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Todos habían decidido que era buena idea ir en grupo al festival. Después de todo, la última vez cuando algunos fueron por su cuenta, Draken termino al borde de la muerte y Takemichi con una puñalada en la mano. No iban a arriesgarse. Quienes faltaban por llegar eran los gemelos Hanagaki, que al parecer se habían retrasado porque tuvieron problemas con sus atuendos.

— Hay vienen.

Enmudecieron. Los gemelos lucían increíbles aquella noche con unas hermosas Yukatas combinadas, cortesía de Mitsuya. Ambas eran de color negro con los bordes azul marino, sin embargo, la de Takemichi tenía bordada con hilo dorado soles, y la de Tamiko tenía bordada con hilo plateado lunas. El Obi de la chica era blanco y en su pelo había una peineta con una flor blanca y dijes de estrellas colgando, mientras el cinturón de Takemichi era dorado. Realmente se veían encantadores esa noche.

Al ver a los gemelos todos alzaron su pulgar en modo de aprobación hacia Mitsuya, estaban satisfechos con la imagen.

— ¡Lamento la demora! —dijo Takemichi rápidamente en cuanto se detuvieron frente a ellos —. Fue muy difícil poner el Obi a Tamiko.

Takemichi recorrió con su mirada todos los rostros hasta que paro en Hinata, quién lucia hermosa con su Yukata color rosa pastel con flores de melocotón. Ambos se sonrieron tímidamente, y Takemichi avanzo dispuesto a acercarse a ella.

— ¡Vamos al puesto de tiro, Take! —Tamiko arrastro emocionada del brazo a su hermano, quién observó sorprendido a Hinata mientras se alejaba.

Mikey sonrió con burla. No le gustaba cuando alejaban a Takemichi de él, pero para variar era divertido ver como Tachibana parecía igual de confundida y frustrada. Se lo merece, ella era una de las que más robaba su atención.

Tamiko había estado arrastrando puesto por puesto a su gemelo, incluso había comprado comida en la mayoría

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Tamiko había estado arrastrando puesto por puesto a su gemelo, incluso había comprado comida en la mayoría. Hinata caminaba junto a ellos con una sonrisa un tanto apenada, sin embargo, no decía nada.

— ¿Oh?

Tamiko se detuvo, sorprendida. Era una sorpresa inesperada encontrarse con los hermanos Haitani allí.

— ¿No es la chica que casi te deja calvo? —Rindou alzó una ceja observando con curiosidad a la Hanagaki. Probablemente le habría parecido gracioso que una niña así le hubiese dado problemas a su hermano, y que además le hubiese quitado unos cuantos mechones, pero el chico sonrisas también fue molesto.

Ran observó con ojos precavidos a Tamiko, alerta en caso de que la chica se lanzase de la nada sobre su espalda para jalar su pelo nuevamente.

— Hola —saludo ella agitando su mano con una sonrisa inocente — ¿Tu cabeza está bien?

— ¿Te crees graciosa, enana?

Ran podría haberle retado a un duelo en ese momento, pero se alarmó al notar que a quien miraba era a Rindou. Su instinto de hermano mayor se encendió y se acercó cubriéndolo con su cuerpo y mirando con sospecha a la chica, atento por si quería poner sus manos sobre su hermanito.

Y claro que Tamiko tuvo el impulso de tener sus manos sobre el chico, pero no de la forma que Ran imaginaba. Claro, eso fue en el pasado, cuando lo vio por primera vez, pero seguía sin perdonar que tocaran a su bebé Sou-chan.

Se alzó de hombros dispuesta a alejarse de la tentación al percatarse de que finalmente fueron alcanzados por los demás. Tamiko observó de reojo a su hermano quién miraba con una sonrisa apenada a Hinata. Suspiro.

— Oye —Tamiko se acercó hacia su cuñada lo suficiente para susurrar sin ser escuchadas —. Lo lamento, Hina-chan —murmuro con una sonrisa apenada para desconcierto de la chica —. Han pasado muchos años desde la última vez que vine a una feria con mi hermano, y me emocioné mucho. Me dejé llevar y no permití que tuviesen su propio tiempo.

— No pasa nada, Tamiko-chan —Hinata le sonrió comprensiva, no estaba molesta.

Aquella interacción no paso desapercibida para Takemichi. No sabía de qué estaban hablando, pero le alegraba ver a dos de las chicas que más quería en el mundo conviviendo juntas.

— Ganaré algo para las dos —Takemichi les sonrió ampliamente, de esa forma tan característica de él. Entonces se dio media vuelta y troto hasta un puesto cercano.

— Mi Takemichi-kun es increíble —dijo Hinata con una sonrisa enamorada.

— Nuestro —corrigió Mikey.

— ¿Qué?

— ¿Qué?

Siguieron observando los puestos

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Siguieron observando los puestos. Takemichi solo había conseguido dos pequeños llaveros, pero para ellas era algo increíble que atesorarían siempre porque se había esforzado mucho para conseguirlos, casi hasta quedar en la bancarrota. Tamiko le dio una mirada de reojo a la pareja.

— Les daré su espacio —susurro pasando por su lado.

— ¿Uh?

— ¡Vamos, Chifuyu! —Tamiko sonrió emocionada mientras corría un poco para darle alcance al chico que lucia confundido —. Gana un peluche para mí —ordeno colgándose de su brazo para arrastrarlo.

— Esos juegos están trucados —se quejó Chifuyu dejándose arrastrar.

— Pensé que tenías coraje —suspiro —. Bien, le diré a Souta.

— ¡Oye, nunca dije que no lo haría! —frunció su entrecejo a modo de reclamo, siendo él quién ahora arrastrase a la divertida chica hacia uno de los puestos.

Bi panic |Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora