Capítulo XLVIII: Boxeador vs Vikingo (IV)

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[Siglos Atrás. Panteón Hinduista].

En sus primeros años solo había un único reino en el Panteón: el Imperio del Dios Hindú Asura del Cielo, Dyaus Pitar, y la Diosa Hindú Deva de la Tierra, Prithvi Mata.

Antes las tribus Devas y Asuras eran Proto-Humanos mortales, descendientes biológicos de los hijos espirituales del Dios Hindú de la Creación, Brahma. Y cada cierto tiempo había un sabio que funcionaba como mediador entre ambos pueblos, parte Deva y parte Asura, conocido bajo el título de Kashyapa, siendo el Primer Proto-Humano del Territorio Hinduista también el primero en portar dicho título.

No obstante el reino era gobernado con puño de hierro por el tiránico Dyaus Pitar. La mejor forma de describir la crueldad y perversidad de este dios, era decir que podría haber empatado en crueldad y depravación con el mismo Zeus, al igual que en poder mágico y armamento.

Dyaus Pitar y Prithvi Mata concibieron muchos hijos, de entre los cuales los más fuertes eran el Dios Hindú del Sol, Surya, y los gemelos Agni e Indra.

Surya había heredado ambas naturalezas, haciéndolo un dios Ishvar. Mientras que Indra heredó la naturaleza Deva de su madre, y Agni heredó la naturaleza Asura de su padre. Por lo que, de ellos tres, Agni fue sometido por su padre a crueles entrenamientos para convertirse en un guerrero violento, implacable y deseoso de sangre. Un guerrero digno de ser un Asura.

Pero Agni no era como su padre ni otros Asuras. En su corazón no había sed de sangre ni deseo de pelear, solo amor hacia la vida, los animales y las flores. Algo que su padre no aceptaba, y por ello golpeaba a Agni hasta dejarlo al borde de la muerte, para intentar que se llenara de odio y sed de matar como todo Asura. Y cuando Agni se negaba a asesinar a alguien, su padre lo amenazaba con violar a alguna de sus queridas hermanas. De modo que Agni era obligado a matar a sus oponentes durante los entrenamientos.

Indra no soportaba el maltrato que sufrían sus hermanos y hermanas, ni mucho menos todo lo que pasaba su hermano gemelo. Así que desafío a su padre para proteger a Agni. Y como consecuencia, ambos dioses gemelos fueron desterrados del reino y degradados a vagabundos, siendo todavía unos niños.

Agni e Indra deambulaban por diferentes aldeas intentando sobrevivir. A veces pasaban días enteros sin comer, y otras veces el mismo Indra ofrecía su comida a Agni para que éste no pasará hambre. También hubo ocasiones donde Indra usaba sus propias manos como un tazón para servirle algo de sopa caliente a Agni.

Pasado un año desde su destierro, y estando cerca de la muerte en la calle, los gemelos fueron encontrados por el sabio Kashyapa de esa época, quien los adoptó como hijos y estudiantes. Agni e Indra pudieron sobrevivir y tener un hogar donde dormir y comer. Pero el rencor de Indra hacia su padre no desapareció; el sufrimiento que pasó Agni antes y después del destierro, hizo que el odio de Indra hacia sus padres creciera todavía más. Y ahora el pensar que sus otros hermanos seguían bajo el control de tan malvados padres, le hacía sentir más furioso.

Así que Indra pasó los siguientes años rompiéndose los huesos en cada duro entrenamiento, movido por las llamas del resentimiento y el deseo de proteger a sus hermanos. En cuanto su poder superó al del mismísimo sabio Kashyapa, regreso a su antiguo hogar y desafío a sus padres Dyaus Pitar y Prithvi Mata a una batalla a muerte. 

Contra toda probabilidad Indra logró salir victorioso. Había matado a sus padres, se convirtió en Dios Supremo y llevó a los Devas, sus hermanos y sus discípulos a un nuevo sistema solar, donde construyó su reino, el Devaloka (Reino de los Devas).

Immortalem: Duelo de DeidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora