Capítulo XLIV: Skanda vs Thor (IV)

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[Milenios Atrás. Panteón Nórdico].

En el principio no había nadie en el Panteón Nórdico, más que el Primordial Nórdico, Ymir, y su más fiel mascota, Auðumbla, un colosal animal primigenia hembra perteneciente a una raza de criaturas alienígenas semejantes a toros y vacas, que los Primordiales usaban como animales de carga, comida y mascotas.

Ymir era amado por la mayoría de los Primordiales. Pero a pesar de lo amado que era, no podía evitar sentirse solo al ver como sus hermanos empezaban a conseguir parejas y construir sus propios reinos; a veces veía con envidia a la pareja El Brahman y Ammavaru, e incluso envidiaba la relación única entre YHWH y Khaos.

Pero entonces Ymir también comenzó a sentirse culpable por sus celos. Así que, para no causarle problemas a sus hermanos, inició una serie de experimentos para crear a una compañera que fuese igual a él. Sin embargo no estuvo solo en eso; sus hermanos, viendo lo solo que él estaba, decidieron ayudarlo.

La sangre de Ymir tenía la particularidad de crear nuevas formas de vida, a partir de un determinado ambiente. Ymir solo necesitaba depositar una pizca de su sangre, y con ayuda del Prana de El Brahman y YHWH, aceleraba el proceso. De modo que, en tan solo un día, las células de su sangre se multiplicaban y fusionaban hasta convertirse en una criatura viviente, a la que el Primordial Chino Shang dotaba de un alma usando el Chi.

Con la tutela de Ymir, siguieron repitiendo el mismo proceso una y otra vez, hasta que estuvieron cerca del esperado resultado con dos mundos en particulares, dentro del universo forjado por el mismo Ymir, llamados Muspelheim y Niflheim.

En Niflheim la sangre creó a una Jotun hembra de hielo, a la que Ymir nombró como "Sinmara". Y en el Muspelheim creó a un Jotun varón de fuego, al que nombró "Surtur". Pero a pesar de que no eran lo que él esperaba, Surtur y Sinmara fueron como sus hijos. Y tiempo después, Ymir se sorprendió cuando sus dos creaciones pródigas se convirtieron en pareja, y luego en padres progenitores de las especies Jotnar de fuego y hielo.

Las anteriores creaciones de Ymir eran incapaces de reproducirse, por lo que esta era la primera vez que dos seres creados por él pudieron concebir entre sí más criaturas. Esa inesperada familia alivio un poco la soledad de Ymir; tanto que él detuvo los experimentos por un largo tiempo.

Sin embargo, mientras Ymir jugaba con sus hijos y nietos en los universos más cercanos al Keterloka, encontró a una Primordial hembra que había nacido en las mismas circunstancias que él, a partir de uno de los experimentos que el propio Ymir creyó que era un fracaso. 

El experimento considerado "fallido" siguió creciendo en el espacio, absorbiendo la energía Maná de los mundos Muspelheim y Niflheim, hasta adoptar formas y características a lo largo del tiempo en que se desarrollaba. 

Había pasado por un proceso de evolución, que la llevó a convertirse en una Primordial semejante a las mujeres eslavas, tal como Ymir se parecía a los hombres nórdicos. De modo que ella al ver a Ymir no tuvo tanto miedo y desconfianza, como si sucedía cuando veía de lejos a los demás Primordiales, haciendo que ella se mantuviese alejada y oculta durante todo ese tiempo.

La Primordial hembra no tenía un nombre propio. Así que el mismo Ymir la ayudó a elegir uno: Bláinn.

Ymir y Blainn, aunque no eran del todo parecidos, tenían casi los mismos orígenes y sus apariencias se asemejaban bastante a la de los humanos nórdicos y eslavos. De modo que entre él y ella surgió una conexión casi instantánea, y no tardaron en hacerse amigos, amantes y después padres de dos hijos concebidos de forma natural; un niño al que nombraron Buri, y una niña a la que nombraron Dón.

Immortalem: Duelo de DeidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora