Taiju observa fijamente a los gemelos y estos le devuelven la mirada estáticos en su lugar. Taiju sabe que su hermana invito a sus amigas a una pijamada, lo que no entiende es que hace allí el chico llorón de la ToMan con el que peleó en el pasado. Además se ha multiplicado, su clon femenino está justo a su lado.
Taiju analiza su apariencia con ojos críticos. El chico indecente está con un pantalón de pijama y una franela que tiene grandes aperturas a los costados, indignante. Y la chica usa un conjunto de franela y short que haría desmayar a las monjas de la iglesia que frecuenta.
— Buenas noches, siéntanse cómodos —murmura.
Taiju no puede decir nada porque está a prueba para volver a ganarse la confianza de sus hermanos, así que guarda para si mismo el hecho de que piensa que esos gemelos son unos demonios seductores que llegaron para corromper a sus hermanos con sus caras bonitas que incitan a la lujuria.
Piensa en la Biblia. Se repite. Después de todo Dios le pone todo tipo de pruebas al hombre para saber qué tan fuerte es su determinación.
Takemichi se siente incómodo. El solo asistió porque no quería que su hermanita fuese a la casa donde estaba Taiju sin protección. Confiaba en los otros hermanos Shiba, pero se sentía más seguro si estaba él a su lado.
Tamiko por su parte, bueno, ella estaba mirando el pecho de Taiju fijamente, casi sin pestañear. Tenía músculos en los músculos.
— Bueno, vamos a preparar algo de comer —Yuzuha sonríe algo incomoda, intentando aligerar el ambiente.
— ¡Si! —grita animada Tamiko — ¡Quiero comer algo hecho por Emma! ¡Mikey dice que todo es delicioso!
No pierde tiempo en arrojarse sobre su amiga que se tensa al tener tan cerca a la Hanagaki, con sus pechos apretándose en su brazo.
Pensar en la Biblia no es suficiente. Piensa en Draken, oh Ken-chin, alejame de la tentación, te soy fiel. Emma comienza a repetir aquello en su mente. Realmente se admita a si misma, Draken debería de apreciarla más por resistirse a la cara bonita de los gemelos.
Yuzuha la observa como si hubiese perdido la razón. Si fuera ella aprovecharia para reforzar la amistad. Digo, la amistad es importante.
— Eh...
Takemichi observa sin saber que hacer a Taiju ahora que han quedado solos en la sala.
— ¿Como ha estado, Taiju-san?
— No —dice firme Taiju —, no importa que tanto intentes hacerme ceder ante ti con esa cara atractiva, jamás sucumbire.
— ¿Qué?
Takemichi le observa sacado de onda, sin entender que sucede. No puede evitar ladear su rostro confundido y observarlo interrogante.
— Lo admito, esos trucos que estás usando me afectan —Taiju frunce su entrecejo al ver cómo lo mira con esa expresión bonita que lo incita a pecar, es más bueno de lo que pensaba —, pero la fe lo puede todo.
Takemichi alza una ceja, sinceramente no entiende que demonios sucede, pero algo le dice que lo mejor será mantener distancia con el lunático hermano religioso de sus amigos.
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