Capítulo LXXV: Sansón vs Heracles (III)

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[Siglos Atrás. Territorio Israelita].

"Los gemelos gigantes griegos y sus soldados fueron masacrados por un extraño chico pelirrojo de ojos dorados". Esa fue la noticia que escuchó el rey filisteo, y también era todo lo que pudo descubrir acerca del asombroso acontecimiento.

Desde ese día Sansón podía multiplicar su fuerza física a niveles desconocidos incluso para él. Y cada vez que le poseía ese poder adquiría esa apariencia como señal física de su parte divina. Gracias a esa forma él podía usar su nuevo poder sin ser descubierto por los filisteos, actuando como una especie de superhéroe de la antigüedad.

Por otro lado, a Sansón le afectó bastante haber matado por primera vez, y desde ese momento juro intentar no volver a llegar a eso. Su decisión no fue bien recibida por sus padres y el resto de su pueblo, ya que implicaba que él no mataría ni siquiera soldados filisteos; según los mismos hebreos, si él no peleaba a matar jamás podría liberarlos del control filisteo.

No obstante, a pesar de su negativa a matar Sansón no sentía miedo de su poder; al contrario lo disfrutaba y aprovechaba cualquier ocasión para usarlo, sobre todo en compañía de su hermana menor, Nashyan, quien adoraba narrar sus hazañas y presentarlo de forma heroica.

Conforme ambos hermanos crecían su vida y perspectiva se tornaba más seria, y el día en que tendrían edad suficiente para viajar a las ciudades filisteas al fin llegó. 

Nashyan llegó a los 18 años se había convertido en una jovencita adorable y atlética que superaba en belleza a las mujeres de su aldea y las filisteas. Mientras que Sansón, a sus veinte años, estaba en su edad de oro; era un joven apuesto, alto y fuerte, y su cabello había crecido tanto que su hermana solía arreglárselo con siete trenzas.

Ahora que podían viajar a las ciudades filisteas, Sansón y Nashyan buscaron nuevas aventuras y oportunidades de ayudar a la gente. 

En las otras ciudades y regiones Sansón golpeaba a quienes abusaban de los indefensos, en otras ocasiones tomaba "prestado" algo de comida de los ricos o de los mismos almacenes filisteos para alimentar a los hambrientos, y además ayudaba a las personas en alguna catástrofe o peligro. Todo lo hacía en su forma celestial, por lo que nadie más que los hebreos lo reconocían. 

Muchas veces lo intentaron capturar, pero su fuerza no tenía rival y muy seguro comenzaba a sentirse de su poder. Sin embargo de vez en cuando Nashyan tenía que ayudarlo en alguna situación peligrosa en la que Sansón no podía hacer todo solo, y luego de unos días Nashyan no tardó en unirse también a esas aventuras heroicas, empezando por pintarse la cara y utilizar una capucha para también esconder su identidad, como si fuese la "ayudante" del superhéroe.

Lo que Nashyan tenía de agilidad y astucia ladrona le faltaba en fuerza, pero su hermano tenía la fuerza para ayudarla y la inteligencia para hallar la solución a casi cualquier problema; con este complemento se convirtieron en un dúo imparable.

Había quienes agradecían a Sansón por defenderlos y conseguirles lo necesario para sobrevivir. Pero muchos de los hombres hebreos lo despreciaban por usar el poder así, en vez de hacer algo más "extremo" como matar a los filisteos o destruir sus ciudades. Ellos no querían un libertador pacifista gentil, sino un líder guerrero despiadado. Incluso el padre de Sansón, Manoa, estaba de acuerdo con esos hombres de su aldea que querían la libertad a base de destrucción, violencia y muerte.

Su madre, Hazzelelponi, se mantenía un poco neutral en la situación, dedicándose solo a aconsejarle a Sansón que tuviera paciencia y comprensión, ya que todos estaban desesperados y veían en él la oportunidad de un futuro mejor para su pueblo.

Immortalem: Duelo de DeidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora