Bi panic |Tokyo Revengers

Especial; Tamiko 1/2

Tamiko era una chica fuerte y valiente, pero una chica que podía ser blanco de la maldad a fin de cuentas. Esto era un detalle que en ocasiones pasaban por alto, confiamos de que sabía defenderse sola, después de todo, ya lo había demostrado. Incluso la Hanagaki se autoproclamaba como la protectora de las chicas, diciendo que estaba dispuesta a todo por su seguridad. Jamás dudaron de esas palabras, sin pensar en lo aterradoras que podían llegar a ser.

Esa noche, cuando Emma y Tamiko llegaron golpeadas y llorando al templo, ninguno de ellos supo como reaccionar, completamente en shock por la situación que no esperaban. Draken, como el más sensato de todos, dio una pausa la reunión para poder atender a las chicas, que eran máxima prioridad en todo momento.

Sinceramente, habían esperado muchas cosas, entre ellas que Tamiko furiosa les explicase la situación, esperaban gritos, insultos, cualquier cosa. Pero no, Tamiko no había dejado de llorar desconsoladamente, siendo abrazada por Emma, quién pareció calmarse primero.

— Chicas, necesitamos saber que ocurrió para poder ayudarlas —Mitsuya le observo con preocupación, hablando con calma para relajarlas.

— T-Tamiko me protegió —fueron las palabras de Emma, dolida.

Porque el objetivo era Emma Sano nuevamente, el punto débil de El invencible Mikey.

Entonces lo supieron por boca de la menor de los Sano. Tamiko había cumplido con sus palabras, había protegido a Emma sin importar nada, dispuesta a todo. Sin importar los golpes, sin importar las manos sobre su cuerpo, porque no le interesaba sacrificarse para que nadie tocase a su amiga.

Pero cuando las cosas pasaron a mayores algo en ellas se quebró.

Y Tamiko lucho, aterrada como nunca antes, y por instinto uso el arma blanca que tenía en casos de emergencia, y antes de que se diera cuenta ya había un cuerpo en el suelo frente a ella. Solo consiguió la ira de sus atacantes, y esta vez Emma se interpuso para sacar a su amiga de allí, pero esos golpes que recibió no eran nada comparado a lo que había ocurrido con su amiga.

Tamiko la había protegido, y ahora estaba rota.

Y otra cosa que se rompió en ese momento, fue el delgado hilo que sostenía la cordura de los miembros de la ToMan. Furia, si, eso sentían en ese momento. Estaban furiosos y dispuesto a hacer correr sangre. Así que no dudaron en subir sobre sus motocicletas para darle caza a esos bastardos.

En cuanto estuvieron lejos el llanto de Tamiko se detuvo abruptamente, como si nunca hubiese estado allí en primer lugar, se sentó comandante en los escalones del templo observando con indiferencia la dirección por la que se habían marchado los chicos.

— Me sabe mal mentir —Emma hizo una mueca, preocupada.

— A mí no. Eso les enseñará que no deben tocarte —sonrió —Además, incluso si lo niegan, los chicos jamás van a creerles.

Sí, era cierto que las habían atacado y Tamiko había cumplido su palabra de protegerla. Sin embargo, ambas chicas estaban entrenadas y sabían pelear perfectamente bien. Los golpes que tenían se los habían dejado asestar apropósito para poder armar su mentira, pero que Tamiko fuera tocada no fue algo planeado. Eso fue lo que la llevo a utilizar la daga.

— No me importa ser una arpía Emma-chan, si eso asegura que puedan estar por la calle tranquilas...

Se encargaría de crear el rumor, de esparcirlo; Que quienes tocasen a sus amigas se llevarían la furia de la Tokyo Manji Gang. Si era necesario mentir lo haría. Porque ya lo había dicho anteriormente, ella estaba dispuesta a todo por la seguridad de sus amigas.