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Abrió lentamente sus ojos y lo primero que vio fueron los rostros de su hermano junto a Chifuyu y Souta, estaban sentados en un sofá y parecían haber estado hablando entre ellos. Sentía que había sido el mejor despertar que podría haber tenido a pesar de las circunstancias, rodeada de esos rayitos de sol que en ese momento parecían querer llorar.

— ¡Tamiko/Tami! —los tres prácticamente se abalanzaron hacia la camilla de la habitación, aún así teniendo mucho cuidado de no lastimarla ante un descuido.

— Hola... —saludo con una sonrisa. Sentía su garganta seca, pero era la menor de sus preocupaciones. La imagen de tres de sus personas favoritas juntas era sin duda lo mejor, y solo había una cosa que podría mejorarlo.

Como si pudiesen leer sus pensamientos, Mitsuya ingreso a la habitación con un vaso y una jarra. Al verla despierta le sonrió con calidez y se acercó a ella mientras le servía un poco de agua —. Finalmente estás despierta.

Tamiko recibió el vaso con una sonrisa y sintiendo una inmensa tranquilidad. Ella quería a todos los chicos con todo su corazón, pero justo en ese momento estaba rodeada por sus chicos favoritos y se sentía realmente cómoda y segura.

— ¿Tamiko? — Mikey desde la entrada les observó con los ojos bien abiertos antes de darse la vuelta — ¡Está despierta! —grito — ¿Lo ves Ken-chin? ¡Te dije que mi instinto me lo decía! —fue lo último que escucharon, su voz cada vez más lejos.

Los cinco intercambiaron miradas con una sonrisa divertida, como siempre Mikey no sabía contenerse o mantenerse en silencio. Como sabían que la habitación no tardaría en ser abarrotada por todos decidieron moverse un poco para darle espacio a Tamiko. Mitsuya suspiro resignado cuando escucho un escándalo por el pasillo, que estaba seguro sus amigos eran los causantes. Llegaron todos como una estampida, atorándose en la puerta al querer entrar todos a la vez. Draken y las chicas eran los únicos que se mantenían al margen observándolos desde atrás con incredulidad.

— ¡No empujen, maldición! —gruño Baji.

— ¡Ábranle paso a su comandante! —se quejo Mikey en tono de berrinche, molesto porque el había sido quién les comunico la noticia pero ellos no le daban prioridad.

Entre golpes, patadas, jaladas de pelo y mordiscos todos intentaban entrar primero que los otros a la habitación. Hasta que Draken se harto y lanzó una patada hacia el atoro de pandilleros en la puerta, quienes cayeron al suelo, finalmente dentro.

— Oigan —llamo Tamiko desde la camilla, observándolos con diversión— ¿No se supone que no dejan entrar muchas personas a las habitaciones?

Alzó una ceja con curiosidad. Aún estaba acostada y le comenzado a doler el cuello por la posición tan incómoda, pero sabía que le dolería más moverse. Ya sólo con reír sentía una ligera punzada.

— Eso es porque no saben que estamos aquí —dijo Mikey levantándose y sacudiendo su ropa.

— Pues si siguen haciendo ruido no tardarán en echarnos —se quejo Draken caminando hacia la ventana, necesitaba aire. Takemichi hizo una mueca de horror, si eso pasará no solamente los echarían sino que él se llevaría una buena reprimenda de parte de los doctores y enfermeras.

— ¡Tamiko-chan! —nadie se opuso en dejar que las chicas acaparasen a la Hanagaki, habían estado realmente sensible durante la espera. Emma y Hinata no tardaron en llorar abrazando cuidadosamente a su amiga, mientras Yuzuha se controlaba y solo le observaba con una sonrisa de alivio.

Tamiko les sonrió con cariño y movió sus manos para limpiar las mejillas sonrojadas de sus amigas, sentía haberlas preocupada, aunque lo que pasó no había estado en sus planes. Después de un par de minutos en ese cariñoso abrazo Hinata y Emma retrocedieron de mala gana, aunque querían compartir más tiempo con su amiga sabían que debían dejar que los otros tuviesen su oportunidad.

