Capítulo XI: Karttikeya vs Ares (II)

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[Torneo Parabellum: Habitación del Equipo Buda]

—Esto no luce nada bien. ¡Solo le dio un golpe a Ares y lo dejó inconsciente por casi nueve segundos!

Comentó, con bastante preocupación mientras iba caminando desde el fondo de la habitación a la ventana, un joven griego de cabello rubio corto y rizado, ojos azules y con una constitución delgada y poco fuerte. Como ropa llevaba una elegante toga blanca con brazaletes plateados, botas igual de plateadas con diseño de alas emplumadas, un cinturón de cuero con bolsos y un casco plateado con pequeñas alas en ambos lados.

Era el Dios Griego del Comercio y la Mensajería, Hermes.

—Y además, parece que el muy imbécil está decidido a enfrentarlo cara a cara, sin aprovechar las ventajas que le ofrecen las reglas de esta ronda —dijo Zeus no pudiendo controlar los nervios y la frustración que crecían en su interior, al ver que su hijo estaba renuente a aprovecharse de las reglas, para seguir luchando bajo alguna especie de "código de guerrero".

[Arena de Duelo]

"Por la abuela Khaos... En tan solo un minuto esto se descontroló, y ahora todo parece estar en calma", pensaba Afrodita atónita por lo explosivo que resultó la batalla en un momento, ya que debido a la alta velocidad a la que se movían Karttikeya y Ares, en tan solo un minuto ambos desataron una batalla tan estruendosa que si no fuera por el material y magia con la que estaba construida la estructura del torneo, todo se habría derrumbado en el tercer o cuarto choque de poder entre ambos dioses de la guerra.

—Es muy sorprendente el joven "Kartty", ¿verdad Afrodita?

La Diosa Griega del Amor y la Sexualidad se sorprende al escuchar a alguien a sus espaldas, ya que se supone que nadie más aparte de ella y los peleadores debían estar en la arena, o las entradas que daban a dicha zona.

En la puerta pequeña por la que ingresaba el réferi de los combates, estaba parada en las sombras una hermosa mujer de origen hebrea que parecía rondar por los 20 años. Tenía la piel de un tono blanco anormal y los ojos tan rojos como la sangre. Su cabello era liso, largo hasta la cintura y de color negro con tonos violeta. Tenía los labios pintados de rosa y sombreado negro en los párpados. Y poseía una constitución bastante delgada, con enormes pechos y cintura con el trasero bien formado.

Como ropa llevaba un tipo de lencería negra gótica con encajes, que hacía gala de su figura curvilínea y sensual. Sin embargo lo más llamativo de ella era que tenía una larga cola negra con punta filosa, alas de murciélago y sobre su cabeza cuernos negros de carnero.

Era la más fiel consejera y sirvienta de las Reinas del Infierno Israelita; una de las Cuatro Diablesas de la Prostitución Sagrada; la hermana gemela y expareja del Proto-Humano Israelita Adán; la Diablesa Madre de los Monstruos Nocturnos, Lilith

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Era la más fiel consejera y sirvienta de las Reinas del Infierno Israelita; una de las Cuatro Diablesas de la Prostitución Sagrada; la hermana gemela y expareja del Proto-Humano Israelita Adán; la Diablesa Madre de los Monstruos Nocturnos, Lilith.

Immortalem: Duelo de DeidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora