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—La comida está lista. ¿La sirvo aquí fuera?

Me giré en los brazos de Jungkook para ver quién había hablado y vi a unamujer mayor en la puerta de la casa. Tenía el cabello completamente gris y surostro más arrugas que el de Woosuk o el de Jiwoo, pero supuse que tenía más omenos su edad. Se estaba limpiando las manos con un delantal blanco que llevabapuesto sobre un vestido azul marino liso.

—Minha, eres un ángel —dijo Woo—. Es una idea estupenda lo de comeraquí.

—Voy a decirles a Hansu y a Jungwoo que vengan con ustedes.

No era una pregunta, pero entendí que con lo que decía les daba a los Jeonla posibilidad de objetar algo, lo cual no hicieron.

Poco rato después, Hansu y Jungwoo estaban sentados con nosotros en elporche disfrutando de un almuerzo de bocadillos de bibimbap, ensalada defrutas y limonada. Aunque muy sencillo, fue uno de los mejores almuerzos que había tomado desde hacía siglos.Esperé hasta que no pude seguir conteniendo la curiosidad y pregunté por qué Jiwoo y Sook no comían con nosotros. No es que deseara la compañía de Jiwoo, pero me habría encantado pasar un rato con la hermana de Jungkook.

—Han salido a comprar cosas para el bebé —respondió Hansu entremordisco y mordisco a su bocadillo de jamón. Dio un sorbo a su limonada—.Sook quería invitarte. Te ha estado buscando antes de irse, pero no ha podido encontrarte.

—¡Lástima! Ha debido de ser cuando estábamos recorriendo el jardín. Losiento, Hana. —Woosuk parecía lamentarlo tanto.

Mi reacción ante tal posibilidad salió sin pensar:

—A la mierda. No pensaba ir a ningún sitio con Jiwoo y mucho menos decompras. —Me tapé la boca con la mano—. ¡Perdón!

Jungwoo fue el primero en estallar con una carcajada, a la que se unierondespués Woo y Hansu. Incluso Jungkook dejó escapar una risa entre dientes de conejo.

—Estoy completamente de acuerdo contigo en eso —dijo Hansu cuandopudo hablar.

—Creo que mamá piensa lo mismo de ti —comentó Jungwoo colocando lospies sobre el borde de la mesa—. Parecía encantada cuando ha visto que Sook note encontraba.

—¡Jungwoo! —El tono de Jungkook era de advertencia.

—No pasa nada, Kookie. —Puse una mano sobre su pierna con cuidado de nomostrar ante los demás lo mucho que disfrutaba sintiendo sus apretados músculosa través de la tela de los pantalones—. Tu madre y yo estamos muy lejos de seramigas. No es ningún secreto.

Jungkook asintió, pero con el ceño fruncido. ¿De verdad le importaba tanto laopinión de su madre? Woosuk tenía razón. Era una lástima. Tras el almuerzo, Hansu y Jungwoo me acorralaron para jugar a la X-Box360 con ellos en la sala multimedia. Jungkook se tendió en el sofá a nuestro ladocon sus gruesos informes y carpetas ocupando la mayor parte del sofá mientrastrabajaba en su ordenador portátil. Al final, el señor Jeon sacó una baraja de cartas y jugamos al póquer utilizando pistachos como fichas. Tal y como habíasospechado, Woo ganó la mayoría del tiempo, aunque Jungwoo también teníabuena maña con el juego.

Tras perder todos mis pistachos con un farol que Jungwoo no se creyó, medesperecé y miré a Jungkook. Aunque no había participado en nuestros juegos,nunca me olvidé de que estaba al lado y su presencia invadía cada parte de mi cuerpo como una constante vibración eléctrica. A veces, cuando le lanzaba unamirada, lo cual hice a menudo, vi que él y a me estaba observando. Era nuestropropio juego de calentamiento secreto, mirándonos el uno al otro, desnudándonoscon los ojos. Después, supe que cumpliría las promesas que había en su sensualmirada.

Adiction - jjk [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora