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Miré hacia atrás y vi a Jiwoo al otro lado de las puertas con una sonrisa petulante en la cara. Yo ya le había dicho a él que lo dejaba. Entraría a trabajar en cualquier sitio de perdedores que Yoongi quisiera para mí, pues estaba claro que no podría trabajar en ningún lugar donde estuviera Jeon Jungkook. Pero sabía que no dejaría que me fuera a menos que accediera a seguir su plan. Después, cuando llegara a la limusina, le diría a Namjoon que arrancara antes de que Jungkook apareciera.

Asentí de forma concisa. Él se acercó cauteloso y me besó suavemente en la frente. Crucé los brazos para ocultar mis pezones, que se me habían puesto duros a traición.

—En la limusina, Hana. Nos vemos allí.

Me sequé un poco las lágrimas mientras me dirigía al aparcamiento que me había dicho, aligerando el paso cuando estuve fuera de su vista. Había varias limusinas aparcadas, pero localicé a Namjoon apoyado en el capó jugando con su teléfono. Cuando me vio acercándome a él, abrió la puerta sin decir nada.

—Por favor, Namjoon, llévame a casa. —Me atascaba al hablar.

Namjoon cerró la puerta y le oí entrar en el asiento del conductor. No había dicho nada. No había dicho que sí ni que no y, por un momento, temí que solo recibiría órdenes de Jungkook.

Sentí un gran alivio cuando puso en marcha el motor… Y al instante desapareció cuando se detuvo junto a la sala de baile y Jungkook subió al coche. Las puertas se bloquearon automáticamente después de que él cerrara la puerta.

«¡Mierda!» . Probablemente, Jungkook le había enviado un mensaje a Namjoon para decirle que yo iba a salir, que le recogiera después y que no me llevara a ningún sitio sin él. Me sentí estúpidamente traicionada por mi chófer.

Mientras el coche se incorporaba al tráfico, yo me acerqué a la esquina opuesta, lo más lejos que pude del hombre que compartía el coche conmigo.

Jungkook apretó un botón y habló:

—Namjoon, da vueltas hasta que yo te diga. O busca un lugar donde aparcar un momento.

En condiciones normales, me habría sonrojado, avergonzada de lo que Namjoon pudiese creer que íbamos a hacer en el asiento de atrás. Pero estaba demasiado enfadada y dolida como para que eso me importara.

Nos quedamos sentados unos minutos sin hablar. Me costaba imaginar que el siempre controlador Jeon Jungkook se hubiera quedado sin palabras, así que supuse que su silencio era para calmarme. O para irritarme. Alguna especie de táctica de manipulación.

No me calmé. En lugar de ello, el silencio me dio tiempo para revisar cada momento de los últimos días, permitiéndome reconocer su mano tiránica en todas sus acciones. Aquello supuso una inyección para poder odiarle por su control sobre mí. Y, sobre todo, a mí misma por juntarme con aquel malparido.

—¿Qué te ha contado exactamente Jisoo? —preguntó por fin en voz baja.

No pude quedarme callada.

—Solamente cómo manipulas las emociones de mujeres vulnerables. ¿Es cierto?

—Hana… —Se movió en el asiento y colocó la mano en mi rodilla.

—¡No me toques! —Apartó la mano—. Y no pronuncies más mi nombre. ¿Es verdad?

—¿Vas a tranquilizarte para que te lo pueda explicar?

Su tono suave parecía de condescendencia, lo cual aumentó mi furia. Necesitaba que lo admitiera. Tenía que oír cómo lo decía.

—¿Es… verdad?

Su respuesta llegó como una explosión:

—¡Sí, es verdad! —Respiró hondo para recuperar el control—. En el pasado fue verdad.

Adiction - jjk [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora