cuenta de que me había llamado adorable. Necesitaba una copa, algo más fuerte que el té helado. Jungkook me acercó su Sancerre y yo lo cogí agradecida.

El vino me devolvió la voz.

-No sabía que estabas comprometido. -Entonces, me ruboricé al recordar todas las fantasías sucias que había tenido sobre Jungkook y que yo había creído..., bueno, que había deseado... que estuviera flirteando conmigo. Di otro trago al vino.

Jungkook miró por la ventana, quizá esperando ocultar el tormento que cruzó de pronto por su rostro.

-La verdad es que no lo estoy. -Volvió a mirarme y ahora su expresión era reservada y carente de emoción, como siempre-. Ese es el problema. Ni Jisoo ni yo estamos interesados en absoluto en comprometernos.

Por alguna razón, aquello me tranquilizó. Pero no consiguió aclarar nada.

-Entonces, ¿por qué no rompes con ella sin más?

Soltó un suspiro.

-No es tan sencillo.

Le dediqué a Jungkook mi mejor expresión de «explícate-de-una-vez» .

Parece ser que funcionó.

-Sus padres han sido amigos de los míos desde hace décadas. Tienen un plan específico para la vida de su hija y no aceptan su decisión de no casarse conmigo. Si rompiera conmigo, la rechazarían emocional y económicamente. No es algo que yo desee para mi amiga.

Su explicación me indignó. ¿Estábamos a principios del siglo XXI con matrimonios concertados y mierdas así? Dios, los ricos llevaban una vida muy rara. Escogí mis palabras a conciencia, con cuidado de no mostrar lo enfadada que estaba:

-Aparte de que los padres no deberían controlar a su propia hija, a ti no te controlan. ¿O sí?

Los ojos de Jungkook resplandecieron.

-No. Nadie me controla.

Su enfática respuesta hizo que me pusiera cachonda. Su dominio y autoridad eran muy... excitantes. Me lamí los labios y me encantó ver que él prestaba atención a lo que yo hacía. Estaba reaccionando a lo que yo hacía. Puede que no con tanta contundencia como yo ante él, pero la energía que había entre nosotros era real.

Crucé las piernas tratando de calmar la necesidad que sentía entre ellas.

-Hay algo que se me escapa.

Él asintió.

-Supongo que sí. -Cogió el Sancerre de delante de mí y lo terminó de un trago rápido. Saber que habíamos compartido la copa hizo que sintiera otro hormigueo en mis bajos fondos-. Hana, si hay alguien en el mundo que tenga algo de poder sobre mí, es mi madre. Ella sabe que soy... incapaz... de amar. Le preocupa que termine... solo. Un matrimonio con la hija de su mejor amiga garantiza, al menos, que eso no ocurra. -Medía sus palabras y su tono era tranquilo. Y como siempre que hablaba, me hipnotizaba con la voz-. Haría muy feliz a mi madre si me caso con Jisoo. Si Jisoo aceptara perder toda su vida, yo aceptaría someterme a un matrimonio sin amor. Sin embargo, no me gustaría robarle el futuro feliz que podría tener al lado de otra persona.

Negué con la cabeza, confundida, abrumada, deslumbrada.

-¿Qué pinto yo en esto?

Me miró sorprendido.

Adiction - jjk [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora