Capítulo XLVII: Boxeador vs Vikingo (III)

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[Torneo Parabellum: Sala Médica].

—Por los abuelos Yahweh y Khaos. No sé por qué tengo de repente un muy mal presentimiento.

Comentaba Helios sintiendo un escalofrío terrible en la espalda, tras haber escuchado la revelación de Thor.

Helios, y el resto de dioses griegos en la sala médica, veían y escuchaban la actual batalla de dioses por medio de un espejo rectangular en la pared que ofrecía una vista excelente de la Arena de Duelo. Ares quería ver la pelea para observar la lucha del rival de Karttikeya, por curiosidad de saber cómo era el hombre que una vez fue el Dios de la Guerra, y ahora estaba en camino de ser el Dios de la Luz.

—Debo reconocer que Skanda tiene un increíble arsenal de técnicas. Y la que uso para derribar a Thor, es hasta el momento una de mis favoritas —dijo Ares con un profundo respeto, y luego se mostró disgustado al fijar su vista en el dios nórdico—. Lástima que le tocó un oponente tan miserable y deshonroso.

—¿De qué hablas, sobrino? Creí que te agradaría mucho Thor, por su particular filosofía parecida a la tuya —dijo Hades un poco sorprendido, igual que los demás dioses griegos.

—Respeto su aceptación y gusto por la violencia. Sin embargo, me desagrada su pobre gusto por la fuerza —decía Ares con notable molestia—. Yo por lo menos aprendí diferentes estilos de lucha, tanto armado como desarmado, porque siento fascinación y respeto por la inmensa variedad de estilos de pelea, tanto para la guerra como para la autodefensa. En cambio Thor, aunque ama la batalla y encuentra placer en matar, no pelea en base a algún estilo de lucha específico, ni siquiera alguno de su propia tierra. Tampoco respeta realmente las Artes Marciales. Él es solo violencia pura, sin verdadera dignidad o respeto por la lucha y el arte de la guerra.

—¡En eso te doy la razón niño fortachón!

Comento, con un humor de lo más divertido, un hombre joven de origen nórdico acostado en una camilla cercana a los dioses griegos. Como cualquier nórdico tenía la piel clara, pero de un tono mucho más pálido de lo normal, luciendo casi de un tono grisáceo claro. Su cabello era de un color gris opaco, y era tan largo que llegaba hasta sus hombros. Ojos de un siniestro color rojo, dientes filosos y uñas como garras. Estaba cubierto por una sábana, pero hasta donde podía verse su cuerpo era alto y delgado con un notable desarrollo muscular.

Era el exiliado Jotun de la Tribu Jotnar de Hielo; el hijo de Farbauti y Laufey de la Casa Wulf; era el Bufón de la Corte de Odín, y Dios Nórdico Æsir del Desorden, la Felicidad y la Libertad, Loki.

Y a ambos lados de su cama se encontraba un par de mujeres sentadas en una silla.

La primera tenía los rasgos típicos de los inmortales nórdicos Æsir, tal como un cuerpo tonificado y la piel clara de un tono pálido. Pero su cabello, ondulado como una melena y adornado con una pequeña trenza a cada lado de su rostro, era de color bermellón como el de los Vanir. Sus ojos eran de un color azul oscuro. Tenía tatuajes azules nórdicos en el brazo izquierdo, y llevaba una armadura ligera de color negro con el estilo intimidante que caracteriza a los inmortales Æsir.

Era la primera esposa de Loki, y por lo tanto madre de los gemelos Guerreros Guardianes Narfi y Nari; era la maestra de Lady Sif después de su ascenso a Asgard; era la anterior Valquiria de la Fuerza y el Poder antes conocida como Thrud, y ahora conocida Sigyn.

La segunda mujer era más alta que Loki por un par de centímetros, también era nórdica y tenía la piel clara mucho más pálida que la otra mujer, llegado a lucir blanca. Además su cabello era de un color blanco como la nieve, le llegaba hasta la cintura y lo tenía en parte suelto y una parte sujetada con una pequeña trenza atrás de la cabeza. Tenía los ojos de un color azul celeste, y llevaba un elegante vestido negro con dibujos de lobos blancos en la falda, y algunas piezas de armadura ligera de color plateado.

Immortalem: Duelo de DeidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora