Capítulo L: Disciplina vs Violencia (II)

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[Arena de Duelo].

—¡Si eres un dios entonces descubramos si resistes esto! —exclamó Skanda con furia, mientras el fuego de su cuerpo se acumulaba alrededor de su brazo derecho, en el cual se manifestaron venas luminiscentes que se asemejaban a las de un volcán a punto de hacer erupción. Y detrás de él apareció por unos segundos un círculo de oro y metal negro con forma de llamas en los bordes, y en cuyo centro resplandecía una

Estaba preparándose para usar Asuragni: Agni Musti [Fuego del Asura: Puño de Fuego].

A diez metros estaba parado Thor, con su piel carbonizada recién regenerándose. Por un instante tuvo el plan de bloquear el ataque con su martillo, como lo estaba haciendo desde que el combate se calentó en sentido literal y figurativo. Pero su instinto le advirtió que mejor lo esquivara, y ya sabiendo de sobra la bestial fuerza que tenía su oponente en ese estado, eligió esquivarlo.

Por ello Thor mantuvo su Astra en frente suyo, como si se preparase para bloquear el golpe usando la parte lateral del martillo como escudo. Skanda avanzo cual proyectil a una velocidad tan absurda, que rompió la barrera del sonido y apareció frente a Thor como si se hubiera teletransportado.

En el instante en el que Skanda ejecuto un golpe directo con el puño derecho, el fuego en su brazo derecho se liberó en un explosivo torrente de llamas rojizas, junto con una onda expansiva que podría compararse con la que generaría la explosión de una estrella. Las paredes mágicas, antes invisibles, se tornaron de color violeta y absorbieron el fuego junto con la onda expansiva.

Cuando la luz del fuego disminuyo lo suficiente, se pudo apreciar que detrás de Skanda estaba apareciendo cual fantasma Thor. Y es que, justo antes de que explotara el ataque de Prana, el dios nórdico había usado Gjenganger Æsir: Hoppa á Milli Ríki [Revenant Æsir: Salto Entre Reinos]. De modo que el Kenoplasma lo cubrió e hizo intangible ante el ataque de Prana, permitiéndole desaparecer sin problemas aunque no fue lo bastante rápido para escapar antes de que iniciara el torrente de llamas lo alcanzó.

Thor se dispuso a atacar con un simple puñetazo derecho, pero cargado de Kenoplasma luminiscente y descargas mágicas. El puño acabó golpeando el aire, debido a que Skanda anuló el ataque e inclinó el torso hacia su propia izquierda. De esta forma esquivó el golpe, y contraataco con el codo derecho en el pecho de Thor.

Después de que Thor retrocediera un paso aturdido por el golpe, levantó el brazo derecho para protegerse de un rodillazo derecho alto, para luego contraatacar con la otra mano en un simple golpe ascendente que impactó en el rostro de Skanda, causándole una grave fractura en el cráneo que sano poco después. Sin embargo esto dejó aturdido al dios hindú el tiempo suficiente para un puñetazo derecho en el pecho.

Mientras se regeneraba su caja torácica fracturada por el golpe, Skanda volvió a ser cubierto de pies a cabeza por las llamas, a la vez que atacaba con un codazo derecho directo en la caja torácica de Thor, provocándole casi el mismo tipo de daño, el cual también sano poco después. Entonces al dios hindú le sorprendió otro golpe desde abajo, venido esta vez del puño derecho de Thor, y que impactó en la mejilla derecha de Skanda justo cuando éste intentaba cabecear el golpe.

Acto seguido se dio inicio a un pequeño intercambio de golpes entre los dos; mientras Thor se regeneraba de forma continua de cada puñetazo que le destrozaba y carbonizaba el cuerpo, Skanda se regeneraba del daño que le causaban aquellos guantes de Kenoplasma.

"Este desgraciado no pelea con dignidad. Simplemente golpea al azar y de la forma que mejor le convenga. No tiene base alguna. Además, esos guantes de Kenoplasma no producen daño tóxico como el Kenoplasma líquido o gaseoso, sino daño normal como el Kenoplasma infernal y sólido", pensaba Skanda, comenzando a enfadarse por la forma idiota con la que peleaba Thor.

Immortalem: Duelo de DeidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora