Llámame por tu nombre

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Un par de semanas transcurrieron desde que Alice empezó a vivir con los chicos y las cosas habían cambiado.

Alice regresó a su trabajo en el museo. Sus compañeros seguían siendo los mismos, actuaban igual e incluso se sorprendieron al saber que vivía con Steven.

Sus labores eran tediosas y la ausencia de Steven le hizo caer en cuenta de lo aburrido que era sin él.  Lo único bueno era poder ser el sustento económico de la pareja.

Steven y Marc eran, por el contrario; los encargados del pequeño departamento. La comida, el aseo y lo que se necesitara. Steven estaba feliz de hacerlo y Marc no, le costaba cada parte de las tareas, las odiaba. Quemaba la comida, pintaba la ropa al lavarla, etcétera.

Alice era muy feliz por vivir a su lado, sin embargo había un pequeño detalle que la molestaba.

Desde el día del incidente, ni Marc ni Steven la querían tocar o llegar a algo físico con ella. Sus intentos eran en vano. Y no es que no le pusieran atención o fueran cariñosos, sino que simplemente no permitían que la situación escalara. 

Incluso cuando apareció Jake, se rehusó a hacer cualquier cosa que involucrara lo físico. Por más que Alice le rogara o pidiera, él no cedió.



Alice acomodó la última de las cajas con los nuevos libros en los estantes, limpió su escritorio y terminó sus actividades una hora antes de su salida. 

Aprovecharía esos momentos libres para estar con los chicos. Se despidió de sus compañeros con una sonrisa en el rostro y salió de su trabajo. Tomó el autobús como lo hacía todos los días.

Tardó unos minutos en llegar al edificio de departamentos donde vivían.  Caminó el largo pasillo.

-Hola linda.- Saludó una de sus vecinas, una anciana muy amable.- Quería hablar contigo.-

-Hola.- Dijo con una sonrisa.- ¿Qué sucede?-Preguntó curiosa.

-No quiero sonar como una vecina entrometida pero.. ¿Vives con tu esposo? ¿El hombre raro?-Alice asintió, ignorando el comentario sobre sus chicos. Objetivamente era verdad.- Ay cariño, no sé cómo decirte esto y espero no estarme equivocando.. Creo que tu esposo está viendo a alguien a tus espaldas, escucho su voz.-

-Ah no.- Dijo aliviada.- Es su hermano..-  Era más fácil decir eso que explicar sobre el desorden que dividía sus personalidades.

-Creo que no me estás entendiendo, era de una chica. Ha estado los últimos tres días con él y se va poco antes que llegues. - Alice arrugó el entrecejo.- Estoy segura que esta allí ahora mismo, saliste temprano. Los puedes atrapar.-Golpeó dulcemente su hombro.- Si las cosas van mal, puedes quedarte unos días en mi departamento....- Alice no escuchó lo último de su discurso. El eco de los latidos en sus oídos no se lo permitía. La adrenalina cubrió cada parte de su cuerpo y sin darse cuenta se encontraba frente a la casa de Steven y Marc.

No quería creer que ellos fueran capaces de engañarla, tenía que ser imposible. Pero necesitaba verlo con sus propios ojos. 

Tomó el picaporte de la puerta principal y empujó, no necesitaba de sus llaves. Estaba tan nerviosa que destrozó parte del seguro al entrar.

Y el alma le regresó al cuerpo sólo por unos segundos.


Layla tomaba una copa de vino en la cocina con los chicos.  Todos la miraron sorprendidos, Alice no sabía si era por su presencia antes de la hora esperada o por romper parte de la puerta al entrar.

MoonSpell || Steven Grant/Marc SpectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora