MoonSpell || Steven Grant/Marc Spector

Yo antes de ti

-Espero que te guste, me tomé la molestia de hacer una sopa de letras. Gracias a Trevor tenemos bastante comida.- Dijo Steven con una sonrisa.- Fue muy amable en traernos más cosas. Por no trabajar en el museo estamos algo cortos.- Rio.- Le puse algunas verduras, las corté en trozos pequeños para que no tuvieras problemas en comerlos.-

-Y yo.. supervisé.- Marc dijo.

-Mas bien gritó que tuviera cuidado. Una gran ayuda..- Con ayuda de una tabla de madera, Steven y Marc llevaron cuidadosos el plato de sopa. 

Alice estaba sentada en la cama, seguía sin pronunciar ni una palabra aunque ellos miraban un pequeño avance en su humor.  Una sutil mejoría apenas siendo un rastro de su humor normal.

Steven colocó la pieza de madera encima de las piernas de Alice y la miró sonriente esperando a que el olor de la sopa la incitara a comer. 

-Esperamos que te guste. Esta caliente pero no tanto para quemarte.- Puso una servilleta junto a ella.

-Creemos que está buena. La probé y a Steven no le va mal de cocinera..- Rio. Alice respondió con una sonrisa, sin embargo; no levantó sus manos. Marc y Steven tomaron ese gesto como su seña para actuar.

-Yo te ayudo cariño.- Se sentó junto a ella. Steven tomó la cuchara, tomó un poco de la sopa, sopló con cuidado y la acercó a los labios de Alice.- Abre grande cocodrilo..- Casi por compromiso ella hizo caso.

-Eso es.. El primer bocado es el más difícil, pronto pasará.- Marc sonrió.- ¿Está rica?- Ella asintió.

El día que regresaron a casa, el camino del orfanato al departamento fue silencioso. Ambos sabían que no estaba bien pero nunca imaginaron que llegaría a ese estado. 

Trevor dijo que lo mejor era esperar a que la noticia se asentara en su cabeza, que Alice se acostumbrara a la idea y que le dieran espacio. Marc y Steven se negaron a abandonarla.

Cada día cuidaron de ella, para los dos Alice merecía ese descanso aún si su silencio los mataba. Los últimos meses habían sido una locura y ella soportó todo, era natural que la noticia de sus padres no fuera bien recibida. 

Steven y Marc pasaron noches pensando en qué hacer para ayudarla. Mil ideas cruzaron por su mente y ninguna era efectiva.

-Después de esto leeremos una historia para ti.- Limpió su boca.- Ya que acabamos Alicia pensé que sería buena idea leer algo de la selección de Marc.-

-Espero que no lo odies Alice.. Elegí Matilda.. Yo no sabía que era un libro, solo vi la película entonces tengo mucha curiosidad.- Acercó otra cucharada de sopa a su boca.- Costaba dos dólares, me pareció bien.-

-Marc, no hables de dinero.-

-¿Qué? Es la verdad. Alice nos dirá si fue una buena inversión. Además es mejor que los libros de Mesopotamia..-

Marc quería golpear al tío de Alice por entregarle esas noticias, si él hubiera estado lo habría impedido. ¿Qué diablos importaba si era super fuerte? Podría plantarle un buen puñetazo si se lo proponía.

Steven por el otro lado, pensaba que debió decirle esa información con más tacto y amabilidad. Acusaba al hombre por su falta de buen juicio.

-¡Listo! Muy bien.- 

-Estamos orgullosos, terminaste la sopa esta vez.- Marc acercó sus labios y besó la frente de Alice con ternura. A esas alturas su miedo por perderla ante ese estado, era más grande que aceptar lo que sentía. Ya no le interesaba que ella lo supiera, quizá cuando regrese a su buen humor él regresaría a su actitud indiferente.