MoonSpell || Steven Grant/Marc Spector

Alice en el país de las maravillas parte 1

Alice despertó en medio de un bosque. No recordaba lo que sucedió anoche, lo último eran las galletas.

-Eso me pasa por aceptar comida de desconocidos.- Se levantó, se miró a si misma y la confusión aumentó. Traía puesto un vestido azul largo que le llegaba a las rodillas, esponjoso, con un mandil blanco encima, al igual que medias blancas y zapatos negros.- No puede ser..- Frotó su cabeza. Era muy raro que tuviera un malestar en general, aunque si sucedía. La capacidad de su cuerpo para adaptarse a las situaciones no reaccionaba igual si el estímulo era poco a poco.- ¿Marc? ¿Steven?- 

-¡Ya es tarde!- gritó una voz conocida.

-¡¿Steven?! ¿Dónde estás?-

-¡Tarde! Muy tarde..- De entre los árboles salió Steven corriendo. Alice casi se atraganta con su propia saliva al verlo. Steven tenía en la cabeza una diadema con orejas blancas de conejo, un saco rojo con camisa blanca y un moño grande y morado. Unos pantalones azules y zapatos blancos.-Adiós, adiós. Me voy, me voy.-

-¡Steven!- Corrió detrás de él.- Ay Dios, esto no está pasando. ¡Steven! ¡Regresa!-  Alice estaba confundida y si no fuera el peor momento para pensarlo, su amado Steven se veía adorable como un conejo.

Por más rápido que aceleró su paso, no evitó perderlo. Se adentró en un campo de largas flores y siendo honesta, le daba miedo. Mientras caminaba su mente reunió los pocos datos que tuvo a su alcance .

-¡Ah! Ya entendí.- 

-¿Entender qué?- Dijo una voz. Alice levantó la vista, una de las rosas le sonreía.

-Que estoy loca.. oficialmente esto es lo más raro que he visto. Bueno.. debatible..-

-El amor nos vuelve locas querida.-

-¿Qué tiene que ver el amor?-

-¿No me digas que no te has enamorado?- El clavel interrumpió.- Qué horrible pensar.-

-Si, lo estoy pero..-

-¡Habla nos de él!- Chillaron los girasoles.

-Bueno.. Él es un hombre muy listo, es tímido, adorable, sensible..-

-¡Aburrido!- El clavel hizo un gesto de asco.- Eso no es un hombre.-

-¡Claro que sí!- Alice se ofendió.- Steven es el mejor hombre que conozco.-

-¿Y ya te propuso matrimonio?- preguntó la rosa.

-Ammm no, es muy pronto para eso.-

-¿Y los retoños? Deben empezar ya..-

-¡Si! tal vez unos cinco o seis.-

-¡¿Cinco o seis?!- Alice las miró.

Pronto, las flores se sumergieron en el tema de conversación. La mujer siguió su camino, aprovechando la distracción.

Alice conocía muy bien lo que vería a continuación y no fue sorpresa alguna ver en el cielo las letras formadas con el humo. Ella adoraba el libro y más la película, era lo que la mantuvo cuerda en su niñez; además su nombre provenía del mítico personaje.

Si no fuera por el miedo y la confusión, tal vez podría disfrutar de lo que veía.

Movió algunas hojas muy pesadas para su tamaño. No le sorprendía que en ese lugar tan extraño, no tuviera sus poderes.

-Las galletas. Las galletas del demonio.. Y todavía tomé más de una.-golpeó su frente.- Espero no causarle muchos problemas a ese par.-

-A... E... I.. O ... U.... U.. O.. I.. E ... A.- La oruga estaba posada sobre un champiñón gigante.