MoonSpell || Steven Grant/Marc Spector

Una noche en el museo

Steven no se presentó a trabajar en dos días, y al parecer nadie más que Alice estaba preocupada por él. Todavía le dolía saber de su cita e imaginarlo en una silla de un bello restaurante a la luz de las velas.

-No pongas esa cara.- Dijo Violett.- No fue, la dejó plantada.-

-¡No es cierto!- Casi gritó ofendida.- Steven nunca haría algo así, es un caballero. Apuesto a que le llevó flores y chocolates, puede que un oso de peluche..- Suspiró.

-Te lo digo nena, él la dejó plantada. Me contaron los guías y eso no es todo.. Dicen que él le marcó el domingo para decirle de cenar.- Bufó.- Obviamente lo mandó al caño.-

-¿El domingo? Tal vez para disculparse.- Violett negó.

-Él creyó que era viernes. Ese chico vive en las nubes o está lunático.-

-No le digas así.- Frunció el ceño.

-¿Sabes? Me gusta cuando no finges que eres toda linda y tierna.-

-No lo hago.- mordió su labio.

-Ah ah. Si lo haces. Desde que Steven apareció te comportas así.. Es divertido y triste a la vez.- Violett rio.- En fin.. Hablando de fantasmas.- Señaló a la entrada del museo. Steven hablaba con el guardia de seguridad, Alice lo notó nervioso.- Te dejo con .. ese..- Rodó los ojos y se fue.

Desde la esquina Alice miró la escena. Steven estaba pálido, temblando y cuando se acercó Donna no le ayudó mucho.

Los dos discutieron y cuando Alice pensó en acercarse, miró a Steven caminar y perderse entre un grupo de personas.

Regresó a su oficina donde se quedó pensando. Realmente las palabras de Violett hacían ruido en su cabeza. Ella era dulce y gentil en general, aunque tenía razón. Alice era en extremo amable cuando Steven estaba cerca.

-Eso no es malo. Él saca lo mejor en mi y eso es bueno.-

Sacudió esos pensamientos de su cabeza y siguió trabajando. 

Un nuevo cargamento llegó, eran algunos tomos con actualizaciones y normas para los guías y los demás empleados.

Con su fuerza no fue difícil terminar de acomodarlos y las siguientes horas dedicó su tiempo al inventario.

-Oye.- Dijo Donna asomando su cabeza entre las puertas.

-¡Donna! - Alice se sobresaltó.- Casi me matas de un susto.-

-Si bueno, quería saber si terminaste de acomodar el nuevo inventario. Pero veo que así fue..-Suspiró.- Si que eres rápida, esos libros eran muy pesados.-

-Ah, ya sabes.. Debes saber cómo tomarlos y esas cosas.. Física.- mordió su labio.

-Ya voy de salida. ¿Quieres un aventón?-

-No, no gracias. Terminaré de limpiar y me iré.-

-Me alegra oírlo, pensé que te quedarías con Stevie como siempre. Nos vemos mañana.- Donna fue a inspeccionar, no era una mujer interesada en hacer buenas causas. Lo único que quiso era saber si Alice se quedaría otra noche junto a Steven.

Alice meditó la situación, quería saber cómo estaba o si le ocurrió algo malo al pobre de Steven. Y mientras lo hacía se vio a sí misma caminar hasta su puesto.

Verlo desde la distancia hizo que su corazón latiera como loco, sin importar lo mucho que lloró el fin de semana imaginándolo con otra chica. No podía negar que los sentimientos seguían allí.

-Hey..- dijo incómoda. Steven ponía los precios a cada uno de los productos.

Cuando levantó la vista, sonrió.