Capítulo LXXII: Ángel Guardián vs Dios Guardián

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[Torneo Parabellum: Arena de Duelo].

El estadio entero resonaba con los murmullos de innumerables inmortales, que no sabían lo que iba a ocurrir ahora en vista de los recientes sucesos; Buda V Soga, alias Shaka Daibutsu, dijo que se cambiaría de bando, y acabó perdiendo de un solo golpe por Bishamonten, cuya inesperada llegada le siguió la también inesperada participación de San Gabriel.

Hasta ahora era el inicio de ronda más surrealista y extraño de lo que lleva de torneo.

—Por todos los astros estelares. Se suponía que Shaka sería mi oponente. Pero en vista de que él decidió hacer lo que le diera la gana por motivos racistas e hipócritas, decidí adelantarme para callarlo. ¡Pero obviamente tú te adelantaste primero! ¡Ja! —dijo San Gabriel rascándose la nuca y riendo con diversión inocente, estando cerca del inconsciente Shaka.

—No quería que este payaso arruinara tu pelea conmigo, ni menos con un espectáculo tan lamentable como el que estaba montando ahora para ganar un club de fans idiotas —contesto Bishamonten con claro rencor en sus palabras.

—Se nota que le tenías mucho rencor. No es por ofender, pero tú y tus hermanos ya pelearon una vez contra mí, y no les fue muy bien que digamos —dijo San Gabriel de manera sutil y penosa.

—Pues mis hermanos y yo estamos listos para una revancha —dijo Bishamonten con sus ojos brillando de rencor.

—Pero si las peleas en este evento son uno contra uno, a menos de que se trate de una ronda con reglas especiales o una ronda decisiva —dijo San Gabriel confundido.

—Mis hermanos y yo encontramos una solución para que podamos enfrentarte todos juntos, como un solo individuo —dijo Bishamonten esbozando una sonrisa que denotaba confianza absoluta—. Lo llamamos el plan Zero.

—Se oye muy genial e interesante. Sin embargo, Bishamonten en serio me duele tener que decirte esto, pero no estoy aquí para pelear —dijo San Gabriel, y el dios japonés mostró un semblante agresivo que demostraba lo mucho que le disgustó esa respuesta—. El organizador humano del Equipo Cuzco me envió aquí no para pelear, sino para derrotar rápido a este buda, y pedir una reorganización de la sexta ronda por haber sido un combate demasiado injusto.

—Entiendo. Ya me parecía raro que pusieran a alguien de tu nivel a enfrentar a un payaso como este —dijo Bishamonten, al final señalando a Shaka—. Entonces, si tú no vas a pelear, ¿quién lo hará en tu lugar?

—Un estudiante mío que merece pelear más que yo —contesto San Gabriel sonriendo, antes de toser un poco para aclararse la garganta, y luego voltearse para mirar la entrada del Equipo Cuzco—. En cuanto supo de este evento, fue directamente con mi padre a solicitar permiso de participar en nombre del Equipo Cuzco. La razón es simple: él quería luchar por la libertad de todos los humanos, semi-humanos, bestias e incluso demonios y dioses del Territorio y Panteón Eslavo. Mi padre le dio permiso, y yo le cedí mi lugar en la primera lista. 

»Entre pastores al mundo él llegó y entre su gente renombre alcanzó. Con su fuerza a todos asombró, nadie fue rival para él y muy confiado estaba de su poder. Pero el miedo, la culpa, la tragedia y el amor nublaron su visión. Entregó su confianza y le pagaron con una traición. No pudo ser el héroe que necesitaba su pueblo, pero murió como un auténtico héroe al entregar su vida por el futuro de su gente. Y por su noble sacrificio se ganó la oportunidad de una nueva vida como ángel guardián del Paraíso. 

Immortalem: Duelo de DeidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora