El rostro de Jungkook era de acero, con la mandíbula apretada y la lengua empujando el interior de su mejilla mientras dejaba el tenedor con un ruidoso tintineo. Jisoo constituía para mí un punto débil.
Provocaba mis celos de un modo absurdo e ilógico, pero, aun así, real. Para evitar que mis emociones me delataran, me mordí un labio. Con fuerza. El rostro de Sook se puso colorado.
—¡Mamá! ¿Por qué has hecho eso?
Woosuk, que había puesto los ojos en blanco al oír a Jiwoo, se acercó entonces a su hija y apoyó el brazo en su propia pierna.
—Sinceramente, Sook, ¿te sorprende este tipo de comportamiento de tu madre?
Jiwoo levantó las cejas con fingida inocencia.
—¿Qué he hecho?
Sook respondió con un gruñido. Jungkook permaneció en silencio mientras la rabia salía en oleadas de su cuerpo. O Jiwoo estaba encantada con la rabia de su hijo o no se dio cuenta.
—La cuestión es que hemos estado hablando de volver a decorar las habitaciones principales. He pensado que esta era una oportunidad para que viniera a mostrarnos algunas ideas mientras se ponía al día con su querido amigo —comentó y apareció su nauseabunda sonrisa dulce—. Hana, tú ya conoces a Jisoo. ¿Sabías que se encargó de la decoración de las oficinas y de la casa de Jungkook?
Lancé una mirada a Jungkook, que apenas podía contener su rabia.
—Sí.
Di un sorbo al café para pensar mis siguientes palabras. El apartamento que había sobre su despacho no era la casa donde Jungkook vivía. Yo nunca había visto su casa, pero, por supuesto, Jiwoo suponía que sí. Cualquier cosa que dijera tenía que pensármela cuidadosamente.
—Jisoo tiene un gusto excelente. Creo que ha sabido captar muy bien el estilo de Jungkook, tanto en su casa como en su lugar de trabajo.
En cualquier caso, aquello era cierto en cuanto a su despacho y al loft. Esperaba que también lo fuera en su casa.
—¿Cuál es tu habitación favorita?
—Jiwoo… —El tono de Woosuk era una advertencia.
Jungkook se puso tenso a mi lado y yo me metí un bocado de huevos en la boca para darme tiempo. Él había dado a entender que nunca llevaba mujeres a su casa, lo cual a mí me había parecido una buena medida de seguridad. No podía acechar la casa de un hombre si no sabía dónde estaba. Pero ¿sabía Jiwoo que su hijo no llevaba a su casa a ninguna mujer? ¿Estaba tratando de tenderme una trampa o me estaba portando de forma paranoide? Además de la preocupación por responder correctamente, estaba la presión de los celos: Jisoo había estado en la casa de Jungkook. Tenía que haber estado si había diseñado el interior.
Me tragué aquel escozor amargo con los huevos y le di a Jiwoo la única respuesta convincente que encontré.
—Pues me gusta toda la casa. No podría escoger ninguna habitación.
Jungkook me agarró la mano, que aún tenía apoyada en su rodilla, y la entrelazó con la suya.
—¿No me habías dicho que lo que más te gustaba era la biblioteca?
Gracias a Dios. Se había tranquilizado lo suficiente como para darme una pista.
—Solo porque tiene libros.
Por supuesto que me encantaría la biblioteca, pues era una ávida lectora. Jiwoo sonrió con aire de suficiencia.
—Apenas tiene libros. Solo Jungkook podía tener una biblioteca sin libros.
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Adiction - jjk [✔]
FanfictionElla tenía el plan perfecto hasta que apareció él... y se convirtió en su obsesión. El acoso y las órdenes de alejamiento son ya cosa del pasado para Min Hana. Con su Máster en Administración de Empresas recién terminado sabe lo que quiere para su f...