— ¡Vamos Hakkai! —Yuzuha arrastro a su hermano a la camilla. Aunque había estado preocupado se mantenía lo más alejado posible.

Yuzuha lo arrastro cerca de Mitsuya sabiendo que eso calmaría un poco a su hermanito. De hecho, Mitsuya dejo sobre la pequeña mesita junto a la cama una bolsa mientras observaba a chica — ¿Cómo te sientes?

En respuestas Tamiko hizo un ademán de sentarse en la cama, y el movimiento le provocó un intenso dolor en la zona de la herida haciendo que soltase un pequeño gritito. Rápidamente su hermano corrió al otro lado de la camilla y le ayudo con una expresión preocupada, no le gustaba ver a su hermana sufrir.

— Me duele muy feo—Tamiko los observó con ojos de cachorro y puchero incluido. Yuzuha sonrojada desvío su mirada hacia cualquier otra parte de la habitación, mientras Hakkai se mantenía inmóvil, le aliviaba saber que estaba bien pero aún le costaba interactuar con ella.

— Es inevitable ahora que se ha ido la anestesia, pero luego pasara —conmovido por su ternura y gestos infantiles Mitsuya dejo unas leves caricias en el esponjoso pelo de la chica —. Nos tuviste muy preocupados —dijo. Durante la pelea, había sido angustioso todo ese tiempo sin saber sobre su estado, como si hubiese sido una de sus propias hermanas la que había resultado herida.

— No vuelvas a acercarte durante una pela, pequeñaja —Draken finalmente se acercó a la camilla y alboroto el corto pelo negro, revolviéndolo más.

— Lo lamento, pero ahora estoy bien —sonrió.

Ver aquella amplia sonrisa hizo que Takemichi retrocediese hasta llegar al fondo de la habitación lejos de la atención. Llevo una mano a su pecho y dejó salir una gran exhalación, liberando todo el miedo que había estado contenido hasta ese momento.

— Oe ¿Algo va mal?—una mano se posó en su brazo sobresaltándolo. Baji le observaba de forma interrogante, y más atrás Kazutora parecía confundido.

— Yo realmente pensé que la perdería —confeso Takemichi sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas —. Estoy tan aliviado que no puedo controlarme —sollozo.

— Ya, ya —Kazutora inesperadamente lo atrajo hacia él en un abrazo. Realmente admiraba lo fuerte que se había mantenido hasta el momento para ser un llorón de primera —. Todo está bien Takemichi. Ella está bien —aseguro.

Esas palabras parecieron ser suficiente para terminar de desarmar al rubio, quién se soltó a llorar conteniendo sus sollozos en el pecho de Kazutora. Baji sonrió con diversión mientras se acercaba uniéndose al abrazo —. Realmente eres un llorón ¿eh?

Se mantuvieron de esa forma solo un tiempo más, hasta que Takemichi decidido apartarse temiendo llamar la atención de alguien más en la habitación. Por suerte en esa ocasión toda la atención parecía estar puesta en su hermana, toda la camilla estaba siendo rodeada.

— ¡Smiley, no te comas los regalos de Tamiko! —regaño Draken golpeando al chico quién trataba de que no le quitasen la barra de cereal que había tomado de una cesta de regalo.

— Ustedes son malos para mi salud —dijo entre risas Tamiko, haciendo a su vez muecas de dolor. Cada que reía muy fuerte le dolía la herida en su costado.

— Creo que deberíamos dejarla descansar —tomo la palabra Mitsuya —. Solo pueden quedarse algunos —agrego.

Teniendo cuidado de no lastimarla Chifuyu se sentó a su lado en la camilla, acariciando su cabello con cariño para así dejar en claro que él se quedaría. Tamiko no dijo nada y se acomodó mejor junto a él dejándose mimar. Angry se sentó al otro lado y tomo con timidez su mano, cosa que le hizo sonreír con ternura.

Estaba claro que Takemichi se quedaría, así que ya estaba decidido quiénes serían las personas que le harían compañía a la chica. Todos se despidieron dándole una última mirada a Tamiko que parecía estar por quedarse dormida arrullada por todo el afecto que sus amigos le brindaban.

Bi panic |Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